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Un año atrás la embajadora María Teresa Mercado al frente de nuestra legación en La Paz arriesgaba incluso su integridad personal, brindando la hospitalidad de la sede diplomática a personas perseguidas por la brutalidad represiva de un golpe de estado.

La embajadora realizaría en la ocasión una labor encomiable y heroica digna de ser recordada junto a la que realizara en Gilberto Bosques Saldívar en la Francia ocupada por las fuerzas nazis en auxilio de los perseguidos.

Para comprender a cabalidad los alcances de la labor desempeñada hace un año en La Paz por la embajadora María Teresa Mercado, resulta obligado ver la cinta sueca “El Clavel Negro”, en la que se relata  la actuación del diplomático Harald Edelstam, en auxilio de los perseguidos políticos por las tropas pinochetistas en Santiago en 1973; episodio en el que, por lo demás, también la diplomacia mexicana jugaría un papel ejemplar dada la firma intervención del entonces jefe de misión en Chila Gonzalo Martínez Corbalá.

En tanto nuestra embajada era literalmente sitiada en La Paz , en clara contravención a lo dispuesto por la Convención de Viene sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961, y al unísono de que el gobierno golpista de Jeanine Áñez Chávez  declaraba “persona non grata” a la jefa de la misión diplomática ; la legislatura del estado de Aguascalientes emitía el Decreto 269 mediante el cual se creaba un frente interno tendiente a debilitar la postura México en el ámbito de la comunidad de naciones latinoamericanas, colocando en grave riesgo incluso la integridad personal y acaso la vida misma de  la embajadora María Teresa Mercado.

Los legisladores  Gustavo Alberto Baez Leos, Elsa Amabel Landín Olvera, Mónica Janeth Jiménez Rodríguez, Jorge Saucedo Gaytán, Karina Ivette Idave Delgado, Salvador Pérez Salazar, Gustavo Alberto Báez Leos, Claudia Guadalupe de Lira Beltrán, José Manuel Velasco Serna, Mónica Becerra Moreno, Alejandro Serrano Almanza, Juan Guillermo Alanís de León, Paloma Cecilia Amézquita Carreón, Luis Enrique García López, Patricia García García, Gladys Adriana Ramírez Aguilar, Elsa Ambel Landín Olivares, Elsa Lucía Armendáriz Silva, Margarita Gallegos Sordo, Juan Manuel Gómez Morales, Sergio Augusto López Ramírez, y Mario Valdez Herrera;  promovieron la expedición por parte de  la LXIV  legislatura del estado libre de Aguascalientes  de un Decreto infame e infamante circunscrito a un solo individuo y atribuyéndose prerrogativas de política exterior.

Llevaron a cabo la  referida acción,  en tanto la integridad física misma  de la embajadora  María Teresa Mercado estaba en juego, y al unísono de que en territorio nacional Jorge “Tuto” Quiroga, dilecto discípulo del criminal de guerra nazi  Klaus Barbie “el carnicero de Lyon”,  lanzaba  una embestida verbal en los principales medios de comunicación de manera asombrosamente coordinada y calibrada en sus alcances , no contra el gobierno ilícitamente  depuesto en Bolivia , sino en contra las autoridades de nuestro país.

Barbie era uno de los hombres claves que había abandonado Europa tras el triunfo aliado en medio del operativo clandestino, auspiciado por el departamento de estado de los Estados Unidos con la complaciente colaboración de la Sede Apostólica, conocido en la historia como la “operación Odessa”, y a cuyos herederos “espirituales” enfrentaría con inigualable valor la embajadora Mercado, tanto en Bolivia,  como en el territorio nacional en el que la legislatura de Aguascalientes se hacía cómplice vergonzante de uno de los más directos discípulos de personaje  tan siniestro.

Hoy, a un año de tan negro pasaje, no cabe duda de que la embajadora María Teresa Mercado es digna de los mayores reconocimientos que la nación pueda dispensarle.

Por: Atilio Alberto Peralta Merino

Correo: albertoperalta1963@gmail.com

Facebook: Alberto Peralta merino

Twitter: @catulo63

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