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La Operación Volhov se va pareciendo más a una “charlotada” que, a un proceso judicial, con lo serio que debería ser. Pero no. Al juez Aguirre (Juzgado de Instrucción nº 1 de Barcelona) se le ha ido la mano y se ha pasado tres pueblos, por no decir que la cagada huele hasta en los despachos del “Deep State”. Y con el informe de un tal Baena (Tácito para las redes sociales), maestro de la novela de ficción-policíaca y política ha dejado una caricatura de lo que debería ser la justicia, a la altura del betún. Pero tranquilos que después vendrán los de la fundación “España Global” con los arreos de limpieza y la dejará “pulidita”.

En su día buscaron las urnas del referéndum y no las encontraron. Ahora, un rumor sobre la presencia de operativos rusos se ha convertido en “canela fina” y buscan 10.000 soldados rusos, que a lo mejor llegaron escondidos dentro de las urnas para el Referéndum del 1-O de 2017, pero como estas “no aparecieron” según el CNI, y un tal Zoido que pasaba por allí disfrazado de “bolardo”. Y es que el Putin no para de enredar a unos y a otros, incluso su embajador comenta, con ironía en las redes, que mejor ponerle dos ceros y subirlos a los aviones Mosca y Chato y soltarlos por todo el territorio catalán. Aclaro: que Mosca y Chato eran los planos de dos aviones que regalaron a la Republica Española para combatir el fascismo, y que se fabricaron en Cataluña, allá cuando el golpe de estado subió al dictador a la peana del poder. Y en estos días de confinamiento, se ven por los bosques, a rusos camuflados de “pageses” (campesinos), con cestas llenas de setas a la orilla de las carreteras o agrupados debajo los pinos. ¡Gensanta que cruz!

Todo ello se deduce de una nota manuscrita, donde se mezcla varias palabras sueltas en una libreta encontrada en un registro de la policía judicial, donde se lee: Putin, Bitcoin, del volátil a l’or, finançament, máquina, estat protector. Un documento, en un principio desechado por los investigadores, pero al pasar por las manos del equipo de “Tácito”, se convirtió en la piedra filosofal para desmontar el Tsunami Democràtic. Y con la ayuda del programa “secreto” Pegaso se “pinchan” los móviles de políticos, sin necesidad de orden judicial, se unen frases sueltas de conversaciones para darle un toque de “fantasía” al informe-novelado, ¡Et voilà! Operación montada.

Eso ya es de cachondeo. Habría que ver si el juez tiene el equilibrio mental suficiente para ejercer la función jurisdiccional. Eso es de manicomio, vamos” (Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional). Lo siento estimado profesor, pero no es de manicomio, sino de represión política por medio de la judicatura y el juez sabe muy bien lo que hace desde tiempo atrás, que lleva varios años con el tema de acabar con el independentismo. Lo de la garantía de la libertad ideológica (Art. 16.1, de la CE) es un timo en Cataluña.

Delirante los vínculos que se le atribuyen con el gobierno de Rusia. No tiene nada que ver con la realidad” (Oriol Soler, uno de los 21 detenidos por la GCivil. Operación Volhov). También señala que forma parte del montaje, el tema de los registros, porque “Se inventaron una operación sin escrúpulos, ni rigor, ni fundamento para poder tener mi cuenta de Gmail de los últimos 12 años, el correo, el calendario, fotos, Excels de la empresa… y se llevaron mi vida y, antes no la tenían”. Como tampoco tienen reparo en ponerle a la operación el nombre de una batalla de la II Guerra Mundial ganada a los rusos por la División Azul franquista-fascista (Volhov), una forma de enaltecer dichas ideologías, lo que demuestra que la policía actúa con total impunidad.

“Si no fuera independentista, no me habrían venido a buscar” (Xavier Vendrell, exconseller de ERC, otro de los detenidos). La cuestión es buscar las “posibles” “cajas B” de los partidos políticos catalanes, porque en los nacionales no las encuentran.

Esta operación policial (Operación Volhov) para detener a personas vinculadas al movimiento independentista catalán, ha puesto sobre el tapete del juego político-judicial, que el juzgado de Instrucción nº 1 de Barcelona lleva alargando en el tiempo buscando pruebas para fabricar el delito, o lo que es lo mismo señala el delito y le busca las pruebas. Y no se anda por las ramas, que sus raíces justicieras están ancladas en lo más oscuro del “Deep State” de la Spain is different y que el “Guerrero del Antifaz” galopa de nuevo contra el infiel indepe.

Por cierto, El Confidencial ya tenía publicado el artículo de las detenciones a la misma hora que se estaban realizando. A eso se le llama llegar y besar el santo. O ¿Ya estaban avisados de la operación?  Esto de las filtraciones no tiene remedio. La TIA en 13, Rúe del Percebe. Todos a una.

O, dicho de otra manera: “La “benemérita” detiene a un grupo de “polacos” que, supuestamente, quitando lo de la presunción de inocencia, para lo que sirve, habían trapicheado unos 10.000 soldados rusos con Putin, o un millón como dice la irónica embajada rusa, que para el caso es lo mismo, como ejército aliado de los Mossos. Para defender las misteriosas urnas aparecidas en las mesas de votación”. Y es que Rusia, no tiene otra cosa que hacer que enviar a sus soldados a defender un referéndum en Cataluña, porque el Estado español no quiere dar su brazo a torcer y criminaliza un acto de votación que había sido “descatalogado” en 2015. Vamos a ver, que no es delito hacer un referéndum, en cualquier caso, una falta administrativa. Ahora voy entendiendo ese programa que hacen en TV3 llamado “Polonia” que unas veces saca los colores al gobierno y otras también. Seguro que está financiado con rublos, o con rubios, porque las “rubias” (antiguas pesetas) esas no volverán.

En resumen, el juez Aguirre, obsesionado por los supuestos laberínticos negocios del ejecutivo catalán, vio en esta oferta, que habría un “derramamiento de mucha sangre” inevitable. Claro que la nebulosa mente no le avisó que el derramamiento sería por parte de los piolines (policia y GCivil española), no rusos, casi 10.000, con trajes de “robocps”, que cargaron violentamente contra los ciudadanos, sin distinguir a mayores, niños y mujeres, cuyas únicas armas eran papeletas de votar en el referéndum de Independencia del 1-O, al grito de “A por ellos “. La sentencia de absolución del Major Trapero atestigua que no era necesaria tal violencia.

El “lado oscuro” del estado español sigue moviendo los hilos para acabar con el movimiento independentista, por mucho pacifismo que le ponga. A pesar de que el tiempo, los jueces “ordinarios” y los tribunales internacionales van desmontando los “guiones” prefabricados que convierten los actos de desobediencia en rebelión o sedición, como el agua en las Bodas de Canaán, después de pasar por la criba mediática y llegar a manos de los “afinadores fiscales”.

Entre el juez Aguirre y “Tácito” (teniente coronel de la Gcivil, que comanda la policía judicial de Barcelona) anda el juego, a pesar que hubo un tiempo que el juez quería empapelar a Baena porque no le sirvió en bandeja el caso Macedonia y Trapero se negó a bailar al ritmo que el juez marcó. De aquellos polvos estos lodos y esta fobia por el Major Trapero, al querer incriminarlo en la misma operación.

Han sacado del armario de los informes y desinformes la nueva entrega novelada para descabezar el independentismo catalán. Una especie de ensalada donde se mezclan los ingredientes delictivos para hacer una causa general y, de camino, se van recopilando datos personales, políticos y financieros de los dirigentes políticos catalanes, para cuando sea conveniente agitar la caja de pandora y ya se sabe que “a mar revuelto ganancia de pescadores”.

En este caso el revoltijo viene del 2016, donde entra un “presunto” pelotazo inmobiliario en Cabrera de Mar (Barcelona), pasando por el fòrum internacional Crans Montana, muy crítico con el estado español, con contactos con Putin, Julian Assange y Snowdem, para desestabilizar al estado español, aterrizando en el Tsunami Democrátic, y un chupito que invita la casa. Amenizando el menú del juez Aguirre, y en la cocina, un tal Tácito removiendo entre los peroles los ingredientes artificiales para que los informes huelan bien. Sin olvidar que un día, la Audiencia Nacional investigó una unidad de élite del espionaje ruso en Cataluña que ayudó al “procés”. ¡Hagan juego señores que la suerte está echada!

En realidad, todo ello gira alrededor de la figura del presidente Puigdemont. Mientras se busca entre los papeles confiscados y los pinchazos telefónicos a Terradellas (otro de los investigados), la pitanza se adereza con un presunto desvío de fondos públicos hacia el independentismo, blanqueo de capitales, prevaricación, cohecho y desórdenes públicos, muchos desórdenes públicos. Y ¡Ojo! Que la rebelión y la sedición se quedan en aguas de borraja y hay que seguir apretando el cinturón a los más de 2000 investigados que hay desde hace tres años, más o menos.

Y esto era una pieza “secreta” que el juez tenía escondida entre las “puñetas” togadas. No sé qué más habrá bajo el secretismo de la persecución a la causa independentista. Pero algunos diarios están publicando conversaciones privadas captadas en los “pinchazos”, sin relevancia judicial, ni siquiera periodística, que no tienen nada que ver con el caso, pero sirve para calentar el ambiente. Y no pasa nada. El servilismo mediático forma parte del atrezo.

Por: Paco González.

07/11/2020

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