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El “buen talante” en el nuevo gobierno español no se percibe. Hay vaivenes entre querer y poder. Y ni siquiera reacciona ante estas actuaciones de la ultraderecha, incluso hay alcaldes socialistas que han manifestado su adhesión hacia la “neutralidad”, junto al PP y C’s. Lo cual me hace creer que se está gestando un plan legalista para retorcer las leyes, hasta convertir cualquier símbolo independentista en elemento “terrorista”, y de ahí a darle brillo al concepto “rebelión” hay un paso y así el supremo pueda resituar su “causa general” en un relato creíble para la propia judicatura, porque si es para la europea, están haciendo aguas por todos lados.

El tema de la neutralidad del espacio público se le está convirtiendo en un problema de libertad de expresión, y ahí entramos en un terreno resbaladizo.

La ultraderecha le está sacando ventaja porque el PSOE y el gobierno surgido de una moción con calzador no se aclaran en ese tema.

Y aquí viene la madre del cordero. La forma de entender la libertad de expresión:

La Libertad de expresión es un derecho fundamental consagrado en los Derechos Humanos de 1948 y la mayoría de constituciones lo reconoce como tal. Aunque la nuestra CE, del 78, que es muy “demócrata” donde “casi todos” somos iguales ante la ley, salvo el rey que es irresponsable, también la garantiza. O eso parece.

A mi entender, tiene que ser un poco ambigua. Un poco no, mucho. Porque los partidos políticos andan como locos intentando llevarse el gato al agua con la interpretación de la misma. Pero yo creo que la Ley Mordaza (*) los tiene desorientados. Dejó atada y bien atada la libertad de expresión. Y estos políticos son incapaces de ir por esos mundos de dios y hacer un cursillo sobre el tema, en países donde lo tienen más claro y se toman en serio esto de la democracia.

Pero el gobierno español, no lo tiene claro, o sí. Sánchez dijo en Abril-2018, para rebatir al ministro Catalá cuando dijo aquello de que era “ofensivo” el lazo, que el uso del lazo amarillo se enmarca en el ejercicio de la libertad de expresión: “Te puede gustar o no, pero hay que respetar la libertad de expresión”. Ole, ole, ole… a ver cuánto aguanta el PSOE/Gobierno su discurso.

Porque, ahora llega su Fiscala General, de nuevo cuño, y dice lo mismo, pero con el paso cambiado. Con redoble de tambor y una finta en el aire apunta que “no ve delito, ni en poner ni en quitar lazos amarillos”. Se deja en el aire lo que dijo su jefe de filas en lo de “respetar”, te guste o no. Y ya empezamos a liar la “troca” (la madeja).

Yo tengo mis dudas, porque el prisma de mi cristal me hacer ver otra imagen. Ya que no veo lo mismo plantar árboles o flores, hacer castillos de arena, etc., que deshacer lo hecho con la intención de provocar. No le veo lo de respetar por ningún lado.

Lo que veo, son las ganas de crear ambiente de violencia.

La violencia que tanto importa al poder judicial aparece por un simple lazo amarillo y el juez del “procés” levanta la mano y pone dos dedos en forma de uve. Ya ha conseguido alimento para su causa general. Le ha costado diez meses. Tardío pero efectivo. ¡Et Voilà!  la prueba de una rebelión. Relato concluido.

Es la forma en que una manifestación de libertad de expresión puede volverse contra el que la exhibe.

El lazo amarillo es una forma de libertad de expresión en solidaridad con los presos políticos y exiliados. Gusten a otros, o no. Pero hay que respetarla.

De igual forma que en EEUU se utiliza un lazo amarillo con la leyenda: ”SUPPORT OUR TROOPS”, en recuerdo de la crisis de los rehenes de Irán, o durante la guerra del Golfo. En 2013, en España con la campaña sobre la Espina Bífida. Y aquí, en Cataluña, esto no es nuevo; ya en 1704 hubo una prohibición del virrey de Cataluña sobre el uso de las escarapelas amarillas, así que no vamos a andar con chiquitas. Lo de los virreyes sigue en el mismo plan. Lo último salido del horno es como la virreina Soraya se abrió camino con un 155 rompedor de convivencia, para “descabezar” el independentismo. Y se oyen tambores de guerra de retornarlo con más virulencia (TV3, te veo en el punto de mira, que los PP-C’s siguen con la misma sonata).

La cruzada contra la simbología independentista, encabezada por C’s como abanderado mayor y el PP como pendón de Castilla, está llegando a momentos de tensión ciudadana, que no sólo se conforma con los cantos y aleluyas de cariz derechista, sino que la sugerencia a llevar a cabo desobediencia hacia las fuerzas de seguridad catalana, los Mossos, raya el delito de incitación al odio, sin contar que hay diputados en medio de estas acciones.

Y la Fiscalía todavía está mirando el papel de fumar que ha de utilizar.

Sr. Sánchez, deje ya la fase de “diálogo” y pase a la fase de acción. Y recuérdele, también, a la vicepresidenta Calvo, que eso de que los símbolos “tendrían que circunscribirse al ámbito privado e individual, no al institucional”, ya es antiguo y se utilizó contra el idioma catalán por el mismo que hay que exhumar. Nuevas caras, antiguos mensajes.

Que lo importante es garantizar que el espacio público sea un ágora para la libertad de expresión y manifestación. Nada de neutralidad.

 “Aceptar que el espacio público ha de ser neutral es una trampa. Es un pretexto para hacer invisible la denuncia de centenares de miles de ciudadanos, que antes que independentistas son demócratas, que no quieren callar delante de un procedimiento judicial que consideran injusto” (Carles Mundó. Ara.Cat. 08/08/2018).

(*) Se conoce como “Ley Mordaza” a la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana, donde se declaran delitos a lo que antes eran libertades tales con la de “expresión, información o manifestación”, dependiendo del color con que se miren.

Por: Paco González.

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