Hola amigos, hoy comparto con ustedes algo muy interesante, sobre todo por la época que se avecina en nuestro México, la llegada de nuestros fieles difuntos.
¿Amigos, honestamente, qué hacemos para transformar nuestra relación con la muerte o para mejorar nuestra relación con la muerte? Honestamente, no sabemos que llegará primero mañana, si el nuevo día o la muerte. No lo sabemos. Y quizá la razón más profunda de esto es que temamos a la muerte porque realmente no sabemos quiénes somos. ¿Nos hemos puesto a pensar realmente en quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Para qué estamos aquí en este mundo terrenal? ¿Cuál es el propósito de nuestro existir en este mundo? ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué va a ser de nosotros después que moramos? Amigos, hemos aprendido a negar la muerte sin aceptar que no nos hemos preparado para ello. A pesar de los éxitos tecnológicos, la sociedad moderna occidental carece de una verdadera comprens de la muerte y de lo que ocurre durante ese proceso y después de la muerte.
Rinchen Yadsen, un maestro tibetano los seres humanos se pasan la vida preparándose, preparándose y preparándose y todo para llegar a la siguiente vida, sin estar realmente preparados. Amigos, en la vida dice que nos preparamos para vivir, para ganar, para triunfar, para tener éxito y para perder, para sufrir y para morir. Cuando cuando nos vamos a preparar para eso, no debemos temer a la muerte ni tomarla con ingenuidad o autosuficiencia. Debemos afrontarla de manera solemne y al mismo tiempo de manera práctica y con el misterio que encierra la muerte.
La muerte es, en efecto, un enorme misterio, pero de ellas se pueden aprender dos cosas muy claramente uno, es absolutamente cierto que moriremos 2 e incierto cuándo y cómo sucederá, lo que todo esto nos muestra con claridad, con dolorosa claridad. Más que nunca, necesitamos ahora un cambio fundamental en nuestra actitud hacia la muerte y hacia los moribundos. Según la sabiduría de Buda, realmente podemos utilizar nuestra vida y prepararnos para la muerte. No es necesario que esperemos la dolorosa llegada de la muerte o la conmoción de una enfermedad incurable para que nos obligue a reconsiderar nuestro proceso de vida. Podemos hacer amigos y amigas de cada instante una oportunidad para cambiar y prepararnos de todo corazón, con precisión, serenidad, con una conciencia tal en que sepamos que la muerte es algo para lo cual tenemos que prepararnos y realizar nuestras acciones en el día a día con amor, respeto, tolerancia, compasión, inteligencia y gratitud.
Amigos, deseo que esto sea útil.
Hasta entonces.