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La mera verdad yo no sé si usted sabrá que Grupo México que dirige Germán Larrea Mota Velasco se encuentra en el ojo del huracán por deficiente control de sustancias en el transporte de sus productos o está siendo objeto de una venganza dirigida desde las oficinas de un Senador de la República que fue perseguido y acosado en el pasado por el supuesto mal manejo de un millonario subsidio al Sindicato de los trabajadores mineros.

Yo sé y me consta que Germán y antes de él su padre Jorge Larrea Ortega, crearon importantes polos de desarrollo alrededor de operaciones mineras en distintos lugares del territorio Nacional, particularmente en el Estado de Sonora.

Como se dice coloquialmente, “para muestra basta un botón”, cuando yo conocí en 1976 la población llamada Nacozari de García,  estaba muy lejos de convertirse en la ciudad que ahora es, entonces era conocida por la heroica hazaña del ferrocarrilero Jesús García a quien le debe su nombre, la mina de Pilares muy cercana a la población se encontraba abandonada y a su alrededor había un “pueblo fantasma” del mismo nombre, tal vez la colonia más poblada de Nacozari era conocida como “Cartolandia”.

En 1970 dos ingenieros geólogos excepcionales del Grupo Industrial Minera México (así se llamaba entonces) Narciso Gallardo y Remigio Martínez,  determinaron que existía un yacimiento de cobre con altas posibilidades de ser explotado y que los estudios económicos determinaron como muy favorables.

Con el empuje y visión empresarial de Don Jorge Larrea Ortega se realizaron los trabajos preoperatorios que se consolidaron en 1979 con la inauguración formal de su planta concentradora de mineral de cobre que procesaba desde entonces 90 mil toneladas métricas por día y le dieron el aliciente a la región para constituirse como un importante polo de desarrollo y el Pueblo dejo de serlo para convertirse en una Ciudad prospera e industriosa.

Por eso me parece que dicho grupo, ahora dirigido por Germán, merece el voto de confianza del Gobierno Federal, que las amenazas para quitarle las concesiones mineras solo generarían pobreza y migración, las operaciones mineras de todo el país, las de Puebla incluidas deben ser promovidas y estimuladas, son una importante fuente de empleos y el sustento de cientos de miles de familias en todo el territorio nacional.

Algunos falsos ecologistas, que lucran con su bandera ambientalista, en sus tertulias familiares de los domingos despotrican en contra de un sector que le ha dado sustentabilidad a este país, Puebla no es la excepción,  existen operaciones mineras extraordinarias, la cadena productiva que tiene su origen en el subsuelo es la segunda en importancia a nivel mundial y nacional y una fuente de ingresos muy importante, el producto interno bruto de México se nutre sustancialmente de productos que contienen minerales de todo tipo.

Los accidentes que involucran a las empresas de los Larrea son lamentables, sobre todo el de Pasta de Conchos, una mina productora de carbón siempre es un riesgo en cualquier parte del  mundo, los efectos del derrame de tres mil litros de ácido sulfúrico en el Mar de Cortés son una llamada de atención a las autoridades para que regulen el traslado de sustancias con todo rigor y una advertencia a los industriales del sector.

Me llama la atención una persona toda emperifollada y cargada de joyería retacada de minerales preciosos y semipreciosos para decir que los proyectos mineros son proyectos de muerte no lo puedo entender, como tampoco puedo entender que tengan más de cuarenta años (cuando menos) diciendo que van a luchar por descontaminar el Atoyac y limpiar Valsequillo, lo cual está muy bien pero nadie hace nada.

 

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

24 de julio de 2019

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