La expropiación de una vasta extensión de la superficie del ejido de Momoxpan, con miras a establecer reservas territoriales previendo la expansión urbana , fue llevada a cabo de manera irregular por la administración de Piña Olaya- cuyo vástago emparentara posteriormente con el clan Posada- , toda vez que la expropiación de ejidos se regía por aquel entonces por lo dispuesto en la Ley de Reforma Agraria de 1971 y no por disposiciones administrativas locales, irregularidad en cuestión que fue subsanada por la administración siguiente de Manuel Bartlett.
No está por demás recordar que, el referido clan fue objeto por parte de la administración de Barbosa de la rescisión de un contrato de donación con cargo que había efectuado a su favor el gobierno local, con la condición de construir el denominado “ edificio empresarial” y que éste jamás se edificó por incumplimiento de un peculiar socio llamado Alberto Saldarriaga, oriundo de la ciudad de Cali, y cuya progenitora fue la primera mujer extraditada a los Estados Unidos tras las aprehensiones de los integrantes del clan Rodríguez Orejuela.
El fideicomiso atlixcayotl fue instituido para tales propósitos , aun cuando, administraciones continuas se dieron a la tarea de asignar predios, no para la edificación de viviendas de interés social o medio sino para la edificación zonas residenciales de lujo, que alcanzo un desbordamiento inusitado en el trascurrir de treinta años, en medio de episodios por demás ríspidos como el que protagonizara el abogado Alfredo Nochebuena , que terminó aprehendido en abril del 2006 en Los Ángeles tras el brutal asesinato de su cónyuge en complicidad con su amante.
La posterior reforma constitucional de 1992 al artículo 27 de la Constitución propició que zonas ejidales cambiaran el uso agrícola del suelo originalmente asignado al de vivienda residencial y espacios comerciales, figuras como Pedro Aspe y Luis Téllez Kruenzler señarían en la ocasión que si a raíz de la entrada en vigor de dicha reforma “los mercados señalaban que habría de sembrarse cemento, se sembraría cemento”.
Originalmente , la reforma en cuestión exigía una resolución de la Asamblea ejidal para transformar el régimen de tenencia, en un principio, los desarrolladores se dieron a la tarea de negociar la adquisición de superficies con comisariados que actuaban, la inmensa mayoría de las veces a espaldas de los ejidatarios, posteriormente, para evitar irregularidades, se decidió convocar a las asambleas conducentes , sólo que, en el registro agrario jamás se habían actualizado los censos correspondientes y seguían señalados como titulares los asignatarios originales que recibieron las dotaciones en cuestión en la década de los 20 o 30 del siglo pasado, de suerte y manera tal que, para que la asamblea en cuestión hubiera resultado legítima habría tenido que ser convocada mediante “ouija”; finalmente, se expidió una reforma que permitió regularizaciones parciales de la superficie de cualquier ejido por medio de comisiones al efecto encargadas para ello , y, por supuesto, en medio de toda esta larga historia se suscitaron historias de despojos , fraudes y abusos a más no poder.
La mancha urbana no se circunscribió a la zona que fuera originalmente expropiada al ejido de Momoxpan sino que se fue expandiendo a medida que la plusvalía inmobiliaria generaba pingües utilidades para unos cuantos y hoy , se presentan conflcitos presenta conflictos por tenencia de la tierra lo mismo en Azumiatla que en Santa Clara Ocoyucan, y más recientemente en San Antonio Cacalotepec, al respecto, es de destacarse que, cuando se amplió hace treinta años la cobertura de suministro de agua para el enorme entramado urbano en cuestión, abriendo pozos en Nealtican y Acuexcomac cuyos afluentes han quedado extintos, los estudios en hidráulica detectaron fuentes susceptibles de extracción, precisamente, en la circunscripción correspondiente a San Antonio Cacalotepec.
Por lo demás, el problema que al respecto se derivaba de la reforma al Artículo 27 de la Constitución del año 1882 es el de que “los mercados”, simplemente no existen, al paso de unos años resulta evidente de que, no cabe duda, para “Metafísica” Aristóteles resulta mucho más recomendable que Pedro Aspe o Luis Telelz; los que siempre han existido son los que ostentan exceso de liquidez, y estos resultaron ser en la etapa a la que nos hemos estado refiriendo, en primer término, los instrumentadores de los operativos clandestinos de la Casa Blanca para financiar a la “contra” en Nicaragua, y posteriormente, los agentes financieros desrregulados surgidos a raíz del llamado “real monetario” surgido en el Japón tras el terremoto de Kobe y la larga recesión económica que descarriló a dicho país de su camino por la preeminencia mundial.
La vertiginosa expansión territorial de la zona conurbada de Puebla, exigió un consumo inusitado de agua al unísono de que cerró espacios al ciclo agrícola que redundaban en una menor precipitación pluvial en la misma , generando, al unísono , una sobreoferta inmobiliaria que hace que , hoy por hoy, resulta : “difícil la venta de inmuebles en la zona” ; tesitura, ante la cual, habría que avizorar un escenario en el que, en medio de una sequía inusitada, la burbuja inmobiliaria sostenida a lo largo de toda una generación reviente estrepitosamente ante la recesión que ya se vive en México y que se presenta como inevitable en fechas próximas en el mundo con epicentro en los Estados Unidos.
La irrupción violenta de campesinos en las oficinas del SAT en la zona de Angelópolis puede ser el anuncio de un verano por demás “largo y cálido” como se dijera en la trama escrita por William Faulkner y que fuera protagonizada por Paul Newman , Jane Woodward y Orson Welles.