Comparte con tus amigos

La autoestima es uno de los cimientos más importantes en la construcción de una vida plena, saludable y satisfactoria. Se trata de la valoración que una persona tiene de sí misma, su percepción interna de su propio valor, capacidades y potencial. La autoestima influye en cada aspecto de nuestra vida, desde nuestras relaciones interpersonales hasta nuestra capacidad de enfrentar desafíos y alcanzar metas.

Muchos hablan de la autoestima pero pocos trabajan en ella.
La autoestima no trata de verse en el espejo y fingir que todo está bien con nosotros o solo de decirnos palabras bonitas, sino mas bien se trata de reconocer nuestras déficit para poder trabajar en ellas y a si poder crear una autoestima saludable y equilibrada, se trata de aceptar, mejorar y transformar todo aquello que no me hace sentir bien conmigo.

Es importante aprender a cultivar el amor de manera saludable en uno mismo antes que los demás, aquí comparto algunos puntos que debés tomar en cuenta para comenzar a cultivar una autoestima saludable:

  1. Autoaceptación:Una autoestima saludable implica aceptarse y valorarse a uno mismo tal como es, con sus virtudes y sus áreas de mejora. La autoaceptación nos permite vivir en armonía con nosotros mismos, cultivando la confianza y la seguridad en nuestras decisiones y acciones.
  2. Resiliencia: La autoestima actúa como un escudo protector ante las adversidades de la vida. Una persona con una autoestima sólida tiende a ser más resiliente, afrontando los desafíos con determinación, optimismo y perseverancia.
  3. Relaciones saludables:La autoestima influye directamente en la calidad de nuestras relaciones interpersonales. Cuando nos valoramos a nosotros mismos, establecemos límites claros, nos rodeamos de personas que nos respetan y nos valoran, y evitamos relaciones nocivas.
  4. Autoconfianza y empoderamiento: Una autoestima saludable nos brinda la confianza necesaria para enfrentar nuevos retos, perseguir nuestros sueños y defender nuestras ideas y valores. Nos empodera para tomar decisiones conscientes y asumir la responsabilidad de nuestra propia vida.
  5. Bienestar emocional: La autoestima está estrechamente ligada al bienestar emocional. Una baja autoestima puede manifestarse en sentimientos de inseguridad, ansiedad, depresión y autoexigencia. Por el contrario, una autoestima elevada se traduce en emociones más positivas, equilibrio emocional y autocompasión.
  6. Crítica constructiva y compasiva hacia tu persona: Es importante tener un diálogo interno saludable contigo mism@, ver los puntos en los que tienes que mejorar y aprender de cada desacierto que tenemos. Esto te ayudará a ser más realista y ver qué somos seres humanos falibles que a veces acertamos y otras tantas no.

Con una autoestima baja la persona tendrá dificultades para reconocer su valía y es probable que no pertenezca a ningún lugar.

La autoestima en exceso te hará crear la ilusión de que puedes pasar por encima de los demás y creas que todo gira a tu alrededor.

La autoestima sana no se trata de menospreciarce o valorarse más que el resto, sino de cultivar el respeto hacia tí mismo y hacía los demás.

En resumen, la autoestima es un pilar fundamental en la construcción de una vida plena y satisfactoria. Cultivar una autoestima saludable implica trabajar en el autodescubrimiento, la autocompasión, el autocuidado y el amor propio. Al valorarnos y respetarnos a nosotros mismos, nos abrimos a un mundo de oportunidades, crecimiento personal y bienestar integral.

¡Cuidemos de nuestra valía y potencial, cultivando una autoestima sólida y resiliente para enfrentar la vida con coraje y determinación!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *