Cuando alguien se dedica a vivir de apariencias, es probable que existan diversos motivos subyacentes que lo impulsen a actuar de esa manera. Algunas posibles razones detrás de las personas que viven de apariencias incluyen:
- Inseguridad: La necesidad de proyectar una imagen impecable puede derivarse de una profunda inseguridad sobre sí mismo, buscando validación externa para compensar la falta de autoconfianza.
- Presión Social: La sociedad actual suele valorar la perfección y el éxito superficial, lo que puede llevar a algunas personas a sentirse obligadas a mantener una fachada para encajar en ciertos estándares sociales.
- Falta de Autenticidad: La incapacidad de mostrar su verdadero yo o temor a ser juzgado por los demás puede provocar que las personas opten por mantener una máscara para ocultar sus vulnerabilidades o imperfecciones.
-Necesidad de Control: Controlar la percepción que los demás tienen de ellos puede darles una sensación de poder o seguridad, creyendo erróneamente que su valía depende de cómo son percibidos por los demás.
En última instancia, vivir de apariencias puede ser un mecanismo de defensa o una forma de lidiar con complejos emocionales internos. Sin embargo, es importante recordar que la autenticidad y la conexión genuina con los demás suelen ser más gratificantes y significativas a largo plazo que mantener una imagen superficial y engañosa.
Terapeuta Eli Córdova López