Algunos días me despierto con algunos problemas existenciales, nada que ver con la convocatoria de “El Chicharito” a la Selección Nacional o lo del “quinto partido”, eso ni me desvela ni me causa inquietud, lo que de verdad me preocupa es la necedad de muchos que aseguran que los mexicanos somos esencialmente corruptos, que en las estadísticas aparecemos debajo de la media tabla y eso no es justo, la corrupción existe como en todos lados, aunque esto de ningún modo me consuela ni tampoco es motivo para ir a terapia psicológica.
Nacido en Palermo, en la Sicilia italiana de “los Corleone” según Mario Puzo, Miguel de la Grúa Talamanca de Carini y Branciforte, palermino de origen y primer Marqués de Branciforte que gracias a los buenos oficios de su cuñado y protector Manuel Godoy, el que fuera amante de María Luisa de Parma, la esposa de Carlos IV, fue designado Virrey en la Nueva España, destacándose entre todos los demás como el más corrupto de ellos, aprovechando el diferendo entre la Francia Revolucionaria y el Gobierno de Carlos IV, le confiscaba en nuestro territorio sus propiedades a los franceses aquí avecindados, las vendía y se quedaba con una parte que compartía con su cuñado, entre otras cosas que revelan el grado de corrupción del personaje se encuentra la confiscación de una casa de mala nota (burdel) en la Ciudad de Veracruz que utilizó para sí mismo.
De algún modo, las corruptelas del personaje llegaron a los oídos del Rey Carlos IV y para congraciarse con él, le encargó al arquitecto español avecindado en la Nueva España, Manuel Tolsá una estatua ecuestre que aún existe y se encuentra frente al Palacio de Minería de la Ciudad de México, de acuerdo con una historia que alguna vez leí (desconozco si es cierta) fue calificada de imperfecta por la modelo y amiga del escultor, María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra, conocida como “La Güera Rodríguez” que en el momento de su develación le mencionó un detalle, el Caballo tenía un defecto, los testículos del mismo eran iguales y no hay en el mundo animal o persona que los tenga del mismo tamaño, la verdad yo no sé si esto es cierto, yo nunca se los he visto al célebre monumento y solo me quedo con eso, tampoco me causa un trauma existencial, en su descargo y seguramente como una forma de homenajear a “La Güera Rodríguez” el Arquitecto Tolsá la hizo posar como “La Virgen de La Purísima” que se encuentra en el templo de la Profesa, en el Centro Histórico de nuestra ciudad Capital.
La virgen de la purisima
Modelo: “La Güera Rodríguez”
En primera conclusión Branciforte es el más simbólico personaje de la corrupción en el México del pásado y no es ni mexicano ni tampoco español, la corrupción es un fenómeno mundial, hasta los asiáticos y los europeos que son bien presumidos corrompen y se corrompen, se dan baños de pureza y nadie les dice nada cuando aparecen en los primeros lugares de las listas de transparencia, la hipocresía y la falta de verdad es más corrupta que la simple corruptela.
No pretendo por motivo alguno escatimar los méritos de nuestros emblemáticos dirigentes, el mote lo tienen bien merecido pero en ello también cabemos todos, el que esté libre de culpa, tiene todo el derecho de tirar la primera piedra, cualquiera puede robar poquito, evadir deliberadamente pagar o cobrar el IVA por un servicio (cosa muy usual) decirle una mentirita a su pareja o inventarse una excusa por una tarea no cumplida o un trabajo incompleto o retrasado, acusar de corrupto al prójimo o al adversario es tan perverso como serlo.
En este tiempo no podemos pedirle a Branciforte que se disculpe, tampoco le podemos hacer un juicio para que pague por sus pecados, no nos corresponde, lo que procede es pedirle a nuestros dirigentes que se comporten y que no se hagan los buenos, nadie en su sano juicio se los va a creer, dejemos a Branciforte pudrirse en donde tenga que pudrirse (también se puede decir podrirse con “o”) y nosotros a recuperar el ánimo y el rumbo.
Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères
5 de octubre de 2021
