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Un mundo mejor es posible

¿Qué es realmente la libertad de prensa? La libertad de prensa deriva de uno de los derechos humanos más defendidos que es la libertad de expresión que en síntesis significa que todos tenemos derecho de manera individual y colectiva a la libre expresión de nuestras ideas, de nuestra forma de pensar sin que ello implique la comisión de un delito; la UNESCO es el organismo de las Naciones Unidas que tiene el mandato de defender la libertad de expresión y sus corolarios, la libertad de prensa y la libertad de información.

Es un clamor generalizado que en una verdadera democracia tiene que haber libertad de prensa, de no haberla, se dice entonces que el gobierno es totalitario y se le sataniza, se le endilgan los peores calificativos y el gremio de “periodistas” se rasga las vestiduras cual sacerdote judío, se desgañita exigiendo la sagrada libertad de prensa.

Pero en los hechos pregunto si en verdad este tan cacareado derecho existe, la libertad de prensa en los medios de comunicación desde mi punto de vista es una falacia; digo esto, porque desde los primeros periódicos impresos rudimentariamente, quien escribe está sujeto a las directrices que le impone el dueño o los dueños de los medios de que se trate, aquí incluyo a los  más modernos medios de comunicación electrónicos  y diarios más influyentes en todo el mundo actual que son propiedad de grandes compañías que tienen en sus países enorme influencia, no solamente en los medios informativos, sin políticos, económicos y sociales, en donde ejercen su poder a través de los periodistas a sueldo, que de este modo, escriben sujetos a las órdenes y los intereses de los amos a los que sirven, escribiendo, comentando, editorializando o callando, en favor de tales intereses, so pena de ser despedidos de sus empleos.

La población que se alimenta intelectualmente de la lectura de estos medios de comunicación, toma lo que estos jornaleros del periodismo escriben, como verdades absolutas y adoptan sus juicios, criterios y opiniones, como propias, y de esta manera, se les considera actualmente como “infuencer” es decir formadores de opinión, porque lo son para esa parte del público que se toma el trabajo de leer su editoriales y columnas sin espíritu crítico.

Mención aparte merecen los personajes que manejan hoy día los noticieros, que operan enviando a “reporteros” a diversas partes del mundo o del país de que se trate, con la encomienda de “cubrir” las diferentes fuentes informativas, comunicándose a través de los modernos medios electrónicos con la central que recibe sus “reportajes” – así llaman a los informes que mandan – desde el lugar de los hechos, logrando con ello una mayor credibilidad, aunque se haya sabido de casos en los que estos “reporteros” o “enviados especiales” en el afán de lograr mayor impacto y alcanzar mayores audiencias, “montan” escenas estrujantes para dar mayor dramatismo a la información que envían, ganando la admiración y credibilidad de la audiencia inerme, que recibe y se conmociona ante la crudeza de lo que oye y ve “de primera mano”.

Giovanni Sartori escritor italiano, en su libro Homo Videns, nos describe magistralmente cómo y por qué los televidentes actuales tienden a formar sus opiniones hasta en una proporción de 95% de la población, mediante lo que ven y oyen en estos medios electrónicos, sin ejercer un análisis crítico de la “noticias”, con lo cual se comprenderá la importancia que estos medios adquieren en el mundo actual, y la enorme importancia que tiene el uso y manejo acorde a los intereses de los dueños de estos poderosos medios de comunicación, que demuestran que la tan cacareada “libertad de prensa” no es más que una falacia inexistente.

Existen desde luego periodistas, investigadores, escritores que trabajan de manera independiente, que viven de lo que les producen los libros que publican, o de los artículos que revistas especializadas sacan a la luz luego de los más exigentes estándares de validación de la información que reciben, pero ellos trabajan para centros de investigación de universidades cuyos objetivos son los de difundir la ciencia y la cultura, no mover las conciencias con propósitos utilitarios y desde luego se puede acceder a estas informaciones, pero tienen la enorme desventaja de que no aparecen en estos grandes medios de comunicación, justamente porque sus opiniones nos responden a los intereses mezquinos de los dueños de estas grandes empresas, y sólo trascienden en una parte muy reducida de la sociedad, que ya se encuentra saturada con lo que estas manejan y por consiguiente son fácilmente reducidos los efectos que logran entre la población. Sin embargo, con el advenimiento de las redes sociales que se difunden por Internet, esta situación está cambiando radicalmente, mediante una variedad de plataformas, hoy día cualquiera puede escribir y publicar lo que piensa, quienes empleamos esos medios como México Prioridad por ejemplo, no estamos restringidos por nadie, escribimos lo que pensamos y expresamos nuestras opiniones con entera libertad, dando así un giro de 180 grados a esa hipocresía de la libertad de prensa, tornándola ahora si en un verdadero derecho y dejando en entredicho a aquellos que muerden la mano de quién los quitó el bozal.

Por: Enrique M. Díaz Sánchez

10/Doc/2020

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