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Una herencia de la II Restauración Borbónica.

Este escrito lo hice el año pasado, pero no pierde vigencia a través del tiempo. La España moderna, la que quiere uy no puede entrar por la puerta grande de la democracia europea, sigue utilizando técnicas de hace dos siglos. Y así nos luce.

Cuando la I República fracasó, o se la llevó la II Restauración de los Borbones, ¿Dónde vas Alfonso XII, donde vas triste de ti? permitió la alternancia pactada para gobernar este país de pandereta, la imaginación quedó en la prehistoria y la tradición de manipular la política volvió, pareja a la cultura de las corridas de toros, cuando estos no eran “afeitados”. Nos dejó, como herencia, dos figuras políticas que perviven a través del tiempo y de los avatares políticos: Bipartidismo y Pucherazo

BIPARTIDISMO: Los partidos políticos se parecían como un huevo a una castaña a los que hay ahora, pero la esencia de la corrupción ha ido pasando por la Casa de los Leones (Las Cortes Españolas) hasta nuestros días sin alterar un ápice los resultados. Cánovas del Castillo dio un puntazo al inventar la “alternancia” o el “turno pacífico de dos partidos en el poder”, que ya es hilar fino. Dos partidos: el Conservador y el Liberal, algo similar a lo que hay ahora entre Partido Popular (PP) y Partido socialista (PSOE), que buscan a la desesperada ocupar la Casa de los Leones. O lo que es lo mismo, compartir cama con tu mejor enemigo, porque “patria no hay más que una y a ti te encontré en la calle”. Todo ello, siempre, bajo la tutela del Borbón de turno.

Al principio, no eran grupos compactos, ni siquiera con una ideología homogénea. Eran lo más parecido a una corriente de opinión en forma de camarillas, muy vinculadas por intereses personales o económicos, o ambos, con el objetivo común de controlar las parcelas del poder. Llamado vulgarmente: “Braguetazo del poder”.

En tiempos actuales, ocurre tres cuartos de lo mismo: grupos compactos de familias dispares que se reparten baronías, o canonjías que, salvo el hábito, viene a ser lo mismo. Y, en cuanto a las ideologías que predican, una vez despojados de sus capas quedan como un alma en pena, y “pelillos a la mar” que el pecado es condonado, y la deuda bancaria sirve de aval para alquilarse al patrón financiero, que en definitiva es el que mueve el carro político.

El bipartidismo se arropa bajo el paraguas monárquico adoptando la forma de dos partidos “contrapuestos”, en apariencia, PP y PSOE, pero con “partidos” satélites que nunca llegarán al poder, y que viven con la “esperanza” de sentarse a la diestra del padre, y que le pueda dar una palmada en la espalda. Se suelen llamar de derechas y de izquierdas, aunque en el fondo el cacique es el mismo. Unos prestamitos de nada para el gasto electoral (con 60 M€, una ayudita para el 28-A), que con el tiempo y las pérdidas de poder se hacen imposibles de devolver, intercambiándose la “moneda” por servidumbre, y por quitas y rescates bancarios a cargo del erario público. La próxima vez inventaremos algo similar a la “Hucha de las Pensiones”, que dan mucho juego y hace de colchón para un imprevisto del patrón.

“Promesas” a los apoyos necesarios para sentarse en la “poltrona” pero que se quedan en el camino. Hasta la próxima legislatura, si el tiempo no lo impide.

PUCHERAZO: Desde el “Sexenio revolucionario”, a mediados del XIX, el sistema de sufragio universal masculino navegó intentando buscar un acomodo en las urnas contra las martingalas de los poderes fácticos. Por ejemplo: se colocaban las urnas en los lugares más imprevistos para evitar que el voto llegara a pecho descubierto. Como en leproserías, ¿Quién era el guapo que llevaba la papeleta hasta ese lugar, sin mirar de reojo las caras de los espectadores del hospital? ¡Et Voilá! Ya era tiempo de trileros, o “caciques”, unos personajes ricos e influyentes en la España rural, y no tan rural que, con gran habilidad, unas veces, utilizaban un puchero donde guardaban papeletas del escaño interesado, sacaban un puñado de las urnas y ponían el mismo puñado del puchero. Y otras veces, emergía la violencia y las amenazas para “orientar” el voto, o cambiarlo por favores. Todas estas actividades han llegado a nuestros días como el popular nombre de “Pucherazo””.

Y aunque en la II República se intentó arreglar el tinglado con la presencia de un interventor del partido en las votaciones, la legislación tenía tantos agujeros que las irregularidades se colaban como el agua en un saco de cáñamo. El control no era institucional, sino por comisiones de los propios parlamentarios elegidos.

Así estamos, asomados al balcón, viendo pucherazo va, pucherazo viene, como el que ve llover. Menos mal que ahora con la tecnología informática los “errores” no se perciben. La normalidad de la indecencia y de la corrupción emergiendo de las mismas filas de los partidos que deberían de proteger las votaciones, dando ejemplo de transparencia. Y si no, que se lo pregunten a Ciudadanos (C’s), que la Fiscalía anda metiendo las narices en las primarias por la ancha Castilla, donde 82 votos bailaron del lado de Igea, al lado de Silvia Clemente, apuesta de Rivera. Por lo menos Igea ha conseguido recuperar sus 82 votos perdidos y su puesto en la lista. Y eso que según la citada:” Este es el partido que mejor simboliza un proyecto para España”. Si tu lo dices, apaga y vámonos que el tren está en la vía cerrando puertas.

O al PSOE, que también sabe un montón del negocio de cocina electoral. Aunque son más sutiles, supongo que por la experiencia. Permite que los afiliados se entretengan con las primarias, pero después es el Comité Federal el que usa la tijera de los recortes. Eso si, las listas que le llegan no van “cepilladas”. No quiero meter el dedo en el ojo, pero en Galicia están muy cabreados con el tema y alguno ha dicho que no, que eso de enviar una lista diferente de la aprobada por la militancia está muy feo. Ya en el 2016 hubo casos semejantes.

Y en estas elecciones del 28-A (2019), los mentideros de la Corte señalan que Pedro Sánchez está dejando sus listas más limpias que los chorros de oro cuando pasa del crisol a la lingotera o molde, sin opositores internos, y sin Susana (expresidenta de Andalucía) que ya es decir, la cual pasará al rincón de los jarrones chinos, junto a sus protectores felipistas, o algo así.

Del PP, que voy a contar que no se sepa. Ya votaron hasta los muertos, otro sistema utilizado en la Restauración.

En fin., que por un pucherazo más o menos, no se van a parar unas elecciones que van de culo, cuesta abajo y sin frenos. Mientras tanto, la Junta Electoral Central (JEC), “el zorro que guarda las gallinas”, nos mueve la bolita trilera hacia los lazos amarillos, blancos, o impidiendo que la Corporación catalana (TV3 y CatalunyaRadio) utilicen las palabras “exilio”, “presos políticos” durante la campaña. Y dejen la puerta trasera abierta a manipular el voto desde el extranjero, como ya se hizo en las anteriores Elecciones. Ahí lo dejo, como diría Boye.

Por: Paco González

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