Claudia Shienbaum viene puede ser recibida en Puebla con saludos en lengua catalana, después de todo se habla de un territorio que ha sido fanquiciado de manera subrepticia.
La denominada “Caixa de Barcelona” es una peculiar institución privada , que no obstante revestir tal condición, controla los fondos para el retiro de los trabajadores, invirtiendo los caudales a su cargo en diversos giros.
Salvador Millet Bel, dejó este mundo a fines del siglo pasado, no sin antes haber imprimido en la institución que condujo en vida, tanto las enseñanzas devocionales de José María Escrivá de Balaguer, como el cuidadoso esmero en la observancia que es propio de los buenos supernumerarios de la prelatura personal del Papa dedicados al arte de la administración , sobre todo, claro está, durante los días del largo pontificado de Wojtyla; en seguimiento de los cuales, “La Caixa”, se convirtió en un impresionante “holding” tenedor de acciones y controlador de sociedades mercantiles en diversos giros de infraestructura pública.
Durante los años noventa los visionarios jóvenes hispanos que gravitaban en torno a Antonio Danadeu al frente de la Cámara Española de Comercio y , por supuesto de aquellos que condujeron el actuar de “La Caixa de Barcelona ”, idearon un esquema perfectamente delineado hasta en sus últimos detalles en relación a la privatización de servicios públicos que se llevaron a cabo en esas fechas en diversos países de América, tal y como fuera el esquema empleado en la adquisición de la “Red de Aguas de la Ciudad de Buenos Aires”, privatizada por decisión del gobierno del presidente Menem, y que fue desplegada en los siguientes términos :
“Como inversor se contrae en el extranjero un crédito a corto plazo (crédito puente) por el monto que se acuerde por a transacción de la empresa, ya con el control de la compañía, se emiten bonos a nombre de la empresa y se garantiza el pago con la hipoteca de sus bienes. El dinero obtenido con la emisión de bonos a largo plazo, sirve para cancelar el crédito puente y mediante el flujo de fondos de la empresa adquirida se pagan los gastos adyacentes de la operación; comprando, en síntesis , las empresas privatizadas con el dinero de ellas mismas.”
En 1919 se constituyó la compañía “Aguas de Barcelona” (Agbar) caracterizada desde su fundación misma por prestar un servicio deficiente y caro, por haber llevado a cabo diversas operaciones crediticias a favor de alguna autoridad republicana, el banquero Josep María Boixs se hizo acreedor a las desconfianzas del bando triunfante , así, tras el ingreso triunfal de las tropas de Franco en la “Ciudad Condal” , “La Caixa” enquistada como institución plenamente digna de confianza, o como se dijera en la jerga financiera de “ fiducia”, lo que le permitió, entro otras cosas, que, entre otras cosas acceder al control pleno e inmediato de Agbar.
En los años ochenta del siglo pasado , dándose las cercanías de los Juegos Olímpicos , las protestas generalizadas en la Ciudad de Barcelona llegaron a movilizar a 80 mil familias en contra de los recibos exorbitantes por la prestación del servicio de agua potable, hasta que, en octubre de 2009 , el holding francés “ GDF Suez” pasó a tener el control mayoritario de la composición accionario de Agbar.
Desde un primer momento hace ya 16 años, la operación que desplazó a “La Caixa” por “ GDF Suez” se hizo objeto de suspicacias y sospechas, sugiriendo en los escépticos la sospecha de “un acto simulado” como eventual explicación del hecho, ahora, al paso del tiempo, amanecimos el pasado 4 de marzo con la siguiente noticia :
“El holding empresarial de la Fundación La Caixa ha alcanzado un acuerdo con la propietaria de Agbar, la multinacional francesa Veolia Environment, para adquirir un 5% de su capital social, en consecuencia, volverá a tener presencia en Agbar”.
Las sospecha de actos simulados, componendas, y sorprendentes e inverosímiles coincidencias pululan : Héctor Durán Díaz dejó la presidencia corporativa de “Aguas de Puebla” el 19 de diciembre pasado, es claro, que el informe con balances y estados financieros rendido en la asamblea ordinaria anual a los accionistas habría arrojado resultados por demás cuestionables.
A principios de febrero, Jordi Bosch Bragado es designado al frente de la empresa concesionaria del servicio de agua potable de Puebla en sustitución del defenestrado Héctor Durán Diaz, y ¿ a que no sabe Usted en donde empezó sus actividades laborales en el sector éste señor ?. Exacto, precisamente, en la controvertida y controversial “Aguas de Barcelona” ( Agbar).
El Hecho de que la actual mayoría del capital constitutivo de la empresa concesionaria del servicio de agua potable en Puebla esté a cargo de un fideicomiso de inversión como es “Xinfra”, no deja de resultar por demás significativo, teniendo en cuenta que , el objeto de dicho fideicomiso, estriba, en canalizar la inversión de los fondos de AFORES y SIEFORES a infraestructura, curiosa y precisamente, el mismo objeto social de “La Caixa” de Barcelona.
Jacobo Zabludovsky escribió un célebre artículo, en el que parafraseando a Rubén Daría y haciendo remembranzas de cuando entrevistó en Managua a Margarita de Baile, advertía en su momento sobre una inminente invasión de “elefantes blancos” proveniente de España.
¿ Nueva oleada de un “rebaño de elefantes blancos” ante la debacle de Europa por la derrota de la OTAN en Ucrania? ¿se busca otra oleada de privatización al estilo de Menem y Salinas? O, ahora más bien, los créditos puentes y la posterior emisión de bonos serán para soliviantar el alto grado de descomposición por corrupción administrativa de gerentes privados en desbandada por el escándalo resultado de informes, estados y balances ante la asamblea ordinaria anual de accionistas. El tiempo dirá.