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Del discurso de Nochebuena al discurso de la Pascua Militar, con una venda en los ojos y una pinza en la nariz. El “Nipío VI”, o quizás “El Mudito”, según Anasagasti (diputado del PNV), ha pasado como una bailarina, de puntillas, por la caja tonta para asombro y recochineo del personal. De paisano o de general de marina. Henchido como un pavo real o, dormido de pie. Discurso va, discurso viene. Pero sin “mutis” que sus “subordinados golpistas de la milicia” les envían mensajes antidemocráticos, por delante y por detrás. O les tiene miedo, o está de acuerdo con ellos. Ahí queda.

El primero, el de Nochebuena. Viene de tiempos franquistas (1937), aunque entonces era por Nochevieja, y el Borbón sustituto del régimen cambió el día (1975), para darle un toque real a la perorata, pero sin poner pie a tierra y desde la peana. Y se convirtió en tradición. Y, ahora, hasta los “presi” autonómicos se desviven por salir en el “plasma” para felicitarnos por lo bien que hemos hecho al votarles y, de camino, leernos la cartilla, porque todo va bien gracias a ellos y, que seamos buenos y que la Constitución es como el catecismo, porque mantiene vivo el espíritu del 78, etéreo e intangible como el Espíritu Santo, que no sé cómo es, pero queda de cine. Y ellos prefieren la Nochevieja que tiene “más rancia tradición”. En el fondo no saben cómo jodernos la cena familiar.

Aunque, más que discurso, es un mensaje subliminal, donde, entre líneas no se ve la corrupción de la monarquía “emérita” y fuera del pentagrama, tampoco, lo importante es hablar de la pandemia y del esfuerzo colectivo, que los individuales no son significativos. Eso sí, hablar de los principios morales y éticos refiriéndose a su presentación ante la “Casa de los Leones”, cuando se hizo cargo del cortijo que le dejó el papá “emérito”, allá por el 2015. Gracias a la abdicación del “campechano” en un clima de sospechas por “malas conductas” financieras, metiéndonos a todos en el mismo saco de comportamiento, cuando dice que “reclaman nuestras conductas”. Más bien creo que son las de ellos, las inmoralidades de la realeza y adyacentes, que están saliendo hechos unos “pendones” y no de los que van en cabeza de las tropas. Y si a eso le llama “espíritu renovador que inspira su reinado”, para el tren que me apeo en la siguiente estación. No hay que olvidar que, a una guerra civil, producto de un golpe de estado militar, más 40 años de dictadura, con asesinatos, torturas y represión hacia cualquier forma de disidencia política, y 140.000 desaparecidos en las cunetas, “el Preparao” le llama suavemente: “un largo período de enfrentamientos y divisiones”. No sé qué parte de la Historia le habrá contado su “padrino” pero no concuerda con la que yo he estudiado.

Desde luego, el discurso se lo han cosido con hilo de seda para no levantar ampollas, pero ya puestos podría hablar de la huida del Borbón, de las cuatro investigaciones abiertas por “presuntas irregularidades” contra el patrón del “Bribón”, de la crisis en la institución monárquica, de las “tarjetas Black”, o el desafío de sectores de los ejércitos”, o si me apuran, del abismo abierto entre el “VI” y una mayoría de la sociedad catalana, después del discurso del 3 de octubre de 2017. Pero eso es como pedir peras al olmo.

Un discurso tan flojo y tan insípido que hasta la caballería pesada del PSOE ha tenido que salir en su defensa, en la figura de la presidenta Cristina Narbona, para “asegurar” con la boca pequeña que “los socialistas comparten lo fundamental de los mensajes del rey…”. En tanto que P. Sánchez, no sabe, no contesta. Y no podía ser menos que (fra)Casado, Abascal y Arrimadas (PP, Vox y Cs) se quitaran el sombrero y casi le hicieran la ola. No así Podemos, que sigue defendiendo el sistema republicano y ha criticado (Echenique) el no haber condenado “las actividades corruptas” del “emérito”. El broche final a la crítica al discurso, lo pone el escritor Suso del Toro: “No olviden la realidad: el discurso del borbón fue pactado con el gobierno español”. Ahí lo dejo.

El segundo, el “Espadón” mayor del reino, con ruido de sables amenizando el festejo de la Pascua Militar, vestido con el uniforme de la Armada, aunque la ministra de la cosa de ”la guerra” dice que es “una minoría insignificante”, pasa de puntillas en el discurso de la Pascua Militar. Una minoría que vive en torno a las armas de guerra no es una insignificancia. Una minoría que se sirve de las “Academias militares” como si fuesen “madrazas” del franquismo, no es una insignificancia. Una minoría que es capaz de amenazar públicamente, incluso con cartas al rey, no es una insignificancia. Como no es una insignificancia que los representantes de las instituciones del poder ejecutivo nos tomen por idiotas a la ciudadanía, mal llamada a sí, porque aún se debate en el vasallaje anacrónico a una monarquía corroída por la inmoralidad de la corrupción.

Como dice Nicolás Tomás (en el NacionalpuntCat) “El coronel no tiene quien le escriba, pero el rey sí. Vuelve a sacar a la Constitución como si fuera la Biblia, y poniéndonos de cara a la pared, nos miente descaradamente para señalar que ésta como “el camino escogido democráticamente por el pueblo español”. Se nota la “comedura de coco”. Fue elegida “forzadamente” por la amenaza de los militares que ahora piden “veladamente” y “supuestamente”, por carta un “golpe de estado” como el del 36, porque hay que “acabar con 26 millones de hijos de puta” (literalmente). Y yo pensando que el “enemigo de la “unagrandeylibre”” había sido exterminado y desmochado de los cuernos y el rabo del demonio rojo y comunista. ¡Gensanta! Que cruz. Pero no, los salvapatrias, según el “NipíoVI” están “comprometidos incondicionalmente” con la sacrosanta Constitución del 78. Pues esta “minoría insignificante llena de intolerancia y delirios”, según su jefa de filas (M. Robles), “perjudica al prestigio de unas Fuerzas Armadas, modernas y altamente preparadas”, de rancio abolengo franquista, que todo hay que decirlo. Y, no. “Señá” ministra. Se le ve el plumero complaciente a las marchas militares y a la “banderita española”. No sólo son militares retirados, los que han levantado la voz y el brazo. Hay mucho militar parapetado en los cuartos de armas que rinden tributo al dictador. Alrededor de 750 militares “retirados”, los que le han dicho que “sería mejor dar un golpe al timón y cambiar de rumbo”. Si esta frase no tiene talante golpista, tendrá que hacérselo mirar. Blanco y en botella.

Y sobre todo en los cuarteles de la guardia civil, donde los vestigios franquistas están bordeando la “democracia a la española”, sin que sean eliminados, como el lema de “todo por la patria” (desde 1942).

Y el que haya puesto en manos de la Fiscalía los casos señalados, indica que la cosa es de mayor importancia de la que nos quiere hacer creer. Y esperemos que esta institución de la toga y las “puñetas” no se ponga a silbar en la vía para distraernos “al compás del chachachá, del chachachá de tren…”

Viñeta de Ferranmartín, Ferran 20

Por: Paco González. 12/01/2021

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