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Stefan Vanistendael, (sociólogo y demógrafo por la Universidad de Lovaina, Bélgica) gran estudioso de la resiliencia, nos explica como podemos desarrollarla y por que la obsesión actual por la felicidad es un riesgo.

Reivindica la fuerza de las pequeñas cosas para conectarnos con la vida, a si como la espiritualidad, que define como “una fortuna de vivir viviendo más allá de lo que es útil y de lo que podemos comprender”.

Stefan Vanistendael ilustra sus discursos con citas y casos reales que muestran los peligros del perfeccionismo y utilitarismo imperantes.

Muchos de nosotros ansiamos el perfeccionismo como una parte vital para ser aceptados en diversos grupos y para sentir el “éxito”

Cuidado que puede ser peligroso pretender desarrollar todo el potencial de uno… y más sin conocerlo.

Sí; Hoy es frecuente negarse a aceptar nuestros límites y, eso; solo puede llevar al fracaso y a la frustración.

Quizá necesitamos muchas vidas para desarrollar todo nuestro potencial. Un ejemplo: un bebé nace con la capacidad de poder emitir los sonidos de cualquier idioma, chino, español, japonés…Pero si quiero que este bebé desarrolle todo su potencial, nunca podrá hablar ningún idioma. (LÍMITES)

Es a través de la interacción con la madre, una persona amorosa y de confianza, como el bebé va a seleccionar los sonidos que va aprender. Solo podemos crecer si realizamos una selección rigurosa dentro de este enorme potencial que poseemos como seres humanos.

–Hemos glorificado al individuo?

–Exactamente y de manera irrealista por que todos necesitamos una comunidad para vivir. Se habla de la importancia de ser autónomo, pero me parece que nunca habíamos sido tan dependientes unos de otros.

“SOLO PODEMOS CRECER, SOLUCIONAR Y EVOLUCIONAR: HACIENDO UNA SELECCIÓN RIGUROSA DE NUESTRO POTENCIAL HUMANO”.

“La dificultad es a veces la que nos lleva a ser conscientes de nuestros propios recursos y la que nos hace crecer”

PERFIL

STEFAN VANISTENDAEL

La felicidad es posible: despertar en niños maltratados la confianza en sÍ mismos (Gedisa, 2009) y la resiliencia o el realisme de l´esperanca (Claret, 2016) son los dos libros publicados en España por Stefan Vanistendael, sociólogo y demógrafo holandés que ha sido investigador en el Centro de Estudios de Población y Familia de Bruselas (CBGS).

Actualmente trabaja en la unidad de investigación y Desarrollo de la Oficina Internacional Católica de la Infancia (BICE) en Ginebra y da conferencias en todo el mundo sobre la resiliencia, la capacidad de un apersona para enfrentarse a las situaciones difíciles de la vida.

Si alguna vez llega a faltar la electricidad unas semanas, no podríamos sobrevivir porque no tendríamos acceso ni al agua.

Somos totalmente dependientes de la tecnología. Recuerdo una escena curiosa: estábamos en una reunión en la que los colegas más jóvenes tomaban notas con su ordenador. Se fue la luz y dijeron: “Bueno, no podemos hacer nada más”. Habían olvidado su capacidad de apuntar con un papel y un bolígrafo.

–SE LO HAN PREGUNTADO MIL VECES, PERO, ¿QUÉ ES LA RESILIENCIA?

—A pesar de las muchas definiciones que se han dado, seguimos sin tener una respuesta definitiva porque no es un concepto que se pueda ni se deba recortar. Algunos psicólogos la focalizan en superar un trauma, pero yo he trabajado en cárceles, en cuidados paliativos -y en campos muy diferentes entre si- y he visto que lo que nos enseña la resiliencia puede ser también muy útil a las personas que no han sufrido ningún trauma. Podríamos decir que la resiliencia es la capacidad de un grupo o de una persona individual para superar problemas muy graves y conseguir crecer a través de la dificultad hasta llegar a una nueva etapa de la vida. A veces necesita terapia o ayuda, pero en otras ocasiones es la misma dificultad la que lleva a la persona a ser consciente de sus propios recursos y la que nos hace crecer.

–¿RELACIONA LA RESILIENCIA CON LA CAPACIDAD DE VOLVER A CONECTARSE CON EL SENTIDO DE LA VIDA?

–Sí. Redescubrir el sentido de la vida tras un trauma o fracaso es muy importante. En Ginebra, unos médicos del Hospital Universitario del Departamento de Enfermedades Crónicas y Discapacitación me comentaban que su mayor desafío no es curar al paciente, si no conseguir que pueda reconstruir su vida.

IMPORTANCIA DE LAS PEQUEÑAS COSAS

Ver lo positivo.

Los cimientos del sentido de la vida están ocultos de tras de las pequeñas cosas. Las personas que se cuidan han perdido la capacidad de percibir las cosas positivas que tiene su vida, aunque las tengan.

El sentido de la vida.

Normalmente relacionamos el sentido de la vida con un gran proyecto, un gran trabajo o un gran amor, pero cada día disfrutamos de miles de vinculaciones positivas con la vida: compartir un café con un amigo, preparar un desayuno con familia, comprar verduras para cocinar, ver el cielo o un amanecer…

La fundamental.

Perder la capacidad de apreciar estas pequeñas cosas, es un error porque proporcionan un enorme sentido a nuestra existencia.

Con la enfermedad y el dolor que le genera. Pero, ¿Cómo concretar este punto? León Fleisher, un pianista americano de carrera brillante, de repente, perdió la motricidad fina de la mano derecha, lo que significaba abandonar su carrera. Entró en una depresión muy profunda y encontró la manera de salir de ella y de dar un nuevo sentido a su vida.

Se dijo, “He perdido el piano y con ello el sentido de la vida, pero en realidad mi vinculación con la vida no es el piano, sino la música”. Y se convirtió en director de orquestas y profesor de música, facetas en las que también fue muy brillante.

Es decir: observar dentro de una situación lo positivo y analizar la situación de diversas maneras, brinda la gran oportunidad ver los detalles, las pequeñas cosas que nos ayudan a reconducir nuestra vida.

 ¿POR QUÉ SE DEFIENDE LA NECESIDAD DE VINCULAR LA RESILIENCIA A LA ÉTICA?

–En los estudios norteamericanos sobre resiliencia apenas se habla de ética, pero si no tienes, ¿Cómo la definiría, entonces?

Me gusta lo que dijo Michel Manciaux, otro experto en resiliencia: “Un signo de resiliencia es la capacidad de una persona de vincular de manera positiva y a largo plazo en una relación humana, ya sea de amistad o de otra clase”. Pero tenemos una larga lista de ejemplos en los cuales resulta difícil discernir.

¿Por ejemplo?

–Una trabajadora social trabajaba para la policía en una época de enorme crisis económica en Argentina. La policía había detenido a un grupo de niños de la calle que robaba con mucha violencia.

Para esta trabajadora lo más sencillo hubiera sido internarlos en institución, pero sabía que eso, podría convertirlos en unos jóvenes criminales.

¿Y que hizo para ayudarles?

Inspirada por la resiliencia y en la experiencia de un educador que trabajaba con niños pobres de la calle en la India les pregunto: “¿Como hacéis para robar?” las respuestas mostraron una enorme creatividad y talento que ponían en práctica, así como la inteligencia emocional que requerían, después realizaban rituales para calmar sus miedos antes de actuar. Entonces le hizo otra pregunta: “¿Por qué lo hacéis?” Su respuesta fue: “Si no lo hacemos nuestras familias no tienen nada que comer”. Los niños ponían en riesgo su vida para salvar y dar de comer a su familia, lo que es sumamente ético, pero al mismo tiempo lo realizaban con actos de enorme violencia e ilegales. Hay que aprender las soluciones que los pobres han puesto en práctica antes de llevar a cabo cualquier intervención.

–Hoy se habla mucho de los peligros de la hiperpaternidad. ¿Qué opina?

El neurólogo y psiquiatra Boris Cyrulnik dice que la sobre protección puede hacer mas daños que todos los factores de riesgos juntos. Los padres han perdido su capacidad natural para ejercer como padres, la sobreinformación les ha hecho inseguros sobre lo que hay que hacer para educar bien.  Es un poco lo mismo que nos ocurre con la obsesión por la felicidad. Hay que defender el derecho de sentirse también un poco mal. En la vida real, la felicidad significa tener altibajos. Y aceptar los límites, es lo que nos permite ser felices.

“LOS LIMITES REPRESENTAN PARA MUCHOS UNA CÁRCEL, PERO ACEPTARLOS ES UNA AUTENTICA LIBERACIÓN”.

Enviado y adecuado por:

Juan de Dios Flores Arechiga.

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