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En mi anterior artículo sobre “La CIA, Isidoro, Andrés, los GAL, y un “cuñao” que pasaba por allí”, quedó en el aire lo que pintaba el “cuñao” en esta historia, porque lo otro sí que estabais al tanto, como dijo Echenique sobre el informe:” No aporta absolutamente nada nuevo que no se supiera ya”, o, no, Aunque después, viendo los reproches, cambió el discurso. Y aunque, en apariencias no significaba nada, su presencia estaba cantada, como receptor del debate que se iba a declarar, pero muy difuminado. Y es que la noticia tenía toda la apariencia de una primicia que iba a sacudir el terreno político aprovechando el final del estado de alarma por el coronavirus.

Es que hablar de cuñaos es perderse en la esencia del carpetovetónico clásico, el que nunca ha cambiado de camisa, el de la España cañí, el que lleva el cliché pegado a la solapa de su ADN como si fuera un pin patriótico. Así que me he perdido en la hemeroteca de Internet, la de San Google, y he apartado el significado más simple para no marear la perdiz, y me he encontrado ante un espejo. Sí, el vocablo me ha devuelto un reflejo del cristal. Y es que el “cuñao” es el experto que hay dentro de nosotros. Ese sabiondillo que aflora cuando menos lo esperamos, que entiende de cualquier tema, aunque no tengamos ni zorra idea de ello, pero siempre tenemos una solución a mano. Y, mientras nosotros, mindundis del pueblo vulgar, creíamos que los cuñaos sólo eran los que se paseaban por las tertulias de baja calidad cultural, nos hemos equivocados de pe a pa. El concepto es tan importante que ha llenado todos los rincones, incluso en el Congreso de los Diputados ha entrado a saco, para mayor gloria de esta etapa republinárquica. O como señala mi amigo Illanes hablando del circo del número 13 de la Rue del Cuñao, saliendo a los balcones. Dicen las malas lenguas, que no todos los cuñaos son periodistas, pero sí todos los periodistas tienen algo de “cuñao”. Y con la lógica del cuñadismo hacemos extenso el vocablo: “España es un país de “cuñaos”.

Y como resultado, yo, mi me conmigo soy un “cuñao” de primera línea, porque no tardé mucho en salir al encuentro de la noticia y tragarme el cebo, dejando al corcho flotando a la deriva para que otros cuñaos buscaran las piezas del puzle que “El Mundo” había esparcido por la prensa digital, y no tan digital. Algo parecido a tirar mierda a un ventilador.

Y como no hay un dos sin tres, la noticia llevaba una cola que se la pisaba, nos ha pillado a todos lo “cuñaos” con el paso cambiado. Que lo de tomar la noticia al “dente”, en lugar de dejarla enfriar, no es buena cosa, aunque lo del dente sea bueno para los espaguetis recién servidos.

Por ello quiero empezar el “mea culpa”, explicando que, la desclasificación de los documentos de la CIA fue realizada en 2011, lo que hace inviable su intromisión en la vida política española, en los momentos actuales. En segundo lugar, “El Mundo” ya hizo un artículo sobre el tema en el 2015, y ahora vuelve a meter la cuchara en la olla para remover el caldo de la tensión contra el gobierno actual, cosa que se acerca más a un acoso continuó de la derecha, aprovechando cualquier noticia que navegue por el Pisuerga, tiene que ser un dardo contra el gobierno. Y Tercero, que hay más de un cuñao que ha picado el anzuelo de la noticia y ha sacudido el corcho que flotaba sin dirección alguna, dándole un giro insospechado al tema.

Para ir entrando en materia, empecemos por las voces críticas que desde dentro del PSOE requieren un “basta ya” a Felipe González. Siendo curioso que es el PSE-EE de Guipúzcoa el primero en levantar el dedo, y digo curioso porque, en tiempos antiguos era el lugar de acogida de “Isidoro” y “Andrés” en sus pasos clandestinos hacia la Francia democrática, y que sobre los GAL debían de saber mucho, más que mucho, muchísimo, sobre lo que se cocía en el cuartel de la guardia civil de Intxaurrondo. Otras voces de “cuñás” que, aunque lo de cuñao suele ser patrimonio machista, también se bandea al otro lado, las pusieron las portavoces del PSOE y del PSCatalán, menospreciando la noticia de la CIA, apoyando sin disimulo al presumible Sr. X. Y tampoco ha faltado, una Susana Díaz, que ha desairado al secretario del PSE-PSOE vasco, defendiendo a capa y espada a su padrino de cuando la Junta andaluza era su cortijo: “¿Alguien puede cuestionar a Felipe González? Pues va a ser que sí, que se le puede cuestionar, o ¿Es que también entra en lo de la inviolabilidad de clases”?

Otro que tal lo baila es Fernández Vara (expresidente extremeño), asegurando que “es la huella más imborrable de la vida de más gente en España”, y “el político más moderno y respetado en el mundo”. Para cantarte lo de “Pichi: Anda y que te ondulen con la permanén…y pa suavizarte que te den ‘col-crem’. Si tú lo crees ponle una velita en la palmatoria de la mesita de noche.

Hay más voces agradecidas, o ¿eran estómagos?, que piensan que aquella época de luces y sombras modernizó la España de ahora, pero callan sobre el daño a la democracia que le hizo. Porque si hacemos una lista, ganaría los que han puesto palos en las ruedas al avance democrático y no los otros, los que se han dejado la piel en el cargo, puesto o sillón para dar a conocer una España de “democracia plenísima”. Y es que, para llegar a ser democracia, hay que actuar con democracia, y respetando los derechos humanos a capa y espada, no utilizando la espada para cercenar los derechos.

O Margarita Robles, ministra de defensa, disculpando al terrorismo de esta Estado al tiempo que elogia a Felipe González. Pero tranquilos que eso no es exaltación del terrorismo.

Y viendo que hay cuñaos para todos los gustos, que lo mismo fríen una camisa que planchan un huevo, no retiro ni una coma de mi artículo anterior, por muy cuñao que me levante. Y si hay que decir que un gobernante fue, fuera o fuese, o es, un miserable, se dice, que para tapar la boca ya está la ley Mordaza, y la “justicia” inquisidora. Y mucho menos, si ves que el PSOE-PSC se alía varias veces con el PP, VOX, y C’s para no investigar las “presuntas corruptelas” del “emérito” ex rey, o lo “juzgado” de los GAL, donde no apareció el jefe de la banda. Que seguro sigue con un tal Mpuntorajoy, al que la “justicia”, ni los fiscales encuentran por ningún sitio. O, pajar donde esconder la aguja, que si fuera yo, ya me habría pinchado al primer intento de sentarme en la paja. Es la suerte del “cuñao”.

Viñeta_El jueves. Publicada el 31/08/2018

Por: Paco González. 25/06/2020

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