Crónicas desde Barcino: La “democracia plena” es una “milonga (2/2)

Y la “imparcialidad” es filibustera

Hablando de “imparcialidad”, en el tema del suplicatorio ante el Comité de Asuntos Jurídicos de la UE, observamos que hay otra cuestión reglamentaria que ha disparado la alarma de la objetividad y, me refiero a que un ponente sólo puede hacer un informe de un suplicatorio individual. En este caso hay tres implicados en lugar de uno. Pero eso no importa, que aquí no cabe lo de “Partid en dos al niño vivo, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra”, porque no va de sabiduría sino de putería institucionalizada.

Ni siquiera que el informe se filtrara varios días antes de hacerse público en el Comité de Asuntos Jurídicos de la UE. O, que se publicara en un diario de la caverna mediática (ABC) y como las sospechas estaban repartidas entre los cincos eurodiputados españoles que están en el citado comité, el presidente del Parlamento dijo que eso es grave y hay que abrir un expediente por falta de confidencialidad. Y yo me pregunto ¿Quién hará el informe previo del expediente, el mismo ponente o es que entre los más de 700 eurodiputados no hay uno válido para tal labor? Aunque eso de ser un procedimiento confidencial, es de risa, cuando del PP, o Cs, o PSOE se trate, sobre la unidad patria, todos se alinean al grito de: “ ¡Llanera y cierra España!” ¡Ar!

Así que, el 23 de febrero, el comité aprobó el informe favorable a levantar la inmunidad a los tres eurodiputados. Con la salvedad, de que del medio centenar de suplicatorios votados desde 2014, es la primera vez que un resultado ha salido tan ajustado. En este caso se aprobó, sólo por 15 votos a favor, 8 en contra y 2 abstenciones. Quedando de manifiesto la alegría en los políticos de la derecha, y dejando claro que un suplicatorio de características judiciales, se ha politizado descaradamente. Pero con decir que hay separación de poderes, todo queda zanjado.

Y, de pronto, saltó liebre de las artimañas leguleyas. En el informe aprobado, correspondiente a la consellera Ponsatí, se ha colado un delito que no estaba en el suplicatorio. El de malversación de fondos públicos que, en el juicio celebrado en el Tribunal Supremo, no se pudo acreditar, y fue descartado. Pero, a pesar de ello, el ”ponente, supuestamente fascista” lo coló y los demás más callados que un mimo meditando. Así que, la credibilidad de la comisión y del propio Parlamento está llegando a niveles de la monarquía española, y así nos luce. Al más puro estilo de Marchena y sus mariachis fiscales y de los informes elaborados por un tal “Tácito”. Error detectado por la Eurocámara, pero cuya enmienda no ha modificado un ápice la decisión del pleno del Parlamento.

La polvareda no se ha hecho esperar. Una lista de 52 eurodiputados de partidos e ideologías diferentes demandando parar el proceso de levantar la inmunidad, porque, entre otras cosas: “·El tribunal que solicita la renuncia, El TS español, no es la autoridad competente para hacer la solicitud”, además, de la persecución política a la que están sometidos los tres suplicados. Y declararon que no hacían esta demanda “por las ideas defendidas” de los diputados independentistas sino por defender “la inmunidad parlamentaria contra la justicia, sistema de estado miembro que ha demostrado su voluntad de perseguir a los que organizan un referéndum para que los ciudadanos de Catalunya pudieran expresar libremente su opinión”. Aquí viene el recuerdo de la campaña de Pedro Sánchez en las elecciones generales del 2019, donde “prometió traer de vuelta a España al expresidente catalán Carles Puigdemont, huido a Bélgica desde octubre de 2017, para que responda ante la justicia”. Hecho que ya hizo ante la justicia alemana y la belga. Pero parece ser que son justicias diferentes. Argumentó que sería con la fiscalía. “¿La fiscalía depende del Gobierno?… Pues ya está”. Una contradicción, cuando durante la causa del ‘procés’, el mismo Farsánchez defendió la independencia y la autonomía de la Fiscalía. Y es que, con esto de la división de poderes, desde que aplicaron el art. 155 del “Aporellos”, con su visto bueno y el voto de sus acólitos en el Senado, no se aclara si hay separación o es un juego de trileros, o es una oferta del super del “tres por uno”.

En la segunda votación del pleno del Parlamento, del pasado 8 de marzo, con 705 eurodiputados. Ratificando lo aprobado por el comité, y también con un resultado de apoyo a los tres eurodiputados, más grande de lo que se pensaba. Ya que sólo un 58% a aprobado el informe de levantar la inmunidad parlamentaria, mientras que un 42% ha emitido votos discrepantes (de ellos, 248 en contra y un resto de abstenciones), no apoyando el informe. Al mismo tiempo, se ha abierto una brecha en la unidad de los grupos parlamentarios, como el socialista, popular y liberal donde, alrededor de 80 diputados han roto la disciplina de voto. Y un NO mayoritario de las izquierdas del Europarlamento, que señalan la persecución política, obstaculizando que se presenten a las elecciones europeas, la presencia de cinco eurodiputados españoles, contrarios al independentismo, en la Comisión de Asuntos Jurídicos Europeos (JURI), las declaraciones públicas sobre el informe, antes, durante y después de la votación, incluso la filtración a un diario de la extrema derecha (ABC). Si esto no es “filibusterismo”, que venga dios y lo vea.

Pero, que ha levantado ampollas en el grupo socialista europeo, con sus declaraciones, ha sido el eurodiputado y exprimer ministro de Malta, Alfred Sant refiriendo al contenido del suplicatorio y a la justicia española: ”Se puede estar en desacuerdo con sus posiciones y sus tácticas, pero afirmar que cometieron un delito por organizar un motín a traición, sólo se puede justificar en términos de legislación fascista franquista”, continúa señalando “…Si se aprueba por el Parlamento, puede ser un escándalo, porque fueron elegidos democráticamente por el pueblo y estos eurodiputados  han sido considerados “culpables de movilizarse pacíficamente dentro de los parámetros políticos aceptables en el resto de la UE democrática”. “…Un parlamento que adopta, repetidamente, la postura de predicar la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho a los otros”. Lo mismo que sentenció el tribunal alemán de Schleswig-Holstein, en relación a la detención de Puigdemont por la euroorden de Llarena, que negó la extradición, porque “la acusación de rebelión o sedición por organizar un referéndum pacífico no podría constituir estos delitos”.

Así que, lo que en principio parecía un suplicatorio de andar por casa, ha colocado al propio Parlamento Europeo en el ojo del huracán, como el núcleo defectuoso de las democracias europeas. Hasta el extremo de poner al juez Pablo Llarena en situación tan “embarazosa”, que no se atreve a poner en marcha las euroórdenes que tiene en el cajón, hasta que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) no le indique como salir del atolladero. Para eso ha enviado un documento con 7 preguntas “pre-judiciales”, porque la justicia belga le ha denegado la euroorden de extradición del conseller Lluís Puig y lo ha dejado con el culo al aire, en cuanto como le puede resultar pedir la extradición de Puigdemont, Comin y Ponsatí. También ha menospreciado el informe de un Grupo de Trabajo contra Detenciones Arbitrarias de la ONU dependiente del Comité de Derechos Humanos de la ONU, de mayo de 2019, en el que hacía público un veredicto pidiendo la libertad inmediata de Oriol Junqueras, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, al tiempo que instaba al gobierno español a indemnizarlos y hacer una investigación exhaustiva e independiente del caso.

Pero como el gobierno español, sea progresista o no, le importa un comino lo que diga el Comité de Derechos Humanos de la ONU, aunque firme todos los acuerdos. Y dicho informe fue comunicado a Marchena durante el juicio (causa general) de los procesados por el 1-O, y como el que oye llover. ¡Agua va!

Lo de llenarse la boca con la frase “democracia plena” forma parte de la letanía del ejecutivo (menos progresista), desde la portavoz Montero, pasando por la ministra de Asuntos Exteriores recordándolo al homólogo ruso, y aterrizando en la vicepresidenta Calvo, reprochando a Pablo Iglesias: ”España es una de las grandes democracias del mundo…”. Si Ud. lo dice tendría que ir al oculista, porque yo no la veo así, más bien defectuosa, con manchones y desconchados. Y, de camino, mire como funciona la “in-justicia” del TS, que se ve que alguna clase de la asignatura “Democracia” se la han saltado.

Paco González.

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