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Salvador Carmona Amorós destaca el contraste entre la relevancia social y económica de la Ciudad de Puebla en el ámbito nacional, en medio de regiones que, en contrapartida, se sitúan en la geografía de la pobreza extrema del país junto a las de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, a grado tal, de que caracteriza a la zona conurbada de la Angelópolis como un auténtico “enclave económico” en relación con el vida social y económica del resto de la entidad.

Verdadero enclave que ha exacerbado sus más negros signos, con la política de obras públicas de dimensiones faraónicas puesta en marcha por la administración local a partir del año 2010; y, ante lo que el propio Carmona, desataca como una necesidad imperiosa revertir los círculos viciosos que enquistan a las regiones del estado en la falta total de perspectivas de progreso.

Entre los elementos que señala como diques al desarrollo cuenta en primer término el exceso de circunscripciones municipales.

Doscientos diez y siete municipios algunos de los cuales, los más pobres, reciben por conceptos de participaciones y eventualmente aportaciones federales, derivadas ya sea de lo dispuesto en la materia por el sistema de coordinación fiscal o en su caso por los convenios de descentralización de servicios, la irrisoria suma de dos mil pesos, dispersión que dificulta, sino es que imposibilita toda estrategia seria de desarrollo.

Las entidades submunicipales, denominadas en la entidad “juntas auxiliares”, las mismas que habrían sido catalogadas como totalmente disfuncionales desde los tiempos de las “Reformas Borbónicas” se aúnan al referido dique a la implementación de políticas propiciatorias del desarrollo.

En tal tesitura resulta digna de destacarse la iniciativa de los vecinos de la “Junta Auxiliar” de la Trinidad Sanctorum para erigirse en municipio y escindirse del ayuntamiento de Cuautlancingo.

Comunidad que cuenta con una formidable base tributaria, como sede que alberga la más importante zona industrial del sur sureste del país, y que, sin embargo, se ha visto aquejada por la inseguridad dado el hecho de que durante la administración del alcalde Félix Casiano la criminalidad se entronizó en el aparato mismo de gobierno; a lo que habría que aunar la precariedad en la prestación de los servicios que amenaza incluso la viabilidad de la  localidad como zona de asentamiento industrial y residencial que a la fecha reviste.

“Juntas Auxiliares” con viabilidad económica encerradas en estructuras que eran ya caducas en el siglo XVIII borbónico, en tanto que la realidad exige a voz en cuello la fusión de entidades municipales destinadas a la inanición, nos conduce a un replanteamiento de fondo de la organización municipal en la entidad y seguramente en el país en su conjunto.

Ante el diagnostico de Salvador Carmona Amorós respecto a la entidad, resulta claro que pocos movimientos cívicos son a no dudarse, tan preclaros en sus perspectivas de altos alcances, como lo es el movimiento de vecinos de la “Junta Auxiliar” de la Trinidad Sanctorum.

Por: Atilio Alberto Peralta Merino

albertoperalta1963@gmail.com

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