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Saldos de una consulta fallida

¿Qué se ganó y qué no se ganó en esta revocación de mandato?

El objetivo oculto del presidente de la República era conseguir más de 37 millones de votos en su consulta revocatoria. Amparado en una copiosa votación pretendía promover la extensión de su mandato ante la Suprema Corte, ya que “el pueblo lo había refrendado en las urnas”. Sabíamos que eso sería imposible sin una oposición política que hiciera campaña a favor de sacar a López Obrador de su cargo. No ocurrió. Los opositores no promovieron el voto en contra y la participación apenas fue de 16.5 millones de votos, un pálido 17.8 por ciento de la lista nominal. El promedio de votos recibidos en las 57,449 casillas instaladas en el país fue de 287 votos.

El 10 de abril confirmamos que el mejor antídoto en contra del populismo es el vacío. Sin un antagonista el líder se queda solo en el ring lanzando golpes al aire. Imagine la emoción que despierta en la tribuna un boxeador practicando frente al espejo. Así le pasó a López Obrador en su consulta. Le faltaron más de 20 millones para seguir el mismo camino de otros líderes populistas latinoamericanos como Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales o Rafael Correa, quienes lograron múltiples reelecciones gracias a este tipo de ejercicios pseudodemocráticos.

El otro objetivo del presidente de la República era conocer las capacidades de sus estructuras electorales. Una cosa es hacer campaña desde la oposición con recursos limitados enfrentando múltiples obstáculos y otra muy distinta es hacerla desde el poder con todos los recursos disponibles. López Obrador lo tenía que calibrar y para eso sirvió la consulta, claro con cargo a los bolsillos de los contribuyentes.

La estructura oficial alcanzó para llevar 15.2 millones de votos a su favor. Una cifra de votos muy similar a las obtenidas en las elecciones de 2006 (14.8 millones) y 2012 (15.8 millones). La diferencia es que en aquellas ocasiones el líder opositor Andrés Manuel López Obrador no contaba con programas sociales, ni con la posibilidad de repartir miles de millones de pesos del presupuesto a millones de beneficiarios. Tampoco tuvo el control de la agenda pública mediante las mañaneras, ni el poder de someter a las fiscalías (FGR y FEPADE) para poder cometer todo tipo de delitos electorales con impunidad. A diferencia del pasado, los gobernadores y presidentes municipales estuvieron alineados con el interés del presidente López Obrador. Fue así como la movilización contó con el apoyo económico y logístico de autoridades locales.

La mala noticia es que con todo el poder y el dinero, la estructura oficial solo pudo meter los mismos votos que cuando era oposición. 15 millones de votos no le alcanzaron antes y no le alcanzarán para ganar en 2024.

Sin embargo, la clave para interpretar los resultados de esta consulta no está en la ausencia de la oposición ni en la incapacidad del oficialismo para aprovechar el poder de que dispone. El resultado está correlacionado con la realidad que vive el país. Solo es cuestión de observar las condiciones de cualquier sector, digamos la salud o la educación, la seguridad o la economía, los derechos civiles o la impartición de justicia, el combate a la corrupción o la inversión en infraestructura. Nada está mejor ahora de cómo estaba en 2018.

La sociedad mexicana es consciente de la situación y de la incapacidad de este gobierno de dar resultados. Amable lector, lectora. ¿Usted cree que la gente se habría quedado en su casa si el presidente de la República tuviera al país en mejores condiciones? La inmovilidad de la oposición poco habría servido si en México fuese realidad algo de lo que el discurso oficial alardea todas las mañanas. Tampoco habría sido necesario que se cometieran tantos abusos y excesos para movilizar electores si en realidad el pueblo respaldara a su presidente.

Más vale recordar la máxima que dice, “cuando el mago cree que el conejo apareció en el sombrero, valió madres la magia”.

Si el régimen pretende llegar a las elecciones del 2024 en mejores condiciones deberá concentrarse en gobernar y dar resultados. Recordemos que inauguró una obra emblemática apenas 20 días antes de la consulta revocatoria, ello prueba que los actos de propaganda como el del Aeropuerto Felipe Ángeles son llamaradas de petate sin efectos electorales.

El otro gran objetivo de AMLO es el de debilitar al INE. La consulta le ha servido de marco para cuestionar todos los días al organismo electoral. La realidad es que el INE hizo un gran trabajo en esta consulta revocatoria a pesar de todos los obstáculos que le impuso el gobierno federal. Logró que se instalaran más de 57 mil casillas en todo el país con la participación de centenas de miles de ciudadanos, quienes fueron seleccionados, capacitados y organizados por el INE. Los votos se contaron y las actas se registraron con gran eficiencia. Nadie puede reclamar que el organismo electoral fue omiso, al contrario.

Sin embargo, en el fondo el oficialismo no quiere llegar al 2024 con un árbitro autónomo y profesional como el que tenemos. López Obrador necesita a toda costa apoderarse del INE y del TRIFE para asegurar que serán leales a sus intereses. Esa es la batalla que viene para los ciudadanos libres de este país, la de luchar por la autonomía de los órganos electorales.

Conclusiones

La propaganda oficial decía “AMLO no está solo”. Ese era el llamado al voto para la consulta revocatoria. Más de 76 millones de mexicanos así lo dejamos, solo, decidimos no participar.

El lunes 11 de abril MORENA no parece esa máquina imbatible después de la consulta. Al contrario, creo que el resultado les complica incluso que consiga los votos para aprobar su reforma constitucional al sector energético. También hará dudar al PRI y a otros partidos sobre posibles alianzas con el partido oficial.

En las elecciones presidenciales del 2024 habrá una participación de 62 millones de mexicanos aproximadamente. Si solo se presentan 2 candidatos fuertes, uno oficial y uno de oposición, se requerirán más de 31 millones de votos para ganar. Si se presentan 3 candidatos fuertes, uno de MORENA, otro del PRIAN y uno más de MC, el ganador necesitará al menos entre 22 y 25 millones de votos. Los 15 millones de la consulta revocatoria no le alcanzan a MORENA, necesitará de un candidato o candidata que sea capaz de conseguir los votos restantes ¿Quién podrá?

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José Zenteno
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