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Miguel Gila era un humorista madrileño por nacimiento, hombre de mundo por elecciòn, de esos que disfrutan con sorprender a su auditorio, a mi me toco escucharlo cuando apenas podìa entenderlo, luego me lo encontre en alguna librería y le compre el personaje que con talento se inventó e hizo reir a varias generaciones, entre las que se encuentra la mía, entre otras cosas que recuerdo decía: me encanta escuchar las conversaciones de los hombres, en particular las de los inteligentes, los hombres inteligentes siempre dicen algo interesante, no me interesa la política, a mí no me dicen nada los políticos, ni me impresionan con sus discursos, ni me sorprenden con sus frases.

A mi tambien me gustan las historias, las disfruto, a eso se debe que me guste la lectura, de ahí aprendí que las que uno dice, merecen tener contenido y sustento, a no vituperar a nadie por muy estupido e ignorante que este sea, ante estos personajes prefiero callarme, es mejor guardar silencio que desesperarme con una persona que no entiende y cree entender, es un desastre, lamento que muchas de las personas que tienen estas características están en la política y viven de ella, otros se sienten el lider que su nación requiere, se rodean de seguidores tan inconscientes como absurdos, la verdad que esto es muy frustrante, no vale la pena ocuparse de ello.

Pero volvamos a Gila cuando dice:  Yo no he creído nunca en esa historia de la reencarnación, pero después de haberme muerto varias veces estoy empezando a pensar que algo hay de cierto. Aunque les doy un consejo, yo que tengo experiencia. No se mueran nunca, porque después que te mueres ya ni puedes ir al teatro, ni jugar al dominó, ni veranear en una playa, ni ir a un baile, ni nada de nada, lo mejor es no morirse nunca, porque aunque la vida nos dé problemas y a veces depresiones, vivir es muy bonito.

Y cuanta razón le asiste al madrileño, a mi tambien la vida me cobra facturas, desde mi muy particular modestia, estoy enterado de temas que con mi limitada cultura y particular intolerancia no comprendo, si un lider, cualquiera que este sea le dice a sus incondicionales que los que no piensan como el son tarados o ignorantes, o los otros que sirven a sus propios intereses, generalmente económicos y lo mas grave de todo esto es que se trata de manipuladores baratos, que se sirven de otros para lograr poder político, ecnómico y social, los de antes, de mucho antes de que usted y yo nacieramos se servían de las religiones y eso era terrible, los de ahora son más simples, se sirven de la ignorancia y de la estupidez ajena.

Gila y Verdaguer, dos personajes entrañables y anteriores a

Mi generación.

La verdad es que Gila fue un hombre de su tiempo, un personaje impresindible para su epoca, como lo fue el uruguayo argentino Juan Verdaguer, no hay nada más gracioso que burlarse de uno mismo, de hacer gracias a costa de nosotros sin hacer escarnio de los demás, yo la verdad es que sueño con que los contrincantes en la actual contienda nacional se moderen y dejen de ofender con ocurrencias y chascarrillos, cada día nos hace mas falta una sonrisa y un rato amable, dejar de hablar de supuestos adversarios que no son nuestros enemigos, son nuestros compatriotas y merecen nuestro respeto.

Termino con un pequeño relato ilustrativo de la importancia de reirnos de la vida sin agredir a nadie, lo dijo Juan Verdaguer: dice que le dijo a su suegra que tenía sus creencias más profundas en el tema de la “reencarnación”, con su acento argentino le dijo, Suegra, de modo que si yo creyera y fuera cierto que la reencarnación es real, ¿yo, podría reencarnar en otra persona o en algún animalillo? Por ejemplo en un gusano y la suegra con aplomo le contestó “no se vale repetir”.

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

alfonsodiazordaz@gmail.com

18 de diciembre de 2020

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