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En manos de aquellos que comprenden la actividad humana como una herramienta o instrumento muy fuerte y muy fino, que funciona para la definición de manifestaciones que, sin ella, son imposibles de definir. Tomen, por ejemplo, los conceptos generales de religión, de arte, de ciencia y de filosofía.

Comenzando por la religión, podemos ver de inmediato que debe haber una religión del hombre N.°1, esto  es, todas las formas de fetichismo, no importa cómo se les llame; una religión del hombre N.°2, es decir, una religión emocional, sentimental, que llega algunas veces hasta el fanatismo, hasta las formas más crudas de la intolerancia, hasta la persecución de los herejes, y así sucesivamente; una religión del hombre N.°3, esto es, una religión teórica, escolástica, llena de argumentos sobre las palabras, las formas, los ritos, lo que viene a ser más importante que cualquier otra cosa; una religión del hombre N.º 4, esto es, la religión del hombre que trabaja en el desarrollo de sí; una religión del hombre N.°5, esto es, del hombre que ha alcanzado la unidad y puede ver y saber muchas cosas que los N.º 1, 2 y 3 no pueden ver ni conocer; luego, una religión del hombre N.º 6 y una religión del hombre N.°7, sobre ninguna de las cuales podemos saber nada.

La misma división se aplica al arte, a la ciencia y a la filosofía. Debe haber un arte del hombre N.°1, un arte del hombre N.º 2 y un arte del hombre N.°3; una ciencia del hombre N.°1, una ciencia del hombre N.°2, una ciencia del hombre N.º 3, una ciencia del hombre N.°4, y así sucesivamente. Ustedes deben tratar de encontrar ejemplos por su propia cuenta.

Esta expansión de conceptos aumenta enormemente nuestra posibilidad de encontrar soluciones adecuadas a muchos de nuestros problemas.

Esto significa que la enseñanza nos da la posibilidad de estudiar un nuevo lenguaje, es decir, nuevo para nosotros, que nos permitirá conectar ideas de categorías diferentes que en realidad están ligadas, y separará ideas, aparentemente de la misma categoría, que en realidad son diferentes. La división de la palabra «hombre» en siete palabras —hombre N.°1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7, con todo lo que de esto se desprende— es un ejemplo de este nuevo lenguaje.

Tenemos entonces una cuarta definición de la psicología como el estudio de un nuevo lenguaje. Y este nuevo lenguaje es un lenguaje universal que la gente a veces trata de encontrar o de inventar.

La expresión «un lenguaje universal» o «lenguaje filosófico» no debe ser tomada en sentido metafórico. El lenguaje es universal en el mismo sentido que los símbolos matemáticos son universales. Y además contiene en sí mismo todo lo que la gente pueda pensar de ello. Hasta las pocas palabras que se han explicado de este lenguaje dan la posibilidad de pensar y de hablar con mayor precisión de la que es posible en el lenguaje ordinario que usa cualquiera de las terminologías y nomenclaturas científicas o filosóficas existentes.

Tomado del Libro: Psicología de la posible evolución del hombre.

P.D. Ouspensky.

Por: Juan de Dios Flores Arechiga.

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