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El fin de semana se conmemoró el centenario del final de la Primera Guerra Mundial o Gran Guerra, una conflagración que jamás debió ocurrir. Muerte, sufrimiento y destrucción son los saldos que acompañan a todo conflicto bélico, no digamos la mutilación corporal, alteraciones nerviosas y familias destruidas…

Hasta ese momento, la Historia se había decidido en el entramado geopolítico de Eurasia. Pero de la guerra emergió una nueva potencia: Estados Unidos, la primera fuera de lo que Zbigniew Brzezinski llamó: ‘El gran tablero mundial’…

Nacionalismos que se transformaron en imperialismos, carrera armamentista que se convirtió en una maquinaria de guerra cruel y una estupidez humana que se mezcló peligrosamente con todo lo anterior…

Esto se puede apreciar, sobre todo, en la fusión entre teorías geopolíticas e ideologías de corte populista que condujeron al paroxismo de los secular, dejando a las guerras de religión como simple juegos de niños. Sí, unidas a la ‘tecnología militar’, las seculares han sido las más devastadoras…

 

“Mambrú se fue a la guerra…”

Mientras reclutaban y marchaban al campo de batalla, la propaganda de los gobiernos, respaldada por muchas voces en las publicaciones de entonces, se referían al infierno que estaban por vivir como ‘un día de campo’ del cual pronto iban a volver. ‘Cuestión de días’, decían…

Sobre la marcha, se vio a un enajenado Rudyard Kipling ‘predicar religiosamente’ entre los jóvenes para que tomasen las armas, hasta la locura de enviar a su propio hijo a la ´piedra de los sacrificios’…

La versión cinematográfica del llamado ‘Libro de la selva’ nos ha distorsionado la imagen del autor tan afamado. Kipling sí escribió sobre la guerra, pero lo hizo tomando la vida de su hijo como la hoja sobre la cual hacerlo y tuvo el resto de su vida para arrepentirse…

Uno de los aspectos más trágicos fue que la hayan detonado jóvenes, azuzados por algunos adultos, y que la muerte se haya cebado precisamente sobre la juventud. Los que entonces formaban parte de la sociedad secreta ‘La mano negra’, jamás imaginaron hasta dónde iba a conducir el asesinato del archiduque Francisco Fernando, ni que pronto habría una segunda confrontación…

Como dice aquella vieja canción: ‘Mambrú se fue a la guerra’ y nunca volvió…

 

“Un telegrama crucial…”

En medio de la Gran Guerra, una idea muy audaz se fraguó en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, dando como resultado un telegrama por parte del Arthur Zimmermann a Venustiano Carranza. Comprobar todas las cosas que se han dicho sobre el documento, implica destejer una verdadera telaraña de los servicios secretos de uno y otro bando…

Se ofrecía a México ayuda para entrar en combate con el vecino del norte e intentar recuperar los territorios perdidos en el siglo XIX: Nuevo México, Arizona y Texas…

La intención era distraer a Estados Unidos del escenario europeo, el Mediterráneo y el frente oriental…

Un dato que pasan por alto la mayoría de los historiadores es que, entonces, varios miembros de la comunidad alemana en México ocupaban puestos claves en el Ministerio de Guerra. Algunos conservaban sus apellidos originales, pero otros los habían cambiado por apelativos hispanos…

Los servicios de inteligencia ingleses detectaron y descifraron el telegrama y las presiones no se hicieron esperar. Finalmente, Carranza desechó la idea de una lucha armada con Estados Unidos y la opinión pública del país vecino se decantó por entrar en la guerra. La suerte de Alemania estaba echada y Estados Unidos se convertiría en la primera potencia global…

Barbara Tuchman nos dejó un libro muy interesante sobre ese episodio histórico, hacia 1958…

Para los inquietos por la idea de Donald Trump de unificar barreras existentes hasta contar con un solo muro, les recuerdo que fue en aquel lejano año de 1917, cuando se volvió clave para Estados Unidos poner divisiones fronterizas…

Al entrar el gobierno de Wilson en combate, México se volvió esencial para Alemania, pero de otro modo. Aprovechando la purga de caciques y caudillos revolucionarios, trasladaron su base de operaciones secretas de Estados Unidos a la Ciudad de México…

De modo encubierto, arribó a la Capital el hindú Manabendra Nath Roy, enlace de grupos ácratas y terroristas que actuaban contra Inglaterra. Alemania perdió la guerra, pero Roy terminó de configurar la teoría del nacionalismo revolucionario que marcaría con su impronta a varios países en el siglo XX, hasta llegar al XXI…

Hay un nexo que une al nacionalismo revolucionario con el populismo autoritario que hoy vemos en Venezuela y en otros lugares de América, incluyendo México…

 

“Cien años después…”

Cien años después, hay otro forcejeo por Eurasia, ahora entre Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y China. Ya habrá tiempo de analizar el escenario geopolítico en que se desarrolla…

Basta observar las señales que indican el final o al menos un replanteamiento de lo que ha sido la OTAN, con el llamado de Emmanuel Macron para formar un ejército paneuropeo ante lo que consideran amenazas por parte de Rusia y de ciertas facciones del extremismo musulmán…

Ojalá no estén ‘soplando vientos de guerra’ en vísperas de Navidad…

Hasta entonces…

Por: Juan de Dios Andrade

Comentarios: confinespoliticos@gmail.com

Twitter: @confinespol

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