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Existen fallos emblemáticos de la  Corte Suprema de Justicia de Washington , empezando por el célebre fallo del “Justice”  John  Marshall : “Madison Vs Marbury”  por medio del cual quedaría  asentado el principio de la supremacía constitucional; siglo y medio después , otro Marshall, Thurgood  Marschall,  sería  designado como el primer afroestadounidense en ocupar un sitial en la misma Corte.

La representación de una agrupación defensora de los ciudadanos norteamericanos de ascendencia africana, le encumbraría ante la opinión pública, al impugnar un fallo precedente, del año de 1865, que prescribía la segregación racial en las escuelas públicas.

Los argumentos de Thurgood  Marschall, fueron finalmente validados por el célebre fallo de 1954 pronunciada por la Corte presidida por Earl Warren, quién cobraría celebridad al presidir años después la comisión encargada de investigar el asesinato del presidente Kennedy perpetrado el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas.

En fechas posteriores, cobraría asimismo enorme relevancia ante el debate de la vida pública la persona del “juez” Harry Blackmun,   al expedir el fallo del caso “Rose Vs Wade” que despenalizaba el aborto en los Estados Unidos; como años antes los intereses económicos de la unión Americana se cimbrarían con la expedición del fallo “Sabatino Vs Banco Nacional de Cuba”.

Asuntos connotados que han creado una imagen al parecer del todo alterada  de la instancia conformada, al decir del presidente Franklin Delano Roosevelt  por  “los nueve ancianos de Washington”.

Un antecedente en sentido contrario lo tenemos en el asunto que propició que  Lincoln y del congresista Tadeo Steeven promovieran la adopción de la decimotercera enmienda proscribiendo la esclavitud y con ella el estallido de la “Guerra de Secesión”

Dred Scott  había nacido esclavo,  nos refiere el constitucionalista argentino Rafael Bielsa, pero su amo,  primero lo había llevado a Illinois y de ahí al territorio de Luisana, según lo dispuesto en la ordenanza de 1787, y una  ley de Missouri  del año de 1820, Dred Scott resultaba ser un hombre libre , aun cuando un nuevo amo lo internara nuevamente en Missouri donde existía la esclavitud.

 El litigio, que duró varios años y originó una controversia tan extensa como violenta, se resolvió por la mayoría de los miembros  de la Corte en el sentido contrario de reconocer la condición de hombre libre de Dred Scott, argumentando que no podía ser ciudadano un negro y que el congreso no podía proscribir la esclavitud de los territorios de la unión, según refiere Bielsa.

Un grupo de ciudadanos mexicanos  ha aceptado de manera pública, la oferta que asimismo de manera pública  hiciera el presidente Biden, poniendo a disposición de agrupaciones y periodistas que han promovido acciones contra la corrupción y a favor de la transparencia los apoyos financieros y logísticos que a tal finalidad destina  USAID.

En los días que corren, los aceptantes públicos de la oferta en cuestión han solicitado la representación probono del abogado José Periterra respecto a la  expectativa de derecho que, al menos en apariencia, les asiste.

De aceptarse la representación en cuestión, podríamos en fechas próximas apreciar la catadura moral de la Corte de los Estados Unidos,  en la medida que se acerque o no a los umbrales axiológicos que se deprende de la actuación de los “Justice” Marshall o de Earl Warren, o Harry Blackmun, o más bien se acerca a la catadura de los jueces que fallaron  en su tiempo el asunto de  Dred Scott.

Por: Atilio Alberto Peralta Merino

Correo: albertoperalta1963@gmail.com

Facebook: Alberto Peralta merino

Twitter: @catulo63

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