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Un mundo mejor es posible

El pasado domingo 06/Jun/2021 se celebraron en el país elecciones intermedias diputándose 500 diputaciones, 15 gubernaturas, miles de presidencias municipales y de legislaturas locales, al final de las cuales los partidos, sobre todo los más grandes se declaran triunfadores.

Morena, el partido en el poder, que en 2018 no sólo había triunfado sino arrasado, no obtuvo, en términos generales, los mismos resultados arrolladores por 4 circunstancias principales: 1. Mala elección de candidatos. 2. Mal desempeño de los gobiernos morenistas que les antecedieron. 3. Mal diagnóstico del gobierno federal de los problemas medulares de México y fundamentalmente 4. El efecto negativo, envenenado de la campaña gigantesca de medios de comunicación electrónicos e impresos.

Mario Delgado, responsable de la aprobación de los diferentes candidatos de Morena a esos miles de cargos, careció de los elementos necesarios para ser más acertado en la elección de los mismos; dejándose llevar en muchos casos por los líderes locales, quienes obvio ejercieron sus preferencias basadas más en sus propios intereses que por los principios del partido que los designaba.

Otro factor sin duda importante, fue el mal desempeño de los gobiernos morenistas debido a su escasa experiencia en el ejercicio de la administración pública y en algunos casos, a vicios heredados de los gobiernos anteriores de las filiaciones tradicionalmente corruptas, que siguen enquistados y en la práctica son una pesada carga.

El mal diagnóstico del gobierno federal, podríamos reducirlo más bien al mal diagnóstico del presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido que el problema de nuestro país es la corrupción. Se equivoca rotundamente, la corrupción no es el problema, es el síntoma; como cuando uno tiene temperatura elevada debido a un cuadro infeccioso que la provoca.

El problema de la economía, es el sistema capitalista que domina a escala mundial que sigue siendo el obstáculo para que la convivencia mundial mejore, por siglos se nos ha vendido la idea de que la competencia es la clave del progreso, los triunfadores son la clave del éxito. Tomando en cuenta que somos todos pasajeros del mismo planeta, con los recursos de que se dispone, por muy grandes que sean son limitados, nadie podría rebatir este hecho, pero bajo este sistema, lejos de reconocer una verdad que no tiene discusión, el capitalismo actúa no sólo con ceguera ante este hecho incontrovertible, sino derrochándoles como si nunca se fueran a terminar, despilfarrándolos incluso en un acto de verdadera barbarie, aberrante absurda e irresponsable.

 Lo racional, lo sensato, sería buscar la forma de usar de manera prudente aquellos que son renovables, sin desperdicio, de tal manera que las futuras generaciones no vayan a padecer el resultado de esa forma de ser, solidarizándonos todos para evitar que se agoten, cuidando con el máximo esfuerzo aquellos recursos que por su naturaleza no se pueden recuperar, pues esta idea tal simple no hemos sido capaces de visualizarla, uniendo voluntades para la subsistencia de los futuros seres vivos herederos del planeta Tierra, nuestros hijos y nietos.

Esa es la herencia terrible que les estamos dejando haciéndonos merecedores de los peores calificativos por no haber sido capaces de poner el remedio cuando todavía había oportunidad de hacerlo, preferimos heredarles la idea de que en al mundo hay triunfadores y perdedores, solamente que ellos serán todos perdedores con cargo a nuestras conciencias indiferentes.

Culpables de esta obstinada elección, digo elección porque así lo decidimos todos, son en una gran medida los medios de comunicación facciosos, que saben la monstruosidad que estamos haciendo, pero son incapaces de ser honestos y dedicarse a hacer conciencia del daño que están haciendo, colaborando con los dueños del capital, únicos beneficiarios de este sistema inhumano, ya que son los que mayores beneficiados, que son tan ciegos, que se niegan a ver lo que es tan obvio y prefieren seguir la política del avestruz, metiendo la cabeza bajo tierra en lugar de abocarse enfrentar la dura realidad de esta situación, optando por los beneficios actuales aunque a largo plazo ellos también vaya a ser víctimas empecinadas de sus propios errores.

Así ha sido hasta ahora, así será por ¿cuánto tiempo más? Lo peor y más desesperante resulta, es que quizá cuando por fin se den cuenta y quieran corregir los daños causados al medio ambiente, será demasiado tarde y tal vez ya no haya remedio aún en el supuesto caso de que se quisiera enmendar la situación. Las elecciones del pasado domingo, están preñadas de un triunfalismo lamentable en el que todos se sienten vencedores, me refiero a Morena, a la “alianza” anti natura de PRI, PAN, PRD y hasta las pequeñas franquicias de partido político, todos se frotan las manos y se disponen a poner en práctica las políticas que los mantengan o les devuelvan el poder, pero ninguno para llevar a cabo el verdadero cambio que necesitamos en beneficio de todos.

Enrique M. Díaz Sánchez

08/Jun/2021

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