El deporte no deja de sorprendernos en todos los sentidos, cuando pensamos que lo sabemos todo y que podemos decir quién ganará un partido, o una carrera o una partida, el destino se encarga de decirnos que la última palabra la tiene el juego mismo y sus participantes, que no podemos dar por descartado nada ni a nadie. Daniil Medvedev no sólo derroto al número uno del mundo Novak Djokovic, no sólo lo barrio en tres sets sino además ganó su primer título Grand Slam (Torneo Grande) con autoridad y caballerosidad (Más adelante lo explicaré).
El día sábado todo el mundo aficionado al tenis, o casi todos hablaban de una victoria contundente, me incluyo también lo pensaba sin dudarlo, todos veíamos a un Djokovic levantando su título vigésimo primero para superar a Nadal y a Federer en la carrera del más grande de la historia del tenis y también empatando la marca de Rod Laver como los únicos en ganar los cuatro grandes torneos (Australian Open, Roland Garros, Wimbledon y US Open) en un solo año (1969). Sigamos soñando con ese momento porque Medvedev se encargó de apagar esa antología apoteósica de Nole que gran parte del mundo esperábamos.
Daniil Medvedev llegó a este US Open como sembrado número dos, llegando a la final cediendo solamente un set en las dos semanas de competencia, muy pocos expertos se fijaron en esto, las apuestas estaban muy en contra del ruso para alzarse con el título, pero la confianza en sí mismo y la ilusión por ganar contra uno de los tres más grandes del tenis siempre va a ser un extra y una gran motivación. Incluso Rod Laver estaba en el estadio para que él mismo le entregara el trofeo a Djokovic por igualarlo, muchos pensaban que esto se acabaría rápido en tres sets, así pasó, pero para el lado del ruso.
Con parciales de 6 -4, 6- 4 y 6-4 Medevedev se consagró en su primer Gran Slam, el US Open, para terminar los torneos grandes del 2021. En Australia a principios de año también llegó a la final contra Djokovic pero el Serbio no tuvo piedad y lo venció igualmente en tres sets. La noche mágica de Nueva York siempre la recordará el ruso, primero por a quién derroto para ganar su primer torneo grande, después porque ante todo pronóstico salió victorioso inclusive por sobre el público del estadio que en todo momento apoyo al serbio. Hubo un momento muy álgido emocionalmente cuando Djokovic estaba 5 -2 abajo en el tercer set que el público no se callaba cuando el ruso hacía su saque, lo que lo saco de balance y concentración, por más que el juez de silla ordenaba silencio, la afición abucheaba y chiflaba contra Medvedev esperando una reacción o milagro de Novak, pero esta duro dos breaks o puntos nada más.
Djokovic se quebró emocionalmente al ver que la derrota estaba casi consumada, lloró y aventó su raqueta al piso, se puso la toalla en el rostro para que la gente no lo viera sufrir, el tipo es humano expresamos muchos al ver esas imágenes, el desgaste físico y sobre todo emocional que tenía por no haber podido ganar el oro en Tokyo le pesaba mucho, trae esa espina muy clavada y se espera que la saque en Paris 2024. Cuando la victoria llegó y fue el turno de la entrega de trofeos, Daniil logró la ovación del estadio y de muchos en casa, al decir las siguientes palabras: “No se lo he dicho a nadie hasta el momento, pero para mí, tú eres el mejor tenista de la historia”. Ese momento fue el climax de esta final, reconocer contra quien te enfrentaste y agradecerle por inspirarlo es el acto de caballerosidad sublime en el deporte. Djokovic por su parte se le notaba libre de tensión por el apoyo del respetable y al escuchar estas palabras, reconoció el triunfo del ruso y le dio un abrazo, prometió regresar más fuerte esperando lograr esta hazaña de los 4 grandes títulos en un año.
No cabe duda que Medvedev nos hizo alegrarnos por ver historias épicas, que recordaremos por siempre. Daniil Medevedev te graduaste del tenis y conseguiste tu primer Grand Slam con mención honorífica.
Por: Guillermo Lemus Legaspi