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La gestión de AMLO a mitad de sexenio

Un mundo mejor es posible

         El pasado 1º de diciembre llegamos a la mitad del sexenio del presidente AMLO, quien previamente había convocado a una magna celebración en el zócalo capitalino para celebrar estos tres años de su gestión al frente del Poder Ejecutivo de la nación; la convocatoria tuvo un éxito arrollador, el zócalo fue insuficiente para dar cabida a los miles y miles de simpatizantes que ahí se dieron cita para aclamarlo y vitorearlo por una ciudadanía que eufórica gritaba “es un honor estar con Obrador” justo premio a la destacada, a la esforzada, gestión de un gobierno como no ha habido otro en la historia de México, un presidente de hierro, que ha impuesto a sus colaboradores un tren de trabajo verdaderamente extenuante, reuniéndose diariamente a las 6 de la mañana para tratar todos los asuntos pendientes del país, en especial los del día anterior relacionados con la seguridad principalmente.

Este gobierno como ningún otro, ha cambiado en forma dramática el sentido de gobiernos anteriores, que se distinguieron más que nada, por apegarse a los dictados de la modalidad neoliberal de capitalismo, que se encuentra resumida en un documento denominado Consenso de Washington, que consta de los diez puntos a los que deben sujetarse los gobiernos de los países subdesarrollados como México, si desean participar en el comercio mundial bajo los dictados de organismos internacionales, de los que se valen los países desarrollados como son el FMI, Fondo Monetario Internacional, el BM, Banco Mundial, la OMC la Organización Mundial de Comercio, la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la ONU; la Organización de las Naciones Unidas y varias más con las que estos países, encabezados por EUA, se valen para imponer en forma totalmente ventajosa las condiciones bajo las cuales deben funcionar el resto de los países del mundo.

El gobierno de AMLO, sin  ser un gobierno de izquierda a pesar de lo que el mismo presidente diga, se ha sujetado a estos dictados, pero cambiando el sentido de la administración, distribuyendo entre la población de una manera más equitativa los ingresos, dejando la vieja costumbre de favorecer a las élites constituidas por las clases más ricas del país, retirándoles los privilegios a los que estaban tan acostumbras, como el no pago de impuestos, el otorgamiento bajo condiciones leoninas de los grandes contratos gubernamentales a precios astronómicos, haciendo que los ricos se hicieran cada año más ricos y los políticos a cambio de estos favores obvio, compartían con los contratistas los beneficios obtenidos a costa del hambre y la miseria del pueblo.

Un gobierno auténtico de izquierda, hace que los medios de producción pertenezcan al pueblo en su totalidad, ni siquiera al gobierno sino al pueblo, y ese sistema de gobierno aún no lo hemos visto hasta la fecha; la URSS y los países socialistas centralizaban la propiedad de los medios de producción en manos del gobierno, no del pueblo, y desde el gobiernos planificaban centralmente la producción en una interpretación tramposa de socialismo, pero irreal, con los vicios y carencias conocidas, que llevaron al fracaso a este “socialismo” de Estado, que si bien logó avances espectaculares, sacando por ejemplo a la URSS de ser uno de los países más atrasados de Europa a convertirse en una potencia, pero al costo elevadísimo de millones de vidas y una sociedad carente de las libertades y derechos fundamentales, a cambio de otros beneficios como abatimiento de hambre y miseria extrema, pero con otras muchas carencias que no discutiremos ahora.

El gobierno de AMLO, lo hemos repetido, equivoca el diagnóstico cuando dice que el problema fundamental de México es la corrupción, sin  entender que no es así, que el problema de México y del mundo es el capitalismo que todo destruye, que sólo favorece a unos pocos a costa de las mayorías, en consecuencia al no diagnosticar bien el problema, trata de solucionarlo distribuyendo desde el poder, en un acto eso sí de justicia, la riqueza que los trabajadores generan, arrebatándoselas a las élites que siempre se quedaban con ellas, pero eso no es un auténtico gobierno de izquierda.

Esta nueva clase de política pública distribuye mejor la riqueza, pero hace que los dueños de los medios de producción crean que los despoja, porque ellos siempre han creído que por el hecho de aportar la inversión ellos generan la riqueza, sin entender o sin querer entender que la riqueza la aporta el valor que da la fuerza transformadora del trabajo a la producción de los bienes. Los dueños del capital, le arrancan al trabajador una parte de ese valor y es así como se enriquecen, pero sin aportar nada en absoluto, ya que no quieren entender que los medios de producción sin el trabajo no producen nada.

Un gran mérito del gobierno de AMLO, es el optimizar y reducir los gastos excesivos, más que eso abusivos y el despilfarro monstruoso de los gobierno neoliberales, que no conformes con robarse parte de los recursos, además los despilfarraban, dándose vida de sultanes del medio oriente con el dinero del pueblo, así vemos que a pesar de una pandemia pavorosa que ha causado millones de muertes en todo el mundo, él ha sabido administrar los ingentes recursos necesarios para su combate, con una infraestructura de salud heredada en pésimas condiciones, sin hospitales, sin personal, sin personal capacitado, sin médicos suficientes y a pesar de ello, en un derroche de organización ha logrado ooootra vez sin endeudar al país vacunar a la mayor parte y de este modo poner a salvo a la casi totalidad de la población, haciendo un uso eficiente de las fuerzas armadas de aire mar y tierra, para hacer frente a este pavoroso problema que de ninguna manera podía preverse.

Asombra ver cada lunes el reporte de avance de las grandes obras que los espíritus mezquinos no le quieren reconocer, como la refinería confiada a mano de obra mexicana, el tren maya, obra magna monumental que llena de rencorosa envidia a los detractores, la construcción  de presas y su modernización para darnos energía hidroeléctrica la menos contaminante del mundo, el tren México-Toluca, el saneamiento de aduanas y puertos, las becas a discapacitados, a adultos mayores, a estudiantes pobres, el subsidio a miles de empresas mediante el pago de aprendices sin costo para ellas, a discapacitados, a madres solteras y a madres trabajadoras, el aumento a los salarios mínimos como nunca se había dado en gobiernos anteriores, que hicieron perder el poder adquisitivo de nuestra clase trabajadora en un 75% durante este fatídico período neoliberal, hasta dejarlo en el más bajo de América Latina solamente por arriba de Haití.

 Solamente he mencionado las obras que por su magnitud se me vinieron primero a la cabeza, pero quedan sin duda muchas mas obras por citar, que hacen insisto de este gobierno el mejor desde que tengo uso de razón, falta citar la habilidad con la que supo manejar al troglodita ex presidente de EUA Trump, la gran dignidad y valor con que ha enfrentado a Biden que lo ha hecho mirar hacia la comunidad estadounidense de origen mexicano convirtiéndose en el interlocutor líder de América Latina ante el imperio, ya que sin duda esa comunidad organizada tiene la capacidad de inclinar la balanza de las preferencias electorales del coloso del norte.

Entre sus asignaciones pendientes está la seguridad; ahí nuevamente se equivoca, pues si bien tiene razón en ir a la raíz del problema cuando habla en sentido metafórico de abrazos no balazos, se equivoca al no hacerles frente de manera enérgica con toda la fuerza del Estado a quienes ya están irreversiblemente dedicados al tráfico de drogas, al secuestro, al asesinato, esos delincuentes ya no pueden ser redimidos, tiene que ser enjuiciados y recluidos en prisiones de alta seguridad cuidando de que sus familiares tengan manera de no seguir sus mismos pasos, para que no sigan el mismo camino de sus mayores.

Todo esto llevado a cabo con el enfrentamiento feroz, criminal de la prensa vendida resentida hasta el tuétano porque ha perdido sus canonjías, sus privilegios de décadas de chantaje, servilismo, extorsión, eso y mucho mas son esa clase perversa y vergonzosa de México y por ello mayor el mérito del gobierno de Andrés Manuel López Obrador digno y destacado presidente de México.

Por: Enrique M. Díaz Sánchez

08/Dic/2021

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