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Durante el mes de noviembre del ya lejano año de 2011, los agentes de la Policía Federal deportaron a Nueva York desde el Aeropuerto Internacional “Benito Juárez” de la Ciudad de México, a un ciudadano iraní.

Episodio digno de rememorarse en momentos en los que, al unísono, por una parte Genaro García Luna comparece en audiencia ante la corte de distrito de Manhattan para responder a muy graves acusaciones que pesan en su contra, formuladas por parte del “general attorney” de los Estados Unidos; y en el que, asimismo, por otra parte un dron estadounidense a cobrado la vida del general iraní destacamentado en Irak Qasei Soleimani.

La hija del Rey de los Medas concibió un hijo producto de sus amores prohibidos con un pastor, soñó   entonces el Rey, que su hija orinaba un fluido incontenible que inundaba Asia entera; y, guiado por tal augurio, ordenó a un integrante de la corte al nacer el niño que fuese con él a los bosques más lejanos del reino y que ahí le diera muerte.

El cortesano, sin embargo, llevó al infante a la tribu de pastores a la que pertenecía su padre, niño que, al paso del tiempo, terminaría por convertirse en el magnificente Rey de los Persas, Ciro “el grande”

Al momento de reclamar sus Derechos al trono de la Ciudad de Susa, el abuelo indignado hizo asesinar al hijo del cortesano que había desobedecido su encomienda y se lo hizo servir cocinado en un banquete.

El hombre de origen iraní en cuestión, fue encausado por los tribunales norteamericanos ante los que enfrentaría una acusación por conspiración para contactar a la Guardia República de Irán con el Cartel de los “Z”, ello, con miras a perpetrar un atentado con explosivos contra los embajadores de Israel y de Arabia Saudita en la capital estadounidense.

El atentado, supuestamente deliberado por el hombre deportado a Nueva York por los esbirros de Genaro García Luna, tendría un antecedente por demás peculiar; tal y como lo fuera, el atentado que sufriera, precisamente en Washington, el canciller chileno del Gobierno de Salvador Allende, Orlando Letelier.

claro que, en tal caso, el supuesto agente iraní no habría tenido necesidad de cruzar la frontera de los Estados Unidos hacía nuestro país, bastándole con desplazarse hasta la “Florida” para contactar con el señor Posada Carriles, quién, por lo demás, poco tiempo atrás de haberse verificado el incidente de la “conexión iraní” en el aeropuerto de la Ciudad de México, se desplazaría a sus anchas por todo el territorio nacional, a despecho de lo que al efecto pudieran haber determinado las disposiciones migratorias vigentes o los tratados internacionales en materia de extradición suscritos por el estado mexicano, sin que, por lo demás, los agentes de la desparecida Policía Federal le molestaran en un ápice siquiera.

El precedente más conspicuo de la supuesta conexión Iraní en México, por su parte, habría que buscarlo en todos caso en los días del triunfo de la Revolución Islámica, cuando el Shá Mohamed Reza Pagleví recibió la hospitalidad en Cuernavaca de un prominente hombre de negocios de la Ciudad de Puebla como lo fuera Don Guillermo Morales Blumenkron.

La presunta liga del narco mexicano en una eventual escalada iraní, de la que, por lo demás, no existe evidencia directa alguna, ya que ni siquiera se guardan registros del proceso seguido contra el ciudadano iraní deportado desde la Ciudad de México en el mes de noviembre de 2011; coloca  directamente a nuestro país  en medio de un conflicto gravísimo, mismo  que no sólo podría inundar toda Asia como soñara con plena clarividencia premonitoria el abuelo de “Ciro” “el grande”,  según la versión referida por el padre de la historia : Heródoto; sino  que, dado el caso, podría terminar por incendiar  el planeta entero.

 

Por: Atilio Alberto Peralta Merino

albertoperalta1963@gmail.com

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