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Después del aplastante triunfo de la Coalición “Juntos haremos historia” encabezada por Andrés Manuel López Obrador, hemos sido testigos de varios cambios en la vida política de México, una sorprendente relación civilizada entre AMLO y EPN deja a muchos sorprendidos, después de que durante años se dieron con todo, ahora nos muestran que de alguna manera encontraron un punto de acuerdo intermedio, que ha permitido ver esta inusitada relación de mutuo respeto que a muchos agrada y a otros muchos también, hace suponer que el pragmatismo de AMLO está llegando a extremos exasperantes.

Fuimos también testigos de la toma de protesta de los recién electos senadores y diputados, así como también de los plurinominales por los que nadie votó, pero que igualmente tomaron posesión de sus nuevos cargos, debido a reglas que pocos entienden, pero que hace que tengamos unas Cámaras legislativas muy excedidas de integrantes en comparación con países que tienen menos habitantes que el nuestro y que no necesitan tan numerosa representación.

Todo cambia, todo evoluciona, pero inevitablemente uno piensa: bueno, el Estado se ha venido apoyando cada vez con mayor fuerza en una prensa escrita y con medios de comunicación electrónicos afines al gobierno en turno, no importa que sea rojo o azul, los medios han sido factor preponderante para mantener bajo control a la mayor parte del pueblo, que al leer en periódicos y revistas los menos, o a través de radio y televisión los más, han dejado de pensar por sí mismos y han caído en la práctica fácil de adoptar como pensamiento propio, el que lee, escucha o ve a través de estos medios, los cuales desde luego acordes a su ADN se entienden fácilmente con los gobernantes en turno, para manejar de manera sutil algunos o sin vergüenza algunos otros, los hechos del acontecer nacional.

De tal manera han logrado su objetivo, que durante muchos, muchos años, estos medios han podido manipular la opinión de la gente, de tal manera que se mantenga enajenada, hipnotizada, idiotizada incluso, por estos medios de modo que durante todos esos años, como en la metáfora, han logrado que en el país de los ratones gobiernen los gatos, todo ello, ¡claro! A cambio de jugosas compensaciones económicas que los gobiernos en turno no han dudado en proveer, habida cuenta de que en última instancia ¡todos ganan!, bueno no todos; ganan los que gobiernan, ganan los que desinforman pero el pueblo ha sido arrastrado a la miseria, a la violencia, la inseguridad, al desempleo o en el mejor de los casos el empleo explotado, mal pagado, a tal grado que México ocupa el penúltimo lugar en cuanto a su poder adquisitivo, solamente por encima de Haití que ocupa el último lugar en toda América Latina.

Sin embargo con la aparición de las redes sociales, el cambio ha sido posible, el pueblo se ha quitado la venda de los ojos, se ha dado cuenta del engaño y ha despertado de su largo letargo depositando en las urnas su votación mayoritaria en favor del candidato que les ha ofrecido fundamentalmente la esperanza de que es posible gobernar de otra manera, que se puede encauzar mejor el ingreso con el que todos colaboramos, en mucho mayor proporción claro los trabajadores asalariados, contribuyentes cautivos del sistema, porque como sabemos el Estado jamás en la historia de nuestro país se ha atrevido a hacer que los poderosos, los más ricos paguen impuestos en la misma proporción que lo hacen los trabajadores.

Esto ha traído una consecuencia que pocos imaginábamos que fuera posible: ¡Los medios de comunicación electrónicos y la prensa escrita están empezando a morir de inanición! Así es, al dejar de recibir las cuantiosas “colaboraciones” mordidas o sobornos que el gobierno les pagaba, están enfrentando una dura realidad que quizá nunca pasó por sus desinformativas cabezas: Reforma ha tenido que prescindir de Lorenzo Meyer y de José Woldenberg; según Alfredo Jalife tiene una deuda impagable de 150 millones de dólares y sirve a los intereses del especulador de talla mundial George Soros, Milenio también ha tenido que prescindir de los servicios de un centenar de colaboradores de diversas características, empezando por el chayotero mayor Carlos Marín quien ha sido removido de la dirección editorial del diario a un cargo de “asesor” de la dirección (Haces ora esto, haces ora aquello, etc.).

Adela Micha defenestrada de Televisa, tenía capital suficiente para montar un blog para transmitir su programación por Internet con el “apoyo” claro del gobierno, pero al cerrase la llave, ahora anda “pidiendo” la colaboración de su audiencia para poder seguirse aferrando a su obsesión de hacerse escuchar por los cada vez menos masoquistas que la siguen; Fernanda Familiar otra súper servil “comunicadora” ha anunciado que su revista Fernanda que nadie leía, después de 15 años de subsistencia cierra en octubre con su último número, Ricardo Alemán ya ha sido marginado hace meses de los medios que antes lo cobijaban, ¿Quiénes siguen? No lo sabemos pero si podemos ilusionarnos pensando que tal vez podrían desaparecer: López Dóriga, Loret de Mola, Denisse Mercker, Javier Alatorre, Jorge Fernández, Pablo Hiriart, Pepe Cárdenas, Ruíz Healy, Ramón Beteta, Pascalito Beltrán y si fuera posible, también prescindir de los “expertos” economistas y financieros David Páramo, José Yuste, Maricarmen Cortés, Marco Antonio Mares, Enrique Campos y varios más, pero ya con estos sería un gran alivio!!!

Enrique M. Díaz Sánchez

Agosto/2018

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