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En el sexo y en la política la gazmoñería… impide, frustra, reprime, prohíbe y niega los buenos resultados

El Diccionario de La Real Academia, nos dice que el Gazmoño afecta devoción, escrúpulos y virtudes que no tiene…

En el sexo, una gazmoña se negará a mostrar sus encantos (querrá -no hacer el amor, sino verificar el coito- con la luz apagada y camisón), ni aceptará ciertas caricias, ni experimentará diversos placeres, pues le parecerán pecaminosos…

En tanto que el gazmoño no le permitirá a su mujer -ni a sus hijas- ciertos atuendos, ni asistir a reuniones con amigas -mucho menos si hay varones- ni concurrir a diversos eventos o sitios donde pueda ser mal vista, ni mucho menos trabajar y ser una mujer exitosa… Él mismo se prohibirá -ante la gente- muchos placeres a los que tal vez nunca -ni en privado- se atreverá… porque en lo que se refiere al placer, hay que emplear todos los sentidos, y este los ocupa en condenar a otros… Los gazmoños tienden a buscar a una moza que les sirva y no a una mujer que les acompañe, en tanto que ellas buscan a alguien que las mantenga… y nada más…

LAS VIRTUDES SON COMO EL VINO… hay gente a la que le sienta bien y a la que no… hay quienes con unas copas se ponen desinhibidos, socializando alegremente, pero otros se vuelven brutos y groseros con la misma cantidad o aún menos… Con las virtudes sucede lo mismo… hay personas que mejoran, pero para otros -su exceso- es fuente de gazmoñería, resentimiento y crueldad… siempre condenan el disfrute y/o el éxito de los demás…

Los gazmoños inventaron eso de que a los bebes los trae la cigüeña, cuando en la tradición abrahámica siempre se habló del parto como algo natural y sublime… Para sustituir a la teológica evocación de los Reyes Magos y sus presentes al Niño Dios, inventaron a santa claus y luego dijeron que era San Nicolás de Bari para hacerlo el personaje estelar de Coca Cola…

Ser como se es, hace más confiable a una persona que un gazmoño que finge virtudes, porque para el gazmoño constituye un placer exhibir las fallas de otros, pero esa satisfacción la tiene porque no se atreve a vivir… Son cobardes y pendejos… para ellos todo placer es en sí mismo pecaminoso y el sexo es una obligación a cumplir con recato, no un momento de exaltación…

“Carrie” novela de Stefan King hecha película (dos versiones, 1976 y 2013… esta última dirigida por Kimberly Peirce) ilustra la gazmoñería muy bien… y esta no es la voz de La Naturaleza, sino la de los prejuicios… La vida con un/una gazmoña no sólo puede ser aburrida, sino francamente frustrante… Para los gazmoños no existe más ideal que sus deseos ni más meta que su satisfacción, que no deriva del propio éxito sino de impedir el de otros…

Los puritanos -calvinistas en el cristianismo y wahabistas en el islam- prohibían las fiestas, los bailes y todo adorno… llegaron a evitar la celebración de la Navidad e inventaron el lúgubre Halloween, El Día de Acción de Gracias y asesinaron a las “Brujas de Salem” por meros chismes de lavadero. Recitan de memoria pasajes bíblicos (o coránicos) cuyo verdadero fondo no comprenden e impidieron la música, los cantos y la decoración en los templos, que pronto se vieron vacíos…

En el sexo y en la política, gazmoñería y mediocridad son sinónimos… Los que aquí adoptaron esa forma de ver la vida, quisieron ser tan buenos y veían todo tan malo, que juzgando a todo el mundo se volvieron crueles… y en su crueldad condenaron todo aquello que no comprendían, trascendiendo el ámbito de lo moral para llegar a lo político… IMPIDIERON PROGRESO Y GESTACIÓN DE PODER REAL…

Es frecuente que medios de comunicación gazmoños critiquen vesánicamente… condenan el sentido del humor y no hay broma que escape a su sentencia… se apegan más a la crítica agria que a la alegría y buen humor…

No toleres a los gazmoños que tratan de asustar a la gente con que la riqueza, el bienestar y el placer son malos, porque si en la política ser puritano, gazmoño o predicador es malo… ser las tres cosas y tener poder, es peor… nos hace recordar las purgas de Stalin y los fusilamientos castristas…

Una persona verdaderamente honesta no sólo no debe obrar mal, sino que no debe presentarse como una suma de -sórdidas- virtudes que se escandalizan con excesiva facilidad del éxito o disfrute de alguien más… Quien hace escrúpulo de todo y le molestan y condena las obras que elevan el nivel del país -al que define pobre y por ello bueno- debe ser exhibido y combatido por la inteligencia del país…

Predicar sin practicar es como querer remar en el pavimento… vemos cada mañana al merolico madrugador condenar a medio país e invitar a la otra mitad a ser pobre y a la mediocridad… -basta con un solo par de zapatos-

En el sexo toda mujer vulgar cree que basta exagerar los remilgos para parecer decente, y en la política algún pendejo asume que parecer virtuoso le dará poder… Pero la honestidad es muy cara y nunca debe esperarse de personas baratas…

El meollo de la Batalla por México que pronto libraremos es…

LA INVITACIÓN A LA MEDIOCRIDAD, O A LA INCITACIÓN A SER CAMPEONES…

Por: Luis Paredes M

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