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En el sexo y en la política… la aptitud no se puede fingir

La mujer puede fingir un orgasmo… el hombre toda una relación…

Para ella, fingir el orgasmo es fácil, ocultar la cara de malcogida es el problema… para él, una relación de mentiritas, complica su existencia…

El fingimiento en el sexo puede ser útil y aún necesario al iniciar una relación… En el sexo furtivo, fingiendo se entiende la gente… ellas fingen belleza y ellos riqueza o poder… pero no pueden fingir inteligencia… y a la larga -o no tan “larga”- fingir que eres alguien que no eres, sólo dejará ver que no tienes ni identidad, y por tanto, ni atractivo… y si no eres feliz siendo tu mismo, menos lo serás fingiendo ser alguien que no eres…

En una relación seria, la confianza consiste simplemente en fingir que ya no finges y a ciertas alturas ya no hay diferencia entre acostumbrarse a fingir que se cree y acostumbrarse a creer, pero fingir que estás con la persona adecuada sólo te pondrá más lejos del verdadero amor… Fingir ser feliz les hace prisioneros al uno del otro, y la cara de felicidad es una de las más difíciles de fingir a medida que menguan las expectativas y crecen los reproches… Cuando una relación lastima… fingir que no duele… duele el doble… y ante el fracaso, fingir que eres feliz solo, sólo puede empeorar tu vacio interno…

Tiranos, ligues y parejas tienen que fingir… y si pueden fingir sinceridad, podrán fingir lo que sea…

En la política, el sátrapa puede fingir que manda… el pueblo puede fingir que le obedece…

Los “gobiernos” autoritarios dictan leyes y medidas incomprensibles para la gente e inaplicables por una burocracia que suele ser inepta, corrupta y abyecta… Son capaces de destruir, pero no de articular acciones que les permitan legitimarse y permanecer en el Poder… El Socialismo Real instaurado violentamente en la URSS (1917) y en Europa del Este (1945) colapsó (1989-91) porque la gente fingía creer en la línea oficial mientras llegaba su liberación… Los tiranos fingían controlar al mundo, la gente fingía aceptar el sometimiento…

Hay personas que diciendo no estar acomplejadas fingen ser alguien que en realidad no son… y no son ridículas por lo que son, sino por lo que fingen ser… es como cuando un burro quiere parecer caballo, pero rebuzna todas las mañanas… Finge que muchas cosas no están allí -la pandemia, por ejemplo- o pretende que otras cosas son más importantes -el avión, los expresidentes- tomando las cosas no por lo que son, sino por lo que finge que son, fingiendo creer que así son… por eso finge tener otros datos…

El malo -cuando se finge bueno- es pésimo… por ello es peligroso pasar de fingir, a creerse lo fingido… Creerse tener una abrumadora aprobación puede toparse con una realidad que siempre termina por imponerse, como ya se está viendo con el plantón en el zócalo, con la marcha de 100 mil y con los resultados de Coahuila, donde su votación bajó del 44% al 19… y no… no es que no haya estado en la boleta… es que la gente ya no lo soporta…

Muchos periodistas e “intelectuales” deben su posición a que fingen… fingen creer lo que escriben y/o difunden luchando en sus mentes por dar verosimilitud a lo que urden… los que mejor fingen tienen mayor auditorio -y prebendas- y pueden fingir a veces, pero no siempre… porque tener que fingir una sonrisa, una aprobación o una condena… duele… ya que frecuentemente el fingimiento lleva algo de humillación… Por eso, para el que cuida su chamba es más facil fingir una sonrisa que explicar un desacuerdo, pero fingir es una atadura… El que no finge es realmente libre…

Se pueden fingir virtudes -y Poder- ante el pueblo bueno y no tan sabio, pero no se les puede fingir ante una realidad que va desnudando la ineptitud -no sólo del susodicho- sino de todo el equipo que le rodea…

EN EL SEXO Y EN LA POLÍTICA, NO TE PREOCUPES POR LOS QUE TE ODIAN… PREOCÚPATE POR LOS QUE FINGEN QUERERTE O APOYARTE…

Por: Luis Paredes M

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