Comparte con tus amigos

Felicidad consiste en estar libre de apegos y deseos, pero casi imposible lograrlo en forma absoluta.

La felicidad no consiste en una experiencia humana muy pasiva, en la que uno se convertirá en un zombi, en un muerto en vida desprovisto de sensibilidad. En algún punto intermedio se puede encontrar el entusiasmo y el fervor que el propio Jesús tuvo, pero sin que nos conduzcan a formar apegos.

La felicidad no puede definirse; por lo menos yo no he encontrado una definición.

En realidad, tú no tendrás ninguna idea acerca de qué es la felicidad mientras no abandones el apego. De modo que la felicidad sólo podría definirse como el abandono de la ilusión, el abandono del apego. Cuando se abandona la desdicha causada por el apego, se alcanza la felicidad. Por supuesto que, para “definirla” se podrían usar expresiones como “paz y serenidad”, “estar por encima de todo”, “disfrutar cada momento tal como se presenta”, “vivir en el presente”…

Son palabras; son meras palabras. No sabes qué es la visión hasta que el ojo deja de estar obstruido. No sabes qué es la felicidad hasta que abandonas los deseos-apego. Entonces lo sabes, y las palabras ya no importan más.

Cuando no hay tensión ni perturbación, se desatan todas las fuerzas dentro de ti.

Si lo logras, comprenderás qué es la verdadera dicha y el verdadero entusiasmo, qué significa zambullirse en la vida, con alma y vida, con pasión. ¡Lánzate directamente a eso, sin dudar!, porque ya no estarás atenaceado por emociones programadas.

FELICIDAD…

No hay que buscar la felicidad en donde no está, ni tomar la vida por lo que no es vida, porque entonces estaremos creando un sufrimiento, que sólo es el resultado de nuestra ceguera y, con él, el desasosiego, la congoja, el miedo, la inseguridad…

Nada de esto existe sino en nuestra mente dormida. Cuando despertemos, se acabó.

La felicidad está precisamente en la ausencia de los apegos, y en no estar sometido al poder de ninguna persona o cosa.

La felicidad y el amor van juntos, pero no producen emociones, ni excitación, porque esto es enemigo de la felicidad. Tampoco producen aburrimiento, porque la felicidad nunca harta cuando es, de verdad, felicidad. Y no harta porque existe donde no existe el yo. La felicidad es un estado de continua conciencia, no tiene contrapuesto porque nunca se pierde. Puede estar oscurecida, pero nunca se va porque tú eres felicidad, es tu esencia, tu estado natural y, por ello, cuando algo se interpone, la oscurece, y sufres por miedo a perderla. Te sientes mal, porque ansías aquello que eres.

La felicidad no es el resultado de nada. Ella es, en sí misma, y la descubres cuando te libras de todo juicio y añadidura.

La felicidad nada tiene que ver con lo exterior.

Dinero, poder, respetabilidad, parecen traer la felicidad. Pero no la traen.

Nuestra felicidad nunca es causada por una cosa. La verdadera felicidad no tiene causa.

¿Qué te parece? Si alguna persona te está causando felicidad, o si tu empleo te causa felicidad, no se trata de la cosa. Se trata de la realización de un deseo: quiero alguna cosa, la sigo, la consigo, me excito, voy hasta el fin, así me siento gratificado, siento placer… y me canso de eso después de un tiempo. Si no lo consigo, estoy ansioso. ¡Eso no es felicidad! Es emoción.

Satisfacción del deseo.

Repito: la felicidad no tiene causa.

¿Qué hacer para ser feliz? ¡Nada!

No se hace nada. Es necesario desprenderse de las cosas. De la ilusión.

De las ideas erróneas.

¿Cómo desprenderse?

Viendo que son erróneas.

Tú no haces nada para ser feliz, necio.

Eso muestra cuán mala ha sido tu educación teológica, que crees que debes hacer algo para ser feliz. No debes hacer nada para ser feliz. No puedes adquirir la felicidad, ¿sabes por qué? ¡Porque la tienes! ¡La tienes en este mismo momento! ¡La tienes! ¡Pero estás todo el tiempo obstruyéndola, en tu necedad! La obstruyes. Deja de obstruirla y la tendrás. Si yo pudiera mostrarte cómo librarte de tus conflictos, tus ansiedades, tus tensiones, tus presiones, tu vacío, tu soledad, tu desesperación, tu depresión, tu congoja… te liberarías de todo eso.

¿Qué te quedaría? La felicidad pura, sin diluir. Eso es lo que tienes.

Si no estuvieras ocupado activamente en volverte desdichado, serias feliz.

Nacimos felices. Toda la vida esta atravesada de felicidad.

La verdadera felicidad no es causada por nada.

La verdadera felicidad es “incausada”.

Si le preguntas a un místico por que el o ella son felices, la respuesta será:

¿Por qué no? No hay ningún impedimento, ninguna obstrucción. ¿Por qué no?

La felicidad es evidente siempre si no le pones estorbos. Los estorbos mas grandes de la felicidad pueden ser los apegos.

Así pues, nacimos con el don de la felicidad, pero lo perdimos. Nacimos con el sentido de la vida, pero lo perdimos. Debemos descubrirlo.

¿Por qué lo perdimos? Por qué nos enseñaron a trabajar activamente para volvernos desdichados.

¿Cómo lo lograron? Enseñándonos a apegarnos, enseñándonos a tener deseos tan intensos que nos rehusaríamos a ser felices a menos que fueran satisfechos.

Cuando nada puede herirte, ninguna persona, ningún acontecimiento, nada, entonces serás feliz.

Su infelicidad fue causada por algo que sumaste. Esa adición es causa de infelicidad. ¿Cómo se cura? ¡Despréndete de tu dolencia y quédate solo! La salud no es una cosa, es la ausencia de enfermedad.

Cuando el ojo está limpio, el resultado es ver; cuando el oído está limpio, el resultado es oír; cuando el paladar está limpio, el resultado es el gusto. Cuando la mente no está obstruida, el resultado es la sabiduría y la felicidad. Si pudieses desprenderte de la ilusión, serías feliz.

¿Sabes?, tú también podrías estar sereno y calmo y ser feliz mientras persiste la depresión, sin combatirla, sin ser perturbado por ella, sin estar enfadado a causa de ella, sin tratar de…. nada! Estarás sereno.

Ésa es la diferencia. Entonces podrás atravesar por pesares físicos, e incluso por sufrimientos emocionales, y no ser perturbado por ellos. 

Tomado del libro: De la A a la Z.

Autor: Anthony De Mello

Adecuado y enviado por:

Juan De Dios Flores Arechiga.

Twitter:@tu_sendero

Instagram: tu_sendero_la_luz

Facebook: Tu Sendero: la luz

You Tube: Juan de Dios Flores Arechiga.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *