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Riccioto Canudo, poeta, dramaturgo y crítico de arte, mejor conocido en la historia de la cultura universal por incorporar a la lista original de las artes una séptima especialidad, Arquitectura, Escultura, Pintura, Música, Danza, Poesía y el Cine en séptima posición, es un acierto incluirlo en el catálogo de lo artístico, se alimenta de todas o casi todas las artes que le precedieron, siendo ésta, la ultima de la clasificación que por razones cronológicas, llegó tarde para que fuera posible incluir alguna de sus obras en el listado de las maravillas del mundo, por cierto de haber llegado a tiempo,  sería muy difícil dilucidar que cinta sería representativa en el famoso listado.

En lo personal, he sido espectador cotidiano de grandes obras cinematográficas, desde mi época de adolescente hasta la fecha he visto muchas películas, las he disfrutado y ellas forman parte de las distintas etapas de la vida por las que he transitado, Viaje al Centro de la Tierra, Casa Blanca, Borsalino, El Ciudadano Kane, El Graduado (mención especial a las piernas de Anne Bancroft) la primera de todos Los Padrinos, Viridiana y El Ángel Exterminador de la época mexicana del cineasta español Luis Buñuel, Bella de Día y muchas otras que he disfrutado en las distintas salas cinematográficas.

No soy asiduo de las películas de fantasía, ni de las de ciencia ficción, las películas históricas no son lo mío, desde el momento mismo que en el cartel publicitario leo que es histórica me digo que si ya conozco el final, para que quiero verla, es lo que me emociona del cine, el misterio, el drama y la sorpresa, igual que en la vida real, es en esencia lo que le da sabor a la vida.

Por esa razón y por otras, como espectador furtivo de la vida real, me parece que el cine la rebasa, hasta las cintas de carácter   histórico tienen algo de novela, algún momento en que el guionista y el director improvisan, en la vida real, en la vida pública de hoy día no hay sorpresas, los finales ya están escritos, por ejemplo, tengo la sospecha de que alguno de esos grupos domingueros que salen en sus autos y camionetas a protestar contra el gobierno, no saben que sus lideres o quienes los manipulan están conscientes de que sus movimientos no van a ningún lado, no son partidos políticos, no puede lograr candidatos independientes en cada Municipio, Distrito y Estado de la República, los requisitos son muchos, es probable que algunos pocos, muy pocos consigan postularse y menos los que puedan obtener un triunfo electoral, lo único que se agradece es la oportunidad que le brindan a ciudadanos que en esta época de pandemia puedan salir a las calles a tocar el claxon de sus vehículos y regresar a su comida dominical.

La otra parte, la de los Partidos Políticos es terrible, una película mala de espantos, no hay forma que ellos, sus lideres y sus asesores se sienten en las mesas a lograr acuerdos para nombrar candidatos comunes sin arriesgar sus registros como partidos, como en una cinta histórica de Cecil B. DeMille, ya conocemos el final.

Espero equivocarme, deseo que la competencia electoral fortalezca nuestro sistema, lamentablemente tengo la impresión qué los actores del sistema, los manipuladores de las manifestaciones callejeras y los lideres partidistas solo forman parte de una estrategia perfectamente diseñada desde alguna oficina del gobierno, ojalá esté equivocado.

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

alfonsodiazordaz@gmail.com

31 de agosto de 2020

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