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El día ellas es el más sagrado para los mexicanos. Sea un ramo de rosas, una taquiza, un “gallo”, chocolates, unas chanclas, una sartén, un wasap o una escoba, todos se acuerdan de ella.

Lo cierto es que de 365 días del año, este viene otro vil marketing publicitario. Mentada por todo mundo y todo el tiempo sin importar estatus económico o raza pura: ella es coraje, desquite y consuelo.

Y si no pregúntele al viene viene al gasero, cafres, tamarindos, lavanderas, maestros de la construcción, maestros, alumnos, a Los Cadetes de Linares, a futbolistas, a empleados, mecánicos, antorchistas, entre la banda, entre los enemigos, entre todos.

Usted sabe muy bien a lo que me refiero.

No se trata de ese dulce blanco de menta con rayitas verdes.

Expresión en alusión a la progenitora de otro, se trata del pan nuestro de cada día.

Escucharla no, pero suele suceder que por recibirla terminan amistades, se han perdido dos que tres piezas dentales  y provocado hematomas en los ojos.

Y si no pregúntele a choferes o a los diputados del Congreso qué opinan del gobernador del Estado.

Aunque, por la Cuarentena en estos momentos están más relajados.

El caso es que antes de presentarle el verdadero significado de ser mamá, es importante retomar las sabias palabras del México urbano y sobre todo dejar en claro su origen, causa y efecto.

Pero vayamos por pasos: una mentada tiene historia

Es un recurso indispensable y obligado.

Con ella se nace, se crece, se sufre, se aprende y se muere…y sin necesidad de ser de ‘Alvarao’.

Si al conducir su nave se le cierra un Loma Bella; si el árbitro no marca un claro penal en aquellos tiempos del clásico América-Chivas; si en una briaga el cantinero además de cobrarle de más lo saca a patadas inmediatamente ¿qué palabra le viene en mente?

¡¡¡Sea honesto!!!

En la Puebla urbana, los Mad Max de las calles reconocen que esta expresión es su “oración cada cinco minutos” y es que el tráfico, los cierres de vialidades, el tamarindo inoportuno provocan que literalmente “la rayen”.

Cada lunes a eso de las 10:30 en la Catedral de la Lucha Libre cuando la porra ruda se lanzaba contra el técnico, todos la empleaban, pero había timidez de dmitirlo ante la lente de Rodolfo Pérez, desde luego esto allá por un 10 de mayo de 2019

Será miedo a la cámara, será pena al qué dirán, será el sereno, pero desde niño se aprende.

Sin embargo, su mención no sólo es peyorativa.

Le explico: los objetos, el estado de ánimo, de salud, un reencuentro entre colegas de la prepa, la universidad, o fácil: que se le quemen las tortillas, la pinchadura de un neumático, la cancelación de conciertos en la Feria de Puebla, las llaves olvidadas dentro del auto, un botero que canta mejor que BetoBitle en el micro, el sabor de una Coca Cola justo cuando el sol fríe huevos sobre el cafre de un auto también son parte de su mutación.

El origen

Pregunto: ¿Habrá alguien en la tierra del nopal que no haya mentado o recibido una?

Sea con todas sus letras, el claxon o el codo, este ademán es una ancestral mantra azteca que con el transcurso del tiempo ha tomado una infinidad de variantes.

Veamos. Hay dos versiones.

La primera: En la época de la Colonia. Tras la llegada de los Venancios fueron los criollos (hijos de padres españoles nacidos fuera de España), quienes la emplearon para insultar a los mestizos (primogénitos de padre español y madre indígena), con el único propósito de recordarles que su jefa era una vil aborigen.

Hágame usted el favor…

Y es para botarse de risa que ahora seamos los mestizos quienes les recalcamos a otros mestizos (valga la redundancia) que nuestra querida y adorada madre es mestiza.

La segunda: Desde los tiempos aztecas “nantenehua” era literalmente mencionar a la madre. Cuenta la leyenda que una nación sometida por Tenochtitlán compuso la canción mofándose del emperador y de su incapacidad por someterlos, pero ese canto manejaba (en realidad) que a quien no podía conquistar era a una anciana náhuatl.

La causa

Pueden ser muchas. Por ejemplo: en el caso de los estudiantes llegar a casa, aventar el uniforme de fútbol en la cama y las huellas de los tacos atiborrados de pasto sintético o lodo por todo el piso.

La reacción de mamá que se pasó todo el día aseándola es lógica.

Precisamente son ellas quienes enseñan cómo mentarla.

Otra más: tanto quemarse las pestañas en la universidad para ser el mejor abogado y de repente sin que le digan agua va “el patrón no dijo nada, sino su achichincle: ‘te me vas a chingar a tu madre’, y de pronto salí del despacho”. Un despido injustificado.

El efecto

En el caso del futbolista “Las mamás deben comprender que uno llega cansado y no es adrede ensuciar el piso, el que grite ‘hijo de tu madre’ no debería enojarme, pero que toda la vecindad se entere sí; seré huevón, pero no es adrede”, comenta el afectado.

Veamos la situación del padre de cuatro, esposo de dos y amante de una. Cortarle de tajo ese ingreso no solo implica empeñar desde el auto, la pantalla “y ojalá” hasta la suegra, sino terminar su vida de galán de quinto patio y limitarse gastos.

“No tuvieron madre, eso fue hace tres años, por más que busqué nada, un amigo me avisó que necesitaban un checador en la Ruta 33 y entré hasta que subí a chofer”.

En otras palabras: venganza, “algún día se la voy a partir en lo que se me quita la frustración”.

Madre sólo hay una

Retrocedamos no el reloj, el tiempo. Vayámonos a cuando usted estaba en la primaria de inocente, posteriormente de puberto en la secundaria; de novio en el cine; ¿qué tal lo recibió su señora mami en la primera jarra? Le invito a recordar sus regaños como cuando destruyó ese juguete tan lujoso y que tanto le costó regalarle.

¿Alguna vez le tronaron un recogedor en la espalda?

Igual no la mamá, pero la suegra de la mamá….

¿De castigo lo pusieron a chapear el jardín o levantar “las obras” del perrito?,

¿Si su cuarto estaba hecho patas arriba, qué le decía?

¿Alguna vez reprobó una materia?

¿Encendió no las luces del arbolito de navidad sino el arbolito?

Haga memoria, húndase en sus pensamientos, ya sea hombre o mujer y reviva el pasado.

Ahora que si no se acuerda, no se preocupe, con gusto se la recuerdo a través de las variantes de la mexicanísima expresión milenaria:

1) Cada que enlodaba el piso recién trapeado.

¡Ay… jijo de tu madre!

2) Cuando reprobaba una materia y escapaba.

Corre, porque ora si te rompo la madre.

3) Cuando por burro el maestro lo sacó de clases.

Por hojaldra ¡que ingue a su madre…!

4) Si presenta un proyecto elaborado con las patas.

¡Y ésta madre!

5) Cuando por jugar a deshoras de la noche llegó tarde a casa.

Hay chivos que tienen madre, ¡pero tú ni la conoces!

6) Cada que pedía de comer a la hora de la telenovela.

Tragón, me tienes ¡hasta la madre!

7) Cuando la vecina lo sorprendía ‘regando’ sus plantitas.

¡… en la madre!

8) Cuando por pedalear “bicla” ajena llegó golpeado.

¿Ora qué madres te pasó?

9) Cuando en plenas caricias con su novia los padres de ella llegan.

¡Madres, mis papás!

10) Cuando su amor salió con su ‘Domingo 7’ los cuñados le advierten:

Te la vamos a partir en “gajos”.

11) Cuando se empatan dos microbuses de la misma ruta.

Ta-ta-ta-ta-ta.

12) Cuando se impacta un micro 44 A contra una 55.

¡Madrazo!

13) Al preguntarle si Misión de Rescate está buena:

¡Está de poca madre!

14) Cuando se quita el calor con una coquita en lata

Dios… ¡está con madre!

15) Cuando estornuda como si lo exorcizaran.

Si es por bien Dios se los pague, si es por mal, ¡chinguen a su madre!

Ahora que en tiempos de cuarentena, mejor cuídese de no hacerlo, porque se le van encima…

16) Del cantinero al beodo: 

Si no pagas te me vas a chingar a tu madre.

17) Cuando un judicial se pasa de “peñafieles”.

Tiburcio: le acabas de dar en su madre.

18) Cuando su señora le descubre el cuello con pintura de labial.

Fulgencio, ¡no tienes madre!

19) Cuando le pregunta a su señora quién guisó la sopa sabor a charco:

¡Tu madre!

Ojo: fíjese a quién se la mienta, hay gente muy obediente:

Huya jefa que la quiero madrear, me la acaban de mentar

Posdata

Al final de cuentas cinco palabras son las que reinarán hoy, mañana y siempre. En homenaje a todas las madrecitas que nos han criado desde niño, jalado de las patillas y enseñado a comportarnos como verdaderos hombres, ¡gracias por ser nuestra madre!

Y que conste, no es necesario que sea 10 de mayo.

Por: Arnoldo Màrquez

Foto: Rodolfo Pérez

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