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La vida de las cosas es un tema que durante todos los tiempos le ha interesado al ser humano, imaginarse lo que hay detrás de cada una, por más cotidiana que esta sea, ¿Quién fue la primera persona a la que se le ocurrió que se podía uno comer para desayunar un par de huevos fritos? ¿Cuántas cosas debieron pasar para ese asombroso descubrimiento? Cosas como descubrir el fuego y decidir que algunos alimentos podrían saber mejor cocinados que crudos, la variedad es sorprendente, el gusto por los mismos muy variado, toda una historia para todo un libro de curiosidades.

Así las cosas, estuve discurriendo en los orígenes y las historias cuando la semana pasada descubrí un libro que se hizo merecedor al premio Espasa Calpe 2020, aquella famosa editora de enciclopedias que nuestros padres compraban a plazos en cómodas mensualidades, si es que de alguna forma las mensualidades pueden ser cómodas como una cama o como un sofá, el libro en cuestión lo escribe el español Carlos Del Amor y se titula: “Emocionarte– La Doble Vida De Cuadros” que es una descripción de la historia que se esconde detrás de cada pintura, también podría ser la historia de una melodía o de una escultura.

Los que escribimos algo o los que disertamos, tenemos algo que decir y una historia que contar, por la misma razón los que pintan y los que esculpen algo querrán decirnos, hasta quienes lo hacen por dinero o por encargo, algo tienen que explicarnos, hay una musa interior que los motiva, voy a tomar prestado un inmenso Goya que el mencionado autor presenta:

Perro Semihundido

De esta pintura que el autor plasmó en alguna pared seca al interior de su casa algo nos quiere decir, algo que seguramente expresa un sentimiento humano, una especie de emerger a la vida, o emprender una aventura o lo que sea que busque, es algo que estimula los sentimientos, cualquiera que estos sean de quien lo observa, a mi en lo personal me inspira y me conforta.

Hasta en las actividades mas comunes hay un motivo que las hecha a andar, este puede ser bueno o puede no serlo, como por ejemplo lo que motiva o excita a los políticos y gobernantes para el desarrollo de sus actividades, en eso estoy seguro que la inmensa mayoría no lo hace por vocación de servicio, es más seguro que lo haga por intereses muy personales como por ejemplo “enriquecerse” o “alimentar a su Narciso interno”, otros en otras profesiones por presumidos y soberbios quieren sobresalir más que sus vecinos o sus paisanos, probablemente estos sean únicamente las personas con enormes complejos y baja autoestima para satisfacer sus complejos y sus traumas.

Pero hay otros como los artistas y los científicos que persiguen otras metas, otros objetivos que les motivan, que sienten orgullo cuando contemplan sus obras terminadas, aunque muchos de ellos no vean en la culminación de éstas, remuneración alguna, como muchos de los pintores y escultores de la historia, es algo que de alguna manera podríamos llamar “el orgullo del artífice”, el gusto de concluir un proyecto y de superar toda clase de dificultades.

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

alfonsodiazordaz@gmail.com

11 de enero de 2021

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