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Para vender el Avión José María Morelos y Pavón,  que es el nombre con el que bautizaron a la aeronave presidencial,  se necesita “un poco de gracia y otra cosita” que es conocer el verdadero “STATUS” de dominio sobre el pesado aparato, independientemente de otras circunstancias y condiciones que en seguida explico.

Yo no tengo problema si quiero vender mi auto, siempre y cuando se reúnan ciertas condiciones , entre más de estas condiciones se puedan juntar, más fácil será vender la unidad automotriz, legitima propiedad,  modelo, antigüedad, estado del motor, factura, pagos y adeudos pendientes, pintura, vestiduras y un largo etcétera y un precio razonable de acuerdo con el mercado, se puede consultar como base el “Libro Azul” que usan las aseguradoras para sus avalúos y el otro punto, quizás el más importante de todos,  la urgencia que se tiene por venderlo.

Ahora bien, el tema de vender el auto tiene sus bemoles, el que vende quiere mucho y el que compra ofrece poco, llegar a un medio entre los dos extremos a veces resulta complicado, si no tengo prisa, no me importa lo que me tarde en venderlo aunque al final voy a hacer alguna o algunas rebajas para realizarlo, si tengo prisa porque me urge el dinero,  lo voy a malbaratar y el comprador va a abusar de su condición.

Si para vender un carro se le complica a uno tanto la vida, imagínese lo complicado y difícil que será vender un avión que alguien se encargó de publicitar como un avión que no tiene ni Obama, o sea, un aparato mejor y por ende más caro que el de la Presidencia de los Estados Unidos,  aunque esta haya sido, como de hecho lo fue, una baladronada electoral, con el afán de lograr nuestras metas a veces no medimos la desmesura de nuestras ofertas.

Una andanada de ignorantes y de precariedad intelectual notable se dieron vuelo en las redes despotricando contra el gobierno actual, que como era posible que el avión del que se trata lo estuvieran rentando, caramba, que desperdicio y ahora por eso,  nuestro nuevo Tlatoani no podrá comercializarlo como se comprometió en campaña, terrible sino el que persigue a nuestra patria que nos impide dejar de ser parias como siempre, no lo podemos vender y por culpa de estos “corruptos detestables” no vamos poder repartir el producto de la operación entre los millones de necesitados que padecen hambre, a los que haciendo una operación de aritmética simple les van a dejar de repartir los tres pesos que les corresponden después de dividir el precio de venta entre el millonario número de beneficiarios.

Evidentemente nuestros pequeños analistas de lavadero no saben que la operación con la que se adquirió la multicitada nave es un arrendamiento financiero ordinario, ni más ni menos, una forma de financiar la adquisición sin afectar las finanzas, con lo cual me permito comunicar que si queremos vender un avión, no podemos hacerlo, podemos transferir la deuda y vender lo que ya se pagó al precio que nos quieran dar.

Además, estamos en una encrucijada legal, el método de enajenar el aparato, entiendo que se le debe transferir al  Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) que es la entidad que tiene facultades para la venta, además por Ley debe convocarse a una licitación o subasta por invitación o por inscripción onerosa,  después de resolver el tema descrito del arrendamiento financiero, lo fácil es prometer, lo difícil es darse cuenta   que la realidad existe y que este no es un cuento de hadas con final feliz.

Bienvenidos a la realidad, les dieron el avión.

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

13 de noviembre de 2018

 

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