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En principio parecía una “serpiente de verano” esperando de airear el culebrón que trae en la cola, pero no. No es un bulo, aunque tiene apariencia de “cagada” por parte de la “alta jerarquía judicial”. Un dardo envenenado contra el gobierno progresista que al igual que la canción de Sabina: “Y el portazo sonó como un signo de interrogación / Sospecho que así /Se vengaba, a través del olvido / El TC de mí.”

Algo así, me resulta la sentencia del TC que tumba el confinamiento del primer estado de alarma, después de haberlo “disfrutado” hace más de un año. Bueno, en realidad es la nota de prensa que dicho tribunal ha publicado, porque lo que es la sentencia, ha estado agazapada esperando el momento oportuno para soltarla a la puerta de la Moncloa y salir corriendo, no vaya a ser que el “inquilino” le dé por soltar los perros, y no sabemos si son ladradores o mordedores. Si son galgos o podencos. Aunque, me temo que la mala costumbre de pasar el aviso por medio de la prensa más útil al momento se ha perdido.

La “democracia judicial plena” con cuatro miembros caducados y sin renovar, por bloqueo de la “gaviota”, aceptó la demanda del partido ultraderechista del caballo bayo (o VOX), y en un alarde de blanqueo, le da el sí al “pie del altar” y en base a que “imponer el confinamiento del estado de alarma según lo acordado por el Gobierno y el Congreso de los Diputados, se tenía que haber declarado el estado de excepción”, porque según la mitad del Gran Sanedrín con las medallas del OPUS: “lo previsto en la CE y amparado por la LO 4/1981, 40 años más o menos, no permite la suspensión de derechos que se impusieron con su declaración”.

No cuestionan las medidas adoptadas, como el confinamiento domiciliario, pero que no se hizo con el instrumento legal adecuado, según ellos. Estar un año deliberando, un tribunal casi caducado, como darle la bofetada al Ejecutivo, para llegar a esta resolución, es tener más cara que espalda, y más dura que un adoquín.

Haciendo un inciso. Cuando se decretó el estado de alarma, 14/03/2020, había una media de 48 muertos diarios. Cuando se “debería” haber aplicado el “estado excepcional”, 14/05/2020, era de 111. Y al finalizar el estado de alarma, 21/06/2020, era de 16 (según ELDIARIO punto Es).

Y es que lo de la crisis sanitaria, no entra en el razonamiento de la judicatura, lo importante es que debería haber sido un confinamiento por 30 días, y ya puestos con sus 30 noches, con posibilidad de ampliar otros 30 días. Que se debería haber llevado al Congreso con un proyecto, el Congreso lo debatiría esquivando el filibusterismo de la derecha y, con el tiempo, saldría un decreto “chanchipiruli”. Mientras tanto, el superministro Illa hubiera tenido tiempo a que todo el mundo se pusiera mascarilla, se lavara las manos y le echara el aliento al cogote del prójimo sin riesgo de contagio. Y al final llegaran las vacunas.

El profesor Pérez Royo lo tiene muy claro cuando dice: ¿Puede alguien en su sano juicio pensar que se debe responder a una situación de crecimiento exponencial de los contagios, las hospitalizaciones, los ingresos en unidades de cuidados intensivos y de fallecimientos, con un instrumento tan pesado y tan poco dúctil como es el estado de excepción? ¿De verdad alguien puede pensar que ese era el espíritu y la finalidad del constituyente y del legislador al incluir el estado de alarma y el estado de excepción de la forma en que lo hicieron en nuestro ordenamiento? La decisión del TC es sencillamente incomprensible en términos jurídicos.” Y añade con toda la intención: “Tal vez sea muy mal pensado, pero tengo la impresión de que la mayoría de magistrados que ha dictado esta sentencia han pretendido enviar un doble mensaje: Uno primero a Vox, animándolos a recurrir en el futuro: sois bienvenidos, incluso cuando interponéis un recurso disparatado. El campo que tenéis abierto. Otro segundo al Gobierno: perded toda esperanza”.

Otro experto jurídico, como es Joan J. Queralt, va más allá: “…llama la atención, sin parangón a la Unión Europea, que un Tribunal Constitucional u órgano asimilable haya tumbado la respuesta estatal a la emergencia sanitaria desatada por la pandemia del Covid 19”.”Es el primer tribunal constitucional que tumba un estado de emergencia pandémica en la UE”. También señala que el TC acepta las peticiones de un partido de extrema derecha. “Queda bastante al descubierto quien es, o donde está y quien manda en el Deep State

Si dos expertos en Derecho Constitucional tienen esta opinión, a mi no me miréis que la mía es peor. Y más, teniendo en cuenta que dicho partido votó en el Congreso a favor de la primera prórroga del estado de alarma. Y después, denuncia lo que votó.

Si el confinamiento domiciliario estuvo vigente desde el 14/03/2020 hasta el 04/05/2020, un total de 52 días, aunque el “estado de alarma” duró 99 días, y con el Estado de excepción se podía haber llegado a los 60 días, ¿A qué viene tanto despliegue de poder judicial?”. Si yo fuera mal pensado, creería que el tiempo dedicado por los miembros del tribunal puede ser una forma de “malversación”, pero ¡quita! No puede ser, quién va a juzgar al juzgador. Tampoco se ha hablado que el gobierno de Sánchez usó la misma figura del “Estado de alarma” que el resto de gobiernos europeos. Y que según “estudios internacionales, las medidas a gran escala de confinamiento, evitaron la muerte de más de tres millones de personas por el COVID (ministra Llop)

Pero, ya se sabe, que la democracia judicial europea, le cuesta pasar el filtro franquista de la frontera Pirenaica.

Mientras tanto, que alguien me explique, por qué no es de aplicación el art. 4. De la ley orgánica 4/1981, que señala que el estado de alarma se podrá decretar ante: “crisis sanitarias, tales como epidemias y situaciones de contaminación graves”. Y en su art. 11 habla de que se podrá “limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares determinados, etc., etc. etc.. Al final, veo al Ejecutivo demandando al TC ante el Tribunal de Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que parece ser los únicos que le calientan las orejas a la judicatura española.

Por otro lado, el TC está dividido sobre el debate, según El País, hay un empate entre cinco magistrados (3 progresistas y 2 conservadores) que dicen que es suficiente con el estado de alarma, mientras otros cinco son “amigos del estado de excepción, pero queda pendiente el voto de la vicepresidenta del TC (del hilo del PSOE). Aunque, parece ser, que el principal impulsor de esta medida inquisitorial del constitucional y ponente de la sentencia, es un magistrado de nombre Pedro González Trevijano (exrector de la Universidad RJCarlos, que nombró doctor honoris causa a Rato, y ponente de FAES, entre otras cosas), que en acaloramiento del debate sobre la sentencia, se recordaba la pequeña diferencia en el tribunal que está a las puertas de renovación, se le escapó que ”no va a haber renovación”. ¡Ahí lo dejo!

Según los “mentideros de la corte” se avecina una guerra total de la derecha contra el Gobierno de Sánchez, donde las malas artes de la derecha van a hacer saltar chispas es la pseudodemocracia española.

Entre tanto, los demás tribunales superiores de las CC.AA., el Supremo y la Audiencia Nacional, están marcando el paso de las Comunidades Autónomas y haciendo de árbitros, creando una jurisprudencia y avalando las decisiones de los presidentes autonómicos, dentro del “estado de alarma”, no el de excepción. En algunos casos, contradictorias a lo que defiende el Tribunal Constitucional. Incluso la Audiencia Nacional ha respaldado las cuarentenas de viajeros, por 10 días. Intuyendo el peligro grave para la salud pública.

Por: Paco González.

17/07/2021.

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