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México se encuentra sumergido bajo tres graves crisis humanitarias, la del Covid -19, la de la violencia generalizada del narcotráfico, y la de movilidad migratoria, en consecuencia; el Territorio nacional está surcado de cicatrices que se mantienen abiertas.

Un drama y una solicitud, en las cercanías de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, mueren 55migrantes al volcar un tráiler que los transportaba, en tanto el Presidente de México, desde Tijuana llama a que se regularicen 38 millones de mexicoamericanos residentes en los Estados Unidos, son caras de la misma moneda,

La crisis humanitaria que envuelve al país es síntesis de la gravedad cobrada por la concentración del empleo en las metrópolis del poder cien millones de personas en el mundo se encuentran n desplazamiento forzado en busca de un empleo que le otorgue el bienestar para su subsistencia

Loa migrantes se encuentran en situación de alto riesgo de seguridad, con frecuencia se conoce de masacres sufridas, como la de San Fernando, Tamaulipas en 2010.

 Un infierno de terror propiciado por las prohibiciones, el acoso, extorción, prisión, amenazas y homicidios, debido a causas contradictorias que es posible atenuar y aun resolver, tal como ocurría en el pasado cuando los migrantes indocumentados mexicanos cruzaban el desierto arriesgando a la deshidratación y la hipotermia, arrojando un índice de mortalidad de alrededor de 300 muertos anualmente, al parecer ese índice de mortalidad dejó de agobiar, es posible y se desea su solución,

El asunto de la migración sostiene la doble vertiente de presentarse como problema y también solución, desde el punto de la oferta de los países de desarrollo requieren de importar mano de obra, porque su déficit poblacional se los exige, son naciones en decrecimiento poblacional, por lo cual es necesario de trabajadores que equilibren la demanda oferta de empleo, con lo cual contribuyen a solucionar el déficit en las pensiones y jubilaciones, además de contribuir al pago de impuestos y tributos, a la renta nacional.

Nadie puede ser indiferente a los accidentes que provocan la fatalidad, sea ´por intención o por omisión, el 24 de agosto de 2010 el crimen organizado, los “zetas” ejecutaron a 72 personas en San Fernando Tamaulipas, y hoy la ONU confiere que en los últimos siete años se registrado 5 755 muertes de migrantes en Centroamérica, Norteamérica y el Caribe.

 En este año 2021 de las 1060 muertes al menos 650 fallecieron al intentar cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. No se puede más que reconocer que se trata de un verdadero aparato sub-institucional de genocidio.

El desplazamiento forzado de las personas no para, la ACNUR, Agencia de ayuda para refugiados de la ONU, conmina el apoyo a un millón de desplazados centroamericanos.

La mancha demográfica de migrantes no cesa, es creciente hasta convertirse en un Tsunami que termine por borrar fronteras o desvanecer estados, con el único línde marcado por la oferta de trabajo la cual a su vez se encuentra condicionada por la ola creciente de robotización, o sea maquinas reproductoras en vez de mano de obra, por lo que la oferta de empleo a largo plazo tiende a decrecer.

¿Cómo enfrentar este reto civilizatorio?, en el pasado, Siglo XV Europa encontró las rutas que le llevaron a ocupar luego de guerras de conquista, el Continente Americano donde descargo su excedente poblacional y obtuvo grandes reservas de recursos naturales y energéticos.

Hoy se carece de ese excedente espacial que reubique a la población creciente, por lo que se debe buscar una reforma mundial que se dirija a generar condiciones habitables donde la gente desarrolle sus proyectos existenciales, sus bases serán las condiciones básicas, la seguridad, la subsistencia alimentaria, salud, educación. habitación. Se trata de modificar el modelo de desarrollo capitalista al servició del la jerarquía de poder mundial por otro de carácter racional de integración espacial con enfoque privilegiado al servicio a los comunidades locales, estos proyectos deben ser diseñados y apoyados por los órganos supranacionales  en su financiamiento.

Hace tres años la Comisión Económica para la América Latina, CEPAL, elaboró y entregó un proyecto para el desarrollo integral para Centroamérica, además de dos visitas de la Vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, dedicadas a diseñar políticas de cooperación y resolver de raíz la causas de migración en la región, con los resultados de promover el programa de Sembrando Oportunidades derivado del sistema mexicano Sembrando Vida, cuyos efectos son desalentadores por su escasa capacidad de enfrentar una solución eficaz.

El emplazamiento a su operación no se sabe cuando ocurrirá, alguna vez una fecha muy lejana, pero es el único que garantiza un mundo posible de paz.

El otro es mantener una creciente violencia entre la exclusión de los poderosos y la insistencia de los desposeídos, una larga y severa lucha por acceder al espacio y a la posibilidad existencial del  trabajo, enmarcadas por la espiral de la violencia, hasta su estallido terminal. Ha de ocurrir algo semejante a lo sucedido con los esclavos cristianos de la inmemorial Roma que terminaron con su fé por derrotar al gran imperio.

La voz presidencial vuelve a insistir desde Tijuana a favor de una reforma migratoria que regularice la situación legal de los indocumentados en Estados Unidos.

Su mensaje quizás sea reflejo de la preocupación del accidente ocurrido en Chiapas, que revela la dificultad de inducir un transito ordenado de migrantes, enmarcado entre dos tendencias opuestas, la promoción del tráfico ilícito humanitario, sumado a los flujos concurrentes de las caravanas, enfrentado a los obstáculos de violencia inducida y dirigida sumada a la oposición cerrada del centro receptor norteamericano de manera principal de la intención del decreto USA de “quédate en México”, Desde el exterior se decidió el uso de nuestro territorio.

Se trata de una guerra por el espacio y oportunidad existencial laboral, donde México es campo de lucha entre la migración forzada desplazada y el rechazó del gobierno estadounidense excluyente.

La voz presidencial va por el filo de la navaja y corre el riesgo de caer en la pendiente, suena bien la defensa de mexicanos fuera del país, y exigir el respeto al país, pero el presidente advierte “no queremos inmiscuirnos en la política interna de Estados Unidos” . En buena parte  el apoyo brindado durante la campaña de 2017,  a la señora Clinton primero y después a Trump en época de Peña Nieto son inquietantes por los costos que se tuvieron que pagar aun hasta el presente siguen cobrando interesés.

Es conocido el apotegma de que “el poder respeta solo al poder”, la gran asimetría entre nuestros países nos pone en desventaja, México carece de medios disuasivos o represivos para obligar el trato igualitario.

La posibilidad de aprobar la reforma migratoria en el corto plazo se encuentra condicionada a que los demócratas ganen las elecciones intermedias, al parecer son lejanas las esperanzas.

Nadie duda en los sentimientos de solidaridad y apoyo de AMLO a los mexicanos de dentro y fuera del país, como tampoco de reconocer su contribución con el envío de las remesas, alrededor de 40 mil millones dls, pero se debe cuidar de festinarlos o convertir en logros administrativos, porque son conquistas que solo pertenecen a quienes con su esfuerzo lo lograron.

Por otra parte se requiere que desde la Presidencia de la República hasta los niveles inferiores de gobierno, se valore adecuadamente el costo beneficio de la privación de un decimo de la población, que si bien se trata de un asunto de movilidad y adecuación de mercados, no deja de ser doloroso el desplazamiento forzado de más de 10 millones de mexicanos que el país no tuvo capacidad de ofrecerles sustento de vida e incluso buscaron oportunidades fuera del suelo patrio.

El Presidente no debe cortejar la reforma migratoria norteamericana tan confiadamente.

La situación circunstancial de mexicanos migrantes en posibilidad de conseguir ser naturalizados en los Estados Unidos los pone en condiciones de ciudadanía e identidad nacional distintas que no siempre coincidirán con los intereses ciudadanos y de identidad nacional de quienes permanecen dentro del territorio, una relación que es difícil de enunciar sus resultados, pero es previsisble su diferenciación a futuro, como es imprecindible que ahora se marque un juego desfavorable a la identidad nacional que se encuentra subsumida como una nacionalidad asimilada.

No es conveniente caer en el maniqueísmo de la perdida de la mitad de territorio ante los Estados Unidos similar a un suceso inevitable de la entrega del decimo de la población mexicana,

Porqué es humano que el presente los mexicanos sigan siendo los mismos dentro y fuera del territorio, pero la dinámica social indica que se desarrolla una cultura hibrida de factores comunes cuya tendencias potenciales le lleven al acercamiento de la comprensión y tolerancia en la construcción de una cultura superior prevista de solidaridad fraterna y carente de violencia exterminadora de la guerra.

Por: Antonio TENORIO ADAME

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