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La verdad es que el envidioso no quiere lo que tú tienes, solamente quiere que pierdas lo que tienes,  simplemente no les interesa, por lo mismo voces del Gobierno que tenemos se han propuesto con un éxito extraordinario, venderles a las masas de iletrados e ignorantes y las de algunos activistas que los Ministros de la  Suprema Corte son unos perversos y totalmente corruptos al percibir salarios de seiscientos mil pesos mensuales que dicho sea, no es representativo de la realidad de este Gobierno que se comprometió a no mentir.

El ingreso de los Ministros de “La Suprema”    para este año que está por terminar y que en febrero pasado pública el diario de circulación nacional “El Economista” citando como fuente el “Diario Oficial de la Federación” los Magistrados tienen un salario mensual integrado (sueldo mensual por doce,  más prestaciones entre doce)  de trescientos cincuenta y dos mil quinientos pesos mensuales que seguramente para usted que me distingue como lector de mis modestas opiniones y para mí que las escribo, se nos hace muy exagerado, sin embargo valdría la pena hacer un ejercicio de reflexión bien informada antes de opinar sin fundamento.

Por ejemplo, uno de los criticados ministros tiene su especialidad en Derecho Constitucional y Administrativo en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, 1985-1987, Maestría en Derecho en la institución anteriormente señalada, 1987 y Doctorado en Derecho en la misma institución, Independientemente de sus actividades laborales y académicas especializadas y su autoría de publicaciones diversas.

Otro de ellos: Es licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Maestro en Derecho por la Universidad de Harvard, de la cual recibió, además, el Certificado en Tributación Internacional y otro integrante que ha sido Procurador General de la República y Embajador de México en Washington .

Uno más obtuvo la Licenciatura en Derecho en la Universidad la Salle  con mención honorífica, realizó los estudios correspondientes a la Especialidad en Amparo en la Universidad Panamericana y en el Instituto Mexicano del Amparo. Asimismo, estudió la Especialidad en Derecho Constitucional y Administrativo, la Maestría en Derecho y el Doctorado en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde obtuvo el grado de Doctor en Derecho en el año de 1992, sustentando la Tesis “Teoría General del Acto Administrativo”, habiendo recibido Mención Honorífica con motivo de su examen entre otras actividades.

De esta forma, podría seguir describiendo con amplitud el desempeño académico, docente y laboral de cada uno de los ministros que para llegar a serlo sentaron destacados precedentes curriculares.

Lo más  lamentable es el  linchamiento mediático del que han sido objeto, acusaciones terribles pesan sobre sus cabezas, desde que los señalan como corruptos por el solo hecho de ganar un sueldo superior a la generalidad que lo juzga sin derecho a audiencia, y por supuesto,  sin tener  el mínimo conocimiento de sus brillantes  trayectos profesionales.

Supongamos que triunfa el espíritu vengativo que se ha apoderado de los abanderados de la precariedad intelectual y cultural del país y consiguen “correrlos” sin derecho a defenderse y convocan a abogados titulados para ocupar esas vacantes.

Imagínese usted, yo por mi parte no quiero ni siquiera imaginármelo, una Suprema Corte de Justicia de la Nación formada por Licenciados en Derecho especialistas en divorcios, cobranzas y gestoría (coyotaje) que tuvieran que determinar si se violentó el Estado de Derecho de cualquier presunto indiciado, a petición de la prensa comprometida con particulares causas y sin la menor pulcritud en la materia de los derechos humanos.

El Lic. Trastupijes como Presidente de “La Suprema”, terrible.

 

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

10 de diciembre de 2018

 

 

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