Los adversarios del régimen de Morena se encuentran arrinconados sin avizorar el camino a seguir como tampoco la velocidad con la que camina la 4T.
Los reventadores del régimen caminan a ciegas, imitan las protestas de la izquierda y terminan por culpar en absoluto de todos los males al gobierno de AMLO; los estragos de la pandemia, la caída del PIB y una pérdida de seguridad por la violencia criminal.
El primer pulso de fuerzas políticas nacionales, lo perdieron quienes pedían que el presidente renunciara antes de cumplir dos años de mandato constitucional para evitar que el Congreso nombre a su sucesor, al darse acaso su salida.
La próxima contienda desplaza a los reventadores a la retaguardia y los ubica en la sombra del asesoramiento de los adversarios institucionales en la renovación del Congreso, así como tambien, mantener la hegemonía de los gobiernos de los Estados, principalmente, de lo que será la batalla electoral más importante al renovarse también presidencias municipales y congresos locales.
El recurso estratégico del régimen se desarrolla en distintas pistas a diferentes velocidades.
El desafío electoral del 2021 se cubre con el aval de confianza democrática del 71 %, con él se permitirá mantener el control político y la conversión de Estados de nueva denominación Morenista.
La obra pública o sus objetivos prioritarios se programaron a cuatro años con la intención de evitar su demolición como ocurrió con el Aeropuerto de Peña, las fechas coinciden igual que el plebiscito de ratificación o sea Andrés Manuel irá a las urnas con logros materiales en los bolsillos.
Las metas históricas concebidas en la grandeza de los cierres de “ciclos universales” en 1810, 1856, y 1910, se ven contenidos no por la obstrucción local sino por el cambio de agentes exteriores, mismos que ahora con la devastación del contagio y los estragos del neoliberalismo alentados por la rapacidad política dejan su impronta de destrucción sin aportar todavía la necesidad de una “reestructuración de dimensión planetaria”.
LA RENOVACION DEL CONGRESO
Los comicios del 2021 en el orden para cambiar hacia la LXV Legislatura, se prepara abrir un frente de alianzas entre partidos de minoría, PRI, PAN, PRD.
Las minorías partidistas son apadrinadas por agentes empresariales externos, entre ellos Claudio X González, denominado “México Si”.
También, más de 600 destacados intelectuales demandan la unidad de los partidos para contener los temores de los ilustrados.
El clamor anti Morena ha sido escuchado por la Asamblea nacional del PAN al emitir el acuerdo de celebrar alianzas partidarias en 140 distritos electorales federales. Se da el primer paso en la construcción del nuevo bloque de minoría.
Este grito de guerra por si solo confirma la alta competitividad de Morena en 160 distritos, cifra que coincide con los triunfos comiciales que obtuvo en 2018.
El PAN solo sin alianza es altamente competitivo en 39 distritos electorales federales, cuya situación geográfica se localiza en las circunscripciones 1 y 2, mientras el PRI dispone de una representación competitiva en 10 distritos, aunque refleja una mejor distribución geográfica al registrar la circunscripción 4 como un área débil. Por lo que respecta al PRD solo conserva una acreditación en 7 distritos, una “sombra de la maravilla del ayer”.
Una debilidad del fuerte, Morena, es su falta de cohesión y diciplina, como lo indica el liderazgo múltiple, en Michoacán se registraron 29 candidatos para gobernador, se desprende que brotaran inconformidades al momento de la designación del candidato. Ahí los retos son de identidad y diciplina, loscuales debe ganarse por medio de la convicción, así como apertura de espacios alternos de participación.
EL ESPEJO DE LA IDEOLOGÍA
Lo ganado por medio de la flexibilidad electoral para abrir paso a las coaliciones, se pierde o al menos no se avanza, en términos de identidad ideológica, a pesar de que no interese modificar al corto plazo.
La heterogeneidad de cuerpos tradicionalmente confrontados, en especial PAN con PRI funcionará en términos de distritos federales, pero no en nivel de alcaldías y municipios, ahí seguirán siendo diferentes y opositores.
La mezcla ideológica no existe, como tampoco la nitidez, porque el neoliberalismo no generó nuevos paradigmas del pensamiento, todo fue barrido parejo, solo muestran objetivos electorales, aunque quedan destellos del pasado, donde refulge una nebulosa carente dispersa. No hay pensamiento político, la propuesta es negativa, La cinsigna es : “hay que derrotar a Morena”.
La mayoría oficial está obligada a activar el fermento ideológico, pasar a darle forma, superar el discurso del lastre de la corrupción para proponer en base a un nuevo diagnóstico las aristas de un nuevo proyecto de formación de Estado en primer término: disminución de la pobreza, fortalecer las políticas públicas de bienestar con base patrimonial, atención prioritaria de salud, educación, empleo, salario.
En segunda instancia: fortalecer la unidad del espacio territorial y generar un desarrollo regional subsidiario.
Los cambios sustantivos de Morena se dejaron ver en el acontecimiento de la madurez bianual del régimen, el segundo año de gobierno de AMLO, se registraron acontecimientos trascendentes, uno la salida de Romo de la Oficina Presidencial, y otro la realización de un foro plural de personalidades democráticas de América Latina y España, como un reconocimiento por la labor político ideológica y a la vez un enriquecimiento y actualización de la labor política universal emprendida por Morena.
Queda pendiente incluir una nueva vision geoestrategica para tracender las fronteras de ignominia que abra paso al desartollo equitativo regional para enfrentar al agobio de la migración mesoamericana con un nuevo enfoque integracional además del TMEC, a fin de mejorar la atención preferente a la región centroamericana y del Caribe, pero sobre todo recuperar la raíz histórica de México como precursor de las rutas de las cuencas intrapacífico al oriente, en ese contexto universal, la relación con Filipinas y China debe cobrar vigencia.
Por: Antonio Tenorio Adame