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Irreverente, inconforme, cercano, tierno, comprometido, un grande en todos los sentidos, Joan Manuel Serrat el poeta universal, nacido un día como este (27 de diciembre) en 1943, en el barrio de Pueblo Seco de Barcelona, nostálgico y memorioso de sus orígenes, como lo dice cuando dice: nací en el Mediterráneo, cerca del mar y cuando Penélope espera con fidelidad al amante que partió y su promesa de volver, el irreverente que le canta a la madre de su novia:

Ese con quien sueña su hija,
Ese ladrón que os desvalija
De su amor, soy yo, señora.

Ya sé que no soy un buen yerno.
Soy casi un beso del infierno,
Pero un beso, al fin, señora…

El Serrat entrañable que nos habla del camino y de las estelas en la mar y de aquellos locos bajitos, de sus aventuras y su vida, tan nuestras, tan de nuestra generación y hoy que es su cumpleaños lo recuerdo en un concierto al que tuve el privilegio de asistir alrededor de 1970 en el Auditorio de la Reforma en la Ciudad de Puebla.

También pienso en las Penélopes que ocasionó el exilio, la diáspora republicana que separo familias, que canceló futuros, los adioses de entonces, miles de adioses de entonces que no pudieron cumplir la promesa: “volveré” que no volvieron a ver ese suelo al que con añoranza  desearon regresar, esa diáspora injusta que trasladó a muchos de ellos a México, a este  México hospitalario que les abrió sus puertas, a este país que se benefició y mucho con la cultura de los migrantes de España, que se supieron integrar, que formaron familias y aportaron tanto, vinieron artistas, pintores, músicos y hombres de letras, científicos e industriales, comerciantes y agricultores, muchos de ellos murieron en esta tierra a la que también amaron, sus restos, los de muchos de ellos reposan en nuestros cementerios, los nuestros y los de ellos.

Lo grave y lo terrible es que nadie aprende en cabeza ajena, nosotros los mexicanos de hoy nos estamos distanciando, nos estamos alejando cada día de nosotros, estamos caminando apresurados a una diáspora innecesaria que nadie quiere, nos ocurrió una tragedia con la pandemia y el encierro, con los pasos titubeantes de autoridades y la inconsciencia ciudadana que se empecina en romper el encierro, que hace fiesta por hacer fiesta y que no comprende que de esto saldremos como siempre, solidarios y unidos, como siempre lo hicimos, como en el ochenta y cinco y el diecisiete.

Y volviendo a Serrat:

Que existe siempre una razón escondida en cada gesto
Del derecho y del revés, uno sólo es lo que es
Y anda siempre con lo puesto
Nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio.

Y esta en lo cierto, este país, el nuestro es lo que tenemos y así lo llevamos puesto, esta es nuestra verdad y no tiene remedio, hagámosle caso a Serrat:

De vez en cuando la vida nos besa en la boca
Y a colores se despliega como un atlas
Nos pasea por las calles en volandas
Y nos sentimos en buenas manos.

Feliz cumpleaños Joan Manuel, gracias.

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

alfonsodiazordaz@gmail.com

27 de diciembre de 2020

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