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Siempre que no se ha comprendido algo, la historia se repite.

El ser humano está destinado a repetir los errores del pasado…una y otra vez, hasta que llegue un momento mágico, en el cual, sin previo aviso, un determinado número de personas empiece a elegir de manera diferente.

Infinitas bendiciones para aquellos que están empezando a caminar con un nuevo paso, porque, aunque les llamarán locos, habrán tenido el privilegio de romper un sistema que proyectaba sombras oscuras sobre su especie.

Ese día, a esa hora, el viejo modo de crear el futuro será destruido y se crearán nuevos y más luminosos «ahora».

El universo en el que vivimos está compuesto de energía dinámica en continuo movimiento. Los átomos mismos no están compuestos de partículas estáticas de materia, sino de ondas pulsantes que van y vienen.

Nosotros, los seres humanos, no somos seres sólidos.

El padre de la teoría cuántica, el físico Max Planck, decía que lo que creemos es lo que nos hace ser lo que somos.

En definitiva, las personas están hechas de pensamiento, que, al pasar a través del campo magnético generado por el corazón, se sopesa mediante dos importantes filtros: el miedo y el amor. Hacia estos dos filtros convergen todos los infinitos matices de emociones que podamos sentir.

Precisamente a través de estas dos lentes, la emoción Miedo y la emoción Amor, el ser humano ve y mide lo debe hacer; a partir de esta valoración se origina su reacción.

Si, por ejemplo, a partir de tus convicciones, percibes un pensamiento nuevo con la emoción-miedo, te sentirás exactamente así, y tu realidad se moverá en esa dirección, generando malestar y negatividad. Por el contrario, si el miedo procedente de las ondas eléctricas del cerebro se filtra con la emoción-amor, atraerás hacia ti una realidad más agradable y no tendrás nada que temer.

Sin embargo, lo realmente extraordinario es que todo esto puede incluso no depender de un hecho ocurrido realmente, sino únicamente de lo que te han enseñado a creer, que es justo esa creencia la que lo nutre y lo alimenta.

En resumen, te han enseñado a ser quien debes ser, manipulando tus creencias a través de convenciones disfuncionales.

«Es más difícil escindir un prejuicio, que el átomo». A. EINSTEIN.

Tomado del Libro: Sincronicidad “M. Zanon”

Por: Juan de Dios Flores Arechiga.

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