La proyección psicológica.
Aquello que nos molesta o nos asusta en otras personas o en el mundo que nos rodea, a menudo no es más que un reflejo de nuestras propias inseguridades, miedos o heridas no resueltas.
Enfrentar a nuestros “monstruos interiores” significa emprender un viaje de introspección y autoconocimiento. Implica reconocer nuestras sombras, esos aspectos de nosotros mismos que preferiríamos ignorar: la envidia, el resentimiento, la baja autoestima o la necesidad de control entre otros. Si no miramos de frente estos sentimientos los proyectamos sin darnos cuenta en los demás, percibiendo en ellos las fallas que no queremos ver en nosotros mismos.
Por ejemplo, si una persona teme su propia debilidad puede volverse intolerante con la vulnerabilidad de los demás, criticando a quienes muestran sus emociones. De igual manera alguien con un profundo sentimiento de inseguridad puede percibir que los demás lo juzgan constantemente cuando en realidad es su propia voz interior la que lo está criticando.
Para sanar hay que dejar de culpar al mundo exterior y asumir la responsabilidad de nuestras propias heridas. No se trata de cambiar a los demás o las circunstancias, sino de transformar nuestra percepción a través de la curación interna. Al sanar nuestras propias heridas, la forma en que vemos a los demás y al mundo, hace que se transforme nuestro entorno y nuestra existencia dentro de él, ya que nos vamos a relacionar de forma más saludable.
Los “monstruos” que antes veíamos fuera, comienzan a desvanecerse porque ya no tienen un espejo en el cual reflejarse.
La paz interior no se encuentra al escapar de nuestros demonios, sino al tener el valor de enfrentarlos. El verdadero poder reside en la honestidad de mirarnos a nosotros mismos con compasión y valentía, para dejar de proyectar en el mundo lo que realmente nos pertenece.
Carl Jung lo llama “la sombra”, siendo este uno de sus pilares en su teoría que se refiere a la parte de nuestra psique que alberga los aspectos reprimidos, negados o inconscientes de nuestra personalidad.
¿Qué es la Sombra?
La sombra es todo aquello que no queremos ser o reconocer en nosotros mismos, tanto cualidades negativas (como la envidia, el egoísmo o la agresión) como potenciales no desarrollados (la creatividad, la espontaneidad o la intuición). Se forma en la infancia a medida que aprendemos a adaptarnos a las normas sociales y familiares, reprimiendo lo que se considera “malo” o “inaceptable”.
La Sombra y la Individuación.
Para Jung, el proceso de individuación es el camino para convertirse en un ser humano completo y balanceado.
Confrontar la sombra es el primer y más crucial paso en este proceso. Al reconocer y aceptar nuestra oscuridad, dejamos de proyectarla en el mundo exterior, ganamos autoconocimiento y nos volvemos más conscientes de quiénes somos realmente, con nuestras luces y sombras.
No se trata de “matar” a la sombra, sino de integrarla a la consciencia. Al hacerlo, se libera una gran cantidad de energía psíquica que estaba atrapada en la represión, permitiendo un mayor crecimiento personal y una vida más auténtica y saludable.
Ahora ya lo sabes, para atraer lo que quieres deberás transformar lo que eres, y no se transforma aquello de lo que no se es consciente.
Terapeuta Eli Córdova López
México Prioridad


