¿Movimiento estudiantil o sucesión presidencial? ¿Germen de la democracia? Echeverría. Monsiváis
¿Conspiración para echar a andar la llamada Revolución Mundial? ¿Movimiento anarquista al que sólo interesaba destruir el orden establecido? ¿Bandera de lucha contra el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz? ¿Detonante de la democracia mexicana? ¿Instrumento en manos de los grupos que se disputaban la sucesión presidencial en el PRI? ¿Qué fue México 68? ¿Qué significado tiene para nosotros? Son muchas las preguntas que siguen gravitando en la opinión pública y en el imaginario popular…
Medio siglo después, podemos sacar algunas conclusiones…
Lo ocurrido en México se insertó en una oleada estudiantil de talla internacional. Estados Unidos y Francia serán los detonantes, con una serie de demandas que poco o nada tenían que ver con las ideologías y menos con los partidos políticos…
Si hemos de prestar atención a los franceses, pedían aulas con menos alumnos y mejores profesores, así como recibir visitas del otro sexo en sus dormitorios. En los norteamericanos, pesaban más el hastío de aquellos que todo lo tenían. Cuando el movimiento brincó a la calle, se volvió el botín de las ideologías y de los partidos…
Decir que el origen del movimiento estudiantil fue de izquierdas o de derechas, no pasa de ser una mentira. Fue en la calle donde se terminó viciando por el juego de intereses políticos…
“El 68 y la sucesión presidencial…”
Aunque hay indicios de que en México el conflicto entre estudiantes y autoridades pudo haber sido provocado deliberadamente, los especialistas no se ponen de acuerdo. Pero lo que sí parece ser verdad es que pronto se montaron en el movimiento grupos de ‘línea dura’ e infiltrados de al menos tres o cuatro grupos vinculados a la otrora ‘Familia Revolucionaria’…
La recta final de 1968 coincidía con la decisión sobre quién sería el candidato del Partido Revolucionario Institucional, es decir: El sucesor. Eran los tiempos en que las campañas electorales en México eran verdaderamente maratónicas…
Hacia principios de 1970, circuló el libro ‘Trampa en Tlatelolco’, sin datos del autor, donde se reproducen las declaraciones oficiales de varios testigos que afirman que el Ejército jamás les disparó. Las detonaciones provinieron de lo alto de los departamentos y de otros puntos…
Gracias a la alternancia en la Presidencia y la apertura de archivos clasificados, se pudo comprobar que uno fue el Batallón Olimpia que arribó a la Plaza de las Tres Culturas, mismo que aparece en el vídeo que todos conocemos, y otro el de corte paramilitar apostado en puntos estratégicos. Este segundo grupo fue el que desencadenó la tragedia y protagonizó otra balacera entre los edificios, bien entrada la noche…
¿Por qué no murió ahí ninguno de los líderes estudiantiles? ¿Qué significan los mensajes desclasificados donde se ordena detener y salvaguardar a algunos de ellos? ¿Eran agentes infiltrados de los distintos aparatos de inteligencia de aquel momento? Incluso algunos mintieron afirmando que asistieron al mitin, como hacen constar los amigos de Carlos Monsiváis. De quien dicen que nunca lo dejaron salir de su casa ese día. ¿Sabían lo que iba a pasar? Una vez más, las preguntas brotan a borbotones…
‘Tras bambalinas’, era la disputa entre los que aspiraban a la sucesión presidencial que, poco a poco, se fue centrando en dos: El secretario de Gobernación y el secretario particular de Díaz Ordaz. Como bien observó José Cabrera Parra: Se trataba de doblegar al presidente para que nombrase a Luis Echeverría como el sucesor…
“Rumbo al autoritarismo…”
El movimiento estudiantil del 68 no fue una lucha a favor de la democracia. La simple lectura de los discursos y pliego de demandas del Consejo Nacional de Huelga nos revela que la palabra ‘democracia’ brillaba por su ausencia…
En todo caso, fue una confrontación con el autoritarismo del presidente. Como lo reconoce Saúl Álvarez, estando en Lecumberri recibieron cartas de algunas intelectuales y líderes estudiantiles europeos, preguntando por qué mientras en muchos países derivaron en aperturas democráticas, en México desembocamos en un gobierno autoritario como el de Luis Echeverría Álvarez…
Pero sería injusto afirmar que ‘todos los estudiantes del 68 sabían lo que se jugaba al amparo del secreto’. Quizá en muchos de ellos, los de a pie, anidaban deseos sinceros por participar en la configuración de un México mejor. Serían los que verdaderamente merecerían un homenaje. Como dijo uno de ellos, sólo iba siguiendo a una muchacha de buen ver y de mejor andar, cuyas caderas le resultaban muy atractivas…
Con el paso del tiempo, algunos líderes se convirtieron en flamantes candidatos del PRI o en una especie de ‘oposición leal’. Otros prefirieron el ámbito intelectual, teniendo acceso a becas y a todo tipo de apoyos. José Agustín da cuenta de los viajes y francachelas en tiempos de Echeverría y de López Portillo. Una mujer llegó al Congreso y al gabinete por la vía del Revolucionario Institucional, y no faltó quien terminó como secretario particular del General Marcelino García Barragán. ¿Pues no que eran enemigos del régimen? Vaya cinismo…
El ‘halconazo del 71’ fue la confirmación de que el país no había transitado hacia la democracia sino al recrudecimiento del autoritarismo…
Hasta entonces…
Por: Juan de Dios Andrade Martínez
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