En respuesta a la invitación cordial de Felipe Haro, asistí el pasado 14 de junio a la inauguración de las instalaciones de la Fundación Elena Poniatowska Amor, en su sede ubicada en el número 105 de la Calle José Martí en la Colonia Escandón de la Ciudad de México.
Resultaron particularmente significativas las palabras del Doctor Juan Ramón de la Fuente, destacando la presencia permanente de Elena Poniatowska en los episodios claves de la vida del país, llevando a cabo la respectiva cobertura informativa de los hechos o esgrimiendo dado el caso el comentario editorial respectivo; erigiéndose con ello en una de las voces claves de la conciencia nacional, al menos para las generaciones que actualmente habitan en México.
En medio de presencias por demás destacadas y relevantes como la de Carlos Payan , Carmen Lira y Genaro Villamil; me resultaron particularmente emotivas, por principio de cunetas, la de Guillermo Murray, ya que había estado rememorando en fechas previas, con motivo del deceso de Rogelio Guerra, el momento en el que vi en escena a ambos acompañando a Jacqueline Andere en la puesta en escena de la pieza teatral de Ariel Dorfman “La Muerte y la Doncella”, emblematizando a toda una época en la vida de las artes escénicas del país, más allá del inexorable paso del tiempo.
Al llegar al “Hotel Catedral”, en donde me hospedé, estuve viendo en la televisión la versión cinematográfica de “Gringo Viejo” protagonizada por Gregory Peck y Jane Fonda, hecho que hizo de Silvia Lemus, en la casona de “José Martí” en “La Escandón” a Silvia Lemus, otra de las presencias que me resultaron de especial significación.
Ni que decir, por supuesto, de la concerniente a la anfitriona y su familia, sintiéndome obligado a reiterar hasta el cansancio mi agradecimiento a Felipe Haro, agradecimiento doble, ya que surge tanto de la invitación a la inauguración del pasado 14 de junio, la misma que en toda justicia debe ser considerado como uno de los acontecimientos más relevantes de la vida cultural de México en los últimos tiempos, sino que, adicionalmente nace de la invitación, extendida con una cordialidad desbordante a presentar mis relatos “El Retablo del Perdón” y “La Danza de Giselle” en la sede de la Fundación.
Presentación que se llevará cabo el próximo miércoles 11 de julio a las 18,30 horas, y que mucho agradezco y me hace sentir por demás complacido.
Por: Atilio Alberto Peralta Merino