Comparte con tus amigos

Manuel Godoy y Álvarez de Faria, un hombre de su tiempo y sus circunstancias, cercano de reyes y de reinas en su época de esplendor, María Luisa de Parma de quien fue consejero, confidente y probablemente algo más, como ella misma lo decía en un desplante de soberbia, afirmaba que ninguno de sus hijos era descendiente (hijo) de Carlos IV su esposo y que con esto se rompía para siempre la línea de los borbones en el Reino de España, cierto o no, el Sr. Godoy fue un personaje de época y renombre, amante del arte, encargó a Francisco de Goya, para su gusto y placer, una pintura que permaneció todo un siglo en resguardo privado, ajena a las miradas del público, se dice que es la Duquesa de Alba sin ropa, pintura que ahora se conoce y permanece desde los primeros años del siglo XX en el Museo del Prado para gusto de sus admiradores, “La Maja Desnuda” se cree que fue un encargo del político Godoy a don Francisco de Goya y la duda sobre la noble modelo que posó para el pintor permanecerá por siempre, no hay ADN o carbono catorce que nos permita probarlo.

Que sea o no sea la Duquesa de Alba, la señora del celebrado lienzo como le comento, no es seguro y se los cuento como una anécdota superficial para referirme a que nosotros no conocemos la verdad de muchas de las cosas aunque las veamos con nuestros propios ojos…

Por ejemplo les cuento, la señora que se enfunda una media en el cartel de la película “El Graduado” , no le pertenece a la célebre Anne Bancroft como lo creí y supuse durante muchos años, la modelo de verdad es Linda Gray (la alcohólica Sue Ellen de la serie Dallas) al menos eso es lo que ella dice.

A veces nos han dicho que las copias no son buenas y es tan cierto como que si lo sean, Mark Landis por ejemplo, se hizo pasar por un adinerado coleccionista de arte y donante de obras a distintos y variados museos, el falsificador que era muy bueno, era el mismo como después se supo, fue filántropo y donante durante treinta años, hasta que por alguna causa se supo que todas ellas eran falsas copias casi perfectas, verdaderas todas ellas hasta que lo descubrieron.

Otro caso, este si entrañable es el de Edward Mueller que fabricaba dólares de manera artesanal y rudimentaria en su propio domicilio y esto lo hacía para sobrevivir, nunca fabricaba más de cincuenta por mes, esto le servía para atender sus necesidades, era un hombre de más de sesenta años de edad, aprendió fotograbado en su primera juventud, hizo una fotografía de un billete de dólar, de alguna forma copio la imagen en placas de zinc sensibilizadas, les dio un tratamiento especial con un baño de ácido,  corrigió con paciencia algunos detalles y con la ayuda de una prensa manual fabricaba los dólares justos que le permitieran sobrevivir, hasta  hicieron una o dos películas,  el fraude se descubrió en alguna institución bancaria a la que fue a parar uno de los billetes falsos y dio inicio una investigación  que llevo a la policía a conocer la verdad, los billetes no eran buenos, para los neófitos pasaban desapercibidos, como eran de un dólar, nadie les prestaba atención hasta que se la prestaron en un Banco.

La vida y las cosas nos dan sorpresas, le cuento de los verdaderos artistas y de las modelos que fueron sus musas y muchas veces sus amantes, Pablo Picasso por ejemplo tuvo ocho mujeres conocidas, Dora Maar una de ellas fue fundamental en algunas de sus obras, un curioso espectador puede descubrir sus ojos y su mirada en los cuadros en que le sirvió de modelo al pintor,  Amedeo Modiglianni tenía a la pintora y modelo Jeanne Hébuterne como la más fiel de sus modelos y musas, nunca a pesar de sus deslices le abandonó.

El asunto al que le quiero comentar es que vivimos en un mundo en el que las falsedades se confunden fácilmente con las verdades, los artistas de cine teatro y televisión te pintan un mundo fantástico que en muchos de los casos al espectador le parecen escenas de la vida real, tampoco es muy difícil que los candidatos a lo que sea te pinten un mundo terrible si no es con ellos o un paraíso hermoso si ellos son los elegidos, es normal en nuestro país y en el resto del mundo que los candidatos te cuenten cuentos que parecen más reales que los billetes de a dólar del entrañable Edward Mueller.

Los límites entre lo verdadero y lo falso son confusos, de esa premisa deriva la controversia de algunos personajes, para unos es un héroe y para otros el más despreciable de los seres, signo de los tiempos.

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

28 de octubre de 2021

  alfonsodiazordaz@gmail.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *