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El 24 de diciembre de 1503 ve la primera luz Michel de Notredame en Saint-Rémy de Provenza, Francia, comunidad que se hizo famosa por sus noches estrelladas que le sirvieron de modelo al exquisito Vince Van Gog, el de la oreja perdida, personaje el primero que en su edad adulta latinizara su nombre con el expresivo Nostradamus, en un acto de mercadotecnia muy adelantado para su época.

Este gran embustero era médico de profesión y charlatán por afición, siendo esta última actividad la que le hiciera trascender en la posteridad de sus tiempos, se inicia como escritor con la publicación de un recetario de mermeladas y cosméticos para después pasarse al lucrativo negocio del engaño profético, tan lucrativo que la misma Catalina de  Medicis, Reina de Francia, lo invitó a pasar una temporada con ella en Paris, mediante los buenos oficios de Claudio de Saboya, Gobernador de Provenza, en donde el excéntrico farsante construyo su fama de adivinador infalible.

Un ejemplo es el de un incauto alemán Hans Rossemberg dedicado a la minería que se creyó las patrañas de nuestro astuto personaje y terminó en la peor de las bancarrotas a pesar de haberle pagado hasta el último centavo por sus servicios y por sus predicciones incomprensibles para cualquiera, el pobre de Rossemberg que nunca perdió la fe le envía una epístola con el mensaje que transcribo: «Desgraciadamente, habéis mezclado el pasado, el presente y el futuro en vuestras predicciones, y me estoy encontrando con muchos problemas a la hora de entenderlo. En relación con los cálculos de 1561 a 1573 que estáis preparando, ¿podríais hacer el favor de componerlos con claridad sin mezclar los periodos de esa manera?».

Así como Nostradamus, en todas las épocas y todos los tiempos la gente ha sido victima de incuantificable cantidad de adivinadores, de los cuales el más famoso es el francés.

Nostradamus

La técnica de Nostradamus ha sido empleada por muchos estafadores, en nuestro tiempo los seguimos padeciendo  y tienen millones de seguidores, este México no es la excepción, lamentablemente no lo es, un día nos dicen que la pandemia que vivimos va a durar unos cuantos meses, cuando el tiempo pasa el pitoniso que lo vaticinó se contradice, otros nos quieren engañar con que es posible llevar a juicio a los ex presidentes del país mediante una insólita consulta, dicen quienes la promovieron que se juntaron dos millones setecientas mil firmas, que no fueron supervisadas por ninguna autoridad oficial ni cuando menos con la fedataria opinión de los Colegios de Notarios.

Debo confesar que en lo personal siempre he sido escéptico e incrédulo, me dan risa lo horóscopos y los adivinos, las predicciones, las medicinas alternativas y los chacras me parecen divertidas para una tarde de tertulia dominical, lamentablemente sospecho de todo lo que no tiene sustento y rigor científico, o de las habladas de quienes nos quieren engañar con el petate del muerto.

Uno de los asuntos que en estos días ha cautivado mi imaginación escéptica es el famoso plantón de los de Frena, tengo mis razones para sospechar que las tiendas de campaña, muy bien instaladas y ordenadas no le sirven de dormitorio a casi nadie, no hay como en los desagradables plantones del CNTE grupos y reuniones visibles, no llegan los tamaleros a ofrecer sus productos por la mañana, tengo dudas que me gustaría que fueran puntualmente aclaradas.

Tampoco creo en los siete millones de miembros que dicen tener sus dirigentes, lamentablemente no es posible censarlos, si los tuvieran ya estarían solicitando su registro como partido ante el INE.

Ni siquiera los partidos registrados tienen un padrón tan numeroso, solamente el PRI con poco más de un millón seiscientos mil miembros y el de la Revolución Democrática con un millón cuatrocientos mil, el resto no registran mas de seiscientos mil afiliados.

Estoy convencido de que los que quieren un cambio para el 2021 no han recibido ninguna explicación convincente de todo el proceso que tienen que seguir para lograrlo y por supuesto, este pasa por la reunión de los partidos, las caravanas domingueras son divertidas, pero no son efectivas, yo les pediría a sus dirigentes que hablaran con la verdad.

Así como yo no creo en la clarividencia, tampoco creo en la buena fe de los lideres de todas las corrientes, las que gobiernan y las que se oponen a los que gobiernan.

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

alfonsodiazordaz@gmail.com

24 de septiembre de 2020

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