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Ya lo decía Wiston Churchill, ex Primer Ministro británico: “La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”, se dice que la democracia fue inventada por los atenienses que imaginaron y pusieron en práctica una asamblea de ciudadanos que tomaban las decisiones del gobierno, asamblea que por cierto no era tan democrática como teóricamente la conocemos ahora, estos ciudadanos de la antigua Grecia no eran ni mujeres, ni eran esclavos, para ser elegibles solo se requería haber nacido hombre y libre.

Tuvieron que pasar algunos siglos para perfeccionarla más o menos, estoy cierto que este sistema siempre será perfectible, nunca, de acuerdo con la diversidad humana será perfecto, de otra manera no nos podemos explicar que setenta millones de ciudadanos del país del norte pudieran haber votado por Donald Trump, me parece tan absurdo   como cierto y ni modo, así es la democracia, ni hablar.

Benjamín Franklin afirmaba con un ejemplo que “la democracia son dos lobos y una oveja votando sobre que se va a comer”, ¿le queda claro?

Ese es el problema central de este sistema, he escuchado muchas veces la aseveración que sigue: si no le gusta el gobierno, vaya a vivir a otra parte, lo cual me parece tan absurdo como estúpido, al final todos formamos parte de un mismo cuerpo social, no hay remedio, los partidos, los candidatos y los votantes dejan de ser opositores al día siguiente de que las elecciones de cualquier puesto son oficialmente validadas.

Alfonso Castelao, un gallego multifacético, sorprendente y eminente la describe (a la democracia) El pueblo solo es soberano el día de las elecciones, después de los comicios no queda más remedio que asumir la decisión de la mayoría.

Es como si no me gustaran las enchiladas (que sí me gustan) y no por eso tendría que irme a vivir a otra parte, de hecho me gusta toda la comida mexicana, solamente por cuestiones de idiosincrasia tengo mis reservas con el pozole desde que me enteré que los pueblos originarios lo cocinaban con carne humana, me resisto a comerlo pero respeto a los que se fascinan con el tradicional platillo, de tal forma afirmo que si no me gustó el resultado de alguna elección en el pasado, no tuve más remedio que aguantarme y tolerar hasta a los fanáticos seguidores de la opción ganadora, aclaro que no todos los que votaron por la dicha opción son fanáticos, muchos de ellos son mis amigos y los respeto, aunque algunas veces ellos no me respeten.

Hay otra frase que ilustra a la perfección mi personal percepción de un sistema democrático y la dijo John Fitzgerald Kennedy: “La ignorancia de un votante en una democracia perjudica la seguridad de todos”, nada más acertado que esto para los tiempos que vivimos, hay muchas elecciones en todo el mundo que dan como triunfador al personaje que mejor sabe utilizar a los ignorantes, parece que ahora es de eso de lo que trata el juego, en particular confieso que en mi experiencia como votante observo que el electorado nunca vota con inteligencia, es muy fácil seducir con promesas falsas y más fácil resulta sucumbir a sus encantos.

Espero que no siga creciendo la teoría que señala a la democracia como el arte de engañar a los más bobos, ¿usted lo cree así?

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

alfonsodiazordaz@gmail.com

18 de noviembre de 2020

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