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Robert V. Miller (a) Víctor Lustig fue un famoso estafador, tal vez uno de los más famosos de la historia, nacido en Hostinné (Imperio Austrohúngaro) este políglota encantador, experto en relacionarse con incautos y no tan incautos, hasta el mismísimo Al Capone cayo en sus redes, fue la persona que urdió y llevo a la práctica un plan para vender la Torre que construyó Gustave Eiffel para la exposición de París de 1889 y que se edificó para que en un tiempo determinado fuera desmantelada y retirada del lugar en el que se encuentra desde su inauguración.

El asunto es que el Sr. Loustig estaba leyendo en la prensa de la época, la de 1925, en el periodo conocido como Entre-Guerras, que la famosa Torre Eiffel debió ser desmantelada y trasladada a otro lugar en 1909 y no lo fue, estaba siendo un problema para las autoridades francesas por su proceso de deterioro y costoso mantenimiento, a esas fechas eran un problema para las finanzas del gobierno.

Hábil y experto como nadie en la estafa y el engaño, falsificó papelería del gobierno y convoco en su representación a una licitación para desmantelar y vender el emblemático monumento francés, misma que convocó a seis hombres de negocios que se interesaron en el proyecto. Después de una reunión con ellos en un conocido hotel y una visita de inspección al lugar para la que fueron trasladados en una limousine de lujo especialmente rentada por el timador.

Al final la Torre Eiffel fue vendida fraudulentamente a uno de los postores, al que Lustig habría seleccionado previamente por ser el más ingenuo de todos ellos.

Esta historia que le acabo de relatar vino a mi memoria durante estos días en que fue retirada de su glorieta en el Paseo de la Reforma de nuestra Ciudad Capital la estatua de Cristóbal Colón, toda proporción guardada, que independientemente de lo mismo, despertó mi curiosidad y suspicacia, por varias razones, una que parece obvia pero que no lo es tanto, es que algún funcionario de la Ciudad tratara de venderla por kilo y de esta manera conseguir un beneficio económico, lo cual no me resulta claro, según un dato obtenido de internet, la estatua pesa algo así como mil ochocientos kilos aunque en otra información encuentro que para el retiro se usaron dos grúas de veinte toneladas métricas, esto último no lo veo lógico, para el efecto me quedo con el primero de los datos.

El precio del cobre por tonelada en el mercado internacional anda por el orden de sesenta y cinco mil pesos la tonelada, por lo que mil ochocientos kilos nos darían un irrisorio precio de ciento setenta y siete mil pesos y la verdad esto no sería negocio, tan solo retirarla le costó al gobierno algo más que doscientos mil pesos, por lo anterior concluyo que el asunto no es por ese lado.

La Glorieta de Colón “sin Colón”.

Por otra parte me dicen que la retiraron para darle mantenimiento para su conservación y otra vez empiezo a sospechar que en la operación hay algo extraño, le podrían haber dado el mantenimiento sin desmontarla, no tengo noticia de otros monumentos que hayan requerido desinstalar para conservar.

A la Victoria Alada mejor conocida como el Ángel de la Independencia nunca la han bajado para arreglarla, solamente una vez se bajo ella sola y se rompió, tuvieron que fabricar una nueva, la otra estatua, también en el Paseo de la Reforma, es la Diana Cazadora y a esta solamente la han querido vestir y nunca bajar para conservar, la verdad es que la cosa esta rara, salvo por el detalle de que hay una campaña para desprestigiar la imagen de todo aquello que tenga que ver con la conquista, no lo entiendo ni me lo explico, lo único que se y quiero es que nos manden una foto del lugar en que la tienen  almacenada y una vista de la propia estatua en ese sitio, por si de casualidad después, de alguna forma nos enteramos que la figura de bronce fue robada.

Hay que tener cuidado con la Fuente de La Cibeles que fue donada por el Alcalde de Madrid a México, no vaya a ser la de malas que de alguna de las oficinas del Gobierno de la Ciudad se ordene: “La Fuente de La Cibeles se va”.

Por: Alfonso Díaz Ordaz Baillères

Alfonsodiazordaz@gmail.com

19 de octubre de 2020

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