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“Amigo mío, el que es un miserable no deja de ser miserable en carroza, a caballo y a pie. Por eso no creo nunca a ningún miserable, ni en el arrepentimiento de ningún miserable. ” GOETHE

Los miserables, a veces nacen, a veces se hacen, y otras se perfeccionan desde su nacimiento hasta que florecen en la vida pública.

Llevo un tiempo intentando elaborar un catálogo de “políticos miserables”, donde JM. Aznar (PP), el capo de la “mafia” pepera, que nos llevó a una guerra con Irak mintiendo como un bellaco; y Felipe González (PSOE), republinárquico desde Suresnes, “descamisao” con chaqueta de pana y, supuesta X de los GAL se sitúan a la cabeza, seguidos muy de cerca por un tal Fernández Díaz (PP) y otro tal Borrell (PSOE), pero en el último momento, un tal Salvador Illa (PSOE-PSC) se ha colado por la banda derecha en un retrato que, no por inesperado, es menos “miserable”. Una especie de imagen, al estilo del Dorian Gray, aparece en escena, rompiendo moldes con unas frases que han sentado como un puyazo de rejón negro en lo alto del independentismo:”

Es muy importante que pasemos página a diez años que, no exagero, han sido los peores de los últimos 300 de la historia de Cataluña. Nos ha llevado a un empobrecimiento económico, a una pérdida de prestigio institucional”. dijo en una entrevista al Diario de Girona, sin salirle los colores. Culpando al independentismo de ser responsable de la situación.

Hablar con tanta ligereza sobre los últimos diez años en Cataluña, como los peores de la historia de Cataluña y culpando al independentismo, es tapar las vergüenzas de su propio partido, desde que “cepillaron” el Estatut de 2006, hasta ir del brazo con la derecha para aplicar el 155 y la represión del “A por ellos, ohé, ohé”, por poner urnas y, votar la ciudadanía catalana, el 1 de octubre del 2017, en un Referéndum. Y si hablamos de economía, oculta intencionadamente que la Generalitat ha estado intervenida durante 3 años, bajo el control del Ministerio de Hacienda. Aparte, de la represión económica llevaba desde el mismo Estado, chantajeando a los bancos y presionando a las empresas, para que sacaran sus sedes de Cataluña.

¿Ignorancia o perversidad?

Ignorancia, no es creíble, por cuanto la Filosofía es lo mismo que “amor a la sabiduría” y está tan vinculada a la historia que forma parte del razonamiento filosófico. Incluso hay quien dice que la Historia es la praxis de la Filosofía. Así que alguien con un currículo tan filosófico como Illa, o no lo es tanto, a saber, cuanto de razón hay en su haber, o cuanto de miseria lleva en la mochila.

Perversidad, es lo más probable, porque alguien que ha llegado a ministro de Sanidad, siendo filósofo, aunque esto de ministro no es un mérito, habiendo visto los que han pasado por el ejecutivo, de un color y de otro, debe saber muy bien lo que dice y como lo dice.

Las críticas han salido como fuegos artificiales, entre ellas la del President Puigdemont: “Se ve que el Decreto de Nueva Planta, la Guerra Civil, las dictaduras de Primo de Rivera y de Franco fueron mejores que los últimos años”.

Así que voy a señalar algunos puntos históricos de Cataluña, para refrescarle la memoria a este “político miserable” que vive de las instituciones públicas. Y en la actualidad se ha cambiado el nombre de “jefe de la oposición” por el de “presidente del gobierno alternativo de Cataluña”, según lo creen los “socialistas”, otro disparate más que deja a la “montapollos” como catecúmena, a su lado.

Podría hablar de la implantación de la Inquisición Moderna en Cataluña en el último tercio del XV, como un “instrumento de acción monárquica” para evitar el “acatamiento” de los reyes a las constituciones catalanas, especialmente la “Constitución de la Observança”, que aseguraba la subordinación de los poderes: real y local, a la estructura legislativa, obligándolos a jurar fidelidad a las leyes catalanas y, aquí da comienzo, sin eludir otros anteriores, a una práctica represiva hacia Cataluña que ha perdurado a través de los años, de una forma u otra, y siempre bajo la sombra de la monarquía.

Aunque esto sería remontarse demasiado, en el tiempo, para una mente tan “obtusa” de un filósofo-político al que parece ser, no le queda semilla histórica en su currículo intelectual.

En el XVII, no podemos dejar de lado, las maniobras del Conde duque de Olivares y su Gran Memorial o Instrucción secreta del 1624 y la Unión de Armas, proponiendo al rey una unión orgánica de los Reinos hispánicos, aconsejándole:

trabaje con consejo maduro y secreto por reducir estos reinos de que se compone España al estilo y leyes de Castilla”, donde una de las ideas era: “Ir en persona a visitar el reino y provocar un tumulto popular grande, como pretexto para matar a gente y asentar y disponer las leyes castellanas”.

Algo así pudo pasar, cuando Cataluña se vio invadida de tropas hispánicas, con las políticas de alojamientos impuesta por Olivares, vulnerando los ordenamientos catalanes, además de los abusos y violaciones de todo tipo cometidos por los ejércitos invasores.

De la fiscalidad, habría para un capítulo aparte. Hasta el extremo que todo ello provocó lo que se llamó “Guerra dels Segadors”, que supongo que algo habrá leído Illa al respecto. Una revuelta popular en la primavera, insurrección rural y disturbios urbanos, de 1640, que dio al traste con las relaciones entre las instituciones catalanas y el Gobierno Central de la Monarquía española.

Y con la “Guerra de Sucesión”, la postguerra y la represión. Felipe V, el primer Borbón de la casa, se caracterizó por su actuación en forma de “terrorismo militar”. “Castellanos y franceses emplearon sistemáticamente una estrategia de extorsiones, represalias indiscriminadas, secuestros, ejecuciones sumarísimas, etc., con el propósito de aterrorizar las poblaciones para facilitar el cometimiento.” (A. BALCELLS).

Las instituciones catalanas fueron abolidas y liquidado el régimen pactista catalán.

«Por efecto de la rebelión y conquista de Catalunya […] todos sus fueros y privilegios quedan derogados y no hay mas ley fuero ni privilegio que la voluntad del rey».

A las requisas, extorsiones, represalias indiscriminadas, etc. Un conde borbónico, llegó constatar: “El honor de las mujeres no se respetó ni en los lugares sagrados…” (lo dijo uno de ellos). Acciones que continuamente practicaban las tropas, se quiso añadir una tributación extraordinaria impuesta. Este elemento fiscal actuó de detonante de un levantamiento antiborbónico que, en enero de 1714, al grito de: “fora lladres” y “visca la patria”, en respuesta, el duque de Pópoli se llevó el premio de “militar del terror, en un “Aporellos”, en versión antigua, tanto que, en la villa de Sant Quintín de Mediona (Alt Penedés) los borbónicos quemaron las 140 casas del lugar y pasaron por las armas a todos los habitantes que allí encontraron. Pero según Illa, fue peor la última década, culpando a la víctima de ser la culpable.

(continuará con “Después llegó el Franquismo”)

Por: Paco González.

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