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La Ley de Audiovisual y las cuotas, sobre uso de lenguas oficiales de las comunidades autónomas, tres lenguas, que “impone”, es un decir, a las plataformas con sede en España, está llevando al filo del nervio a los partidos independentistas, los que conozco por proximidad, a los que no lo son y, en el arrastre de las redes, a los medios de comunicación que fijan su vista en el dedo que señala la Luna.

Y por si esto es poco, de las “falsas alegrías” de ERC por su aportación a la lengua catalana, un 6% decían en el ayer, se pasa a algo abstracto en el hoy, que ni su madre la reconoce, la ley me refiero. Y es que el gobierno más progresista de la historia de la “seudodemocracia” de la “seudoTransición” que, es perro viejo en esto de “puedo prometer y prometo”, o de dar puntadas sin hilo, ha vuelto a dar un pucherazo y “donde dije Digo, digo Diego”, y ha terminado con una ley tan pasada por agua que ha perdido parte de su brillo, dejando aflorar una perversidad, difícil de evitar cuando de Cataluña se trata. Como decía, la Ley de Audiovisual ha quedado como el lema de la RAE, ·”limpia fija y da esplendor”, que es lo mismo que dejar que la mierda se seque al sol. Tanto que, el mismo Rufián, ese guerrero sin antifaz, o sí, de Esquerra en la Casa de los Leones, ha amenazado ¡Uy que miedo! ¡Que viene el lobo! Siguiendo el tuit de su jefe de filas, O. Junqueras, cuando decía que los tenía “acojonados”, sacando la lengua bífida de doble filo, con tumbar los presupuestos generales del Estado (PGE). Que no, Rufián, que no, que cuando se tira la bola a tres bandas no se toca hasta que no se para por sí misma y, están por medio: los presupuestos de la Generalitat, con ayuda, si se le puede llamar así, de En Comù Podem, y los presupuestos del Ajuntament de Barcelona, con la Colau, son tres melones que no se pueden abrir y probar antes de que se arranquen de la mata. Así que menos lobos “pollito”.

Y mientras tanto, un juez, por decir algo, ha abatido el Estatut y toda la normalización de la lengua catalana de un plumazo, obligando a impartir el “castellano” en un 25% del tiempo educativo, porque unas 18 familias, a lo largo de diez años han demandado que sus hijos sean escolarizados en castellano. Lo más perverso de su sentencia, es que la ley en que se basa, fue derogada en la parte de implantación del castellano por la Ley Celaá, hace un año. Prevaricación o no prevaricación, esa es la cuestión, diría alguno con conocimientos de leyes. Yo no quisiera meter el dedo en el ojo, pero por la misma regla de tres obligaría a los mismos jueces, a escribir sus sentencias en catalán, por lo menos en un 25%, en lugar del 6% que hacen en la actualidad. Lo digo por si hay alguno de ERC que no se haya dado cuenta, que una nación, si quiere ser un estado independiente, debe cubrir todos los frentes de la lengua, para no morir en el intento. Porque el Minotauro imperialista lleva siglos intentando matar la lengua y así acabar con la semilla separatista del Casal de Barcelona.  Y eso que hay alrededor de 7.000 lenguas en todo el mundo, pero, parece ser, que sólo la lengua catalana “incomoda” a la corona impuesta y al Estado catalanofóbico.

Por lo pronto, poner los medios y las denuncias necesarias, ya que el balcón de la Fiscalía no da  a la calle, sino al patio interior de sus “puñetas”, para evitar que un juez, de Terrassa, se camufle en Twitter bajo el nombre de Randy Watson “@Estadocharnego”, y atacar, con la misma desvergüenza que aquel comandante Baena bajo el nombre de Tácito haciendo de “SantiagoycierraEspaña”, contra el independentismo catalán y diga: “Potser va sent hora que els jutges desestimem qualsevol petició de la Generalitat de Catalunya, tinguin o no raó” (lo escribo en catalán para llevarle la contraria, por no mandarlo a la mierda monda y lironda, que ganas no me faltan).

Ya sabemos que la justicia, siempre va sesgada en cuanto a Cataluña se refiere, pero aquí se retuerce con un tufillo de catalanofobia, y de la cuenta de un “juez” o responder a un tuit del President Aragonés, sobre el fin de la pandemia del Covid, que “Mientras no acabéis todos en la cárcel, no acabará”, o para más inri, rayando lo miserable, o no, atribuir las reivindicaciones feministas a “descerebradas” dirigidas por machos alfa: ”Me dan un poco de pena las mujeres del futuro. Gracias a estas descerebradas -dirigidas por machos alfa- o acaban con un troglodita, a merced de un depredador sexual o teniendo que ser lesbianas sin serlo”. Eso en los momentos de violencia machista que corre por los alrededores. Hay más párrafos por la red de este incendiario “supuesto” fascista con toga que pone los pelos de punta a cualquiera que no sea de la judicatura o de la Fiscalía, que están por otras “labores” y tienen unas tragaderas a prueba de corruptos afines, recibiendo premios por su anticatalanismo de fundaciones afines al franquismo, con lo que la independencia judicial queda por los suelos.

En el último momento, entre los socios del gobierno se miran de reojo porque la exclusión del catalán en la plataforma Netflix ha quedado patente. Es lo que tiene el poder de la economía en la sombra. No creo que la normativa europea tenga tan amarrado este tema, como para que la ministra Calviño diga que “no se puede hacer nada que contradiga la directiva comunitaria”. Demasiado oída esta frase defensiva para que sea verdad. La podía haber dicho cuando estaban debatiendo la ley, pero no, lo hace al final cuando ya no tiene ni rejas en ventana para que la pille el “toro”. Tanto que, esta vez, Jaume Asens (portavoz de Podemos en el Congreso), sin la pinza en la nariz, ha advertido que su formación está más cerca del no que del sí, a la Ley. Yo diría del SI, pero también uno puede equivocarse. Otro, como Rufián, siguen fiándose del lobo vestido de abuelita de Caperucita, con la piel de cordero y las fauces de lobo. ¡Vamos! Que le han colocado la ley en el Consejo de ministros sin vaselina. Pues nada, recuerdo a los de ERC y a los Unidas Podemos, que ahora serán dos Consejos de Ministros a la semana. Si no quieres caldo, toma dos tazas. Y si esto es respetuoso con el acuerdo con ERC, según la ministra Calviño, mejor quedaría la frase de Groucho Marx: “«Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros». Aunque lo que más se acerca a la realidad es el título del artículo de José Antich en el Nacional, título que debería colgar en la puerta de la Moncloa: “Aquí s’enganya”. Real como la vida misma, o algo así.

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