Comparte con tus amigos

Hipocresía: “Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimenta”. La RAE lo dice muy finamente, aunque la Biblia le da otro enfoque: “Cuídense de la levadura de los fariseos, es decir, de su hipocresía. Porque no hay ningún secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse” (Lucas, 12: 1-2). Lo que simplificando quiere decir: falsedad o fariseísmo. Por no hablar de malicia, marrullería, taimería, doblez, artificio, etc. O lo que viene a ser lo mismo: más sinvergüenza que la copa de un pino.

En la política internacional tenemos ejemplos de grandes hipócritas que la historia los tiene en pedestales: “el arte de gobernar no es otra cosa que el arte de ser honesto”. Con esta frase se dio a conocer la hipocresía del 3er. presidente de EEUU. (Thomas Jefferson, en 1774), ya que su conducta dejaba mucho de desear, pródiga en astucias y marrullerías y, sobre todo, por la obscenidad de ser propietario de 175 esclavos que dormían en los galpones de su mansión de Monticello y a los que no tenía ninguna intención de emancipar, aunque se le llenaba la boca diciendo que “todos los hombres nacen iguales” (“La hipocresía política” de David Runciman, 2018).

Aunque, más cercano a nosotros, A. Coscollar-maestro de escuela, en aragondigital es de 30/09/2019, nos dejaba esta perla: “En política hay dos tipos de hipócritas: los que actúan sin pensar y los que piensan sin obrar, pero todos tienen algo en común: no callan, no reconocen un error y no abandonan”. Y termina su artículo señalando que: “En este país, autonomía, nación, patria, estado o como demonios queramos llamar a este lugar donde vivimos, uno de nuestros peores vicios es permitir a los políticos que nos cuenten cuentos, mientras nosotros (y así alimentamos su codicia) fingimos que los creemos. Claro y sin filtros.

Y es que, a raíz de las declaraciones de Arnaldo Otegui, coordinador general de EH Bildu, junto al coordinador del partido Sortu, la hipocresía se ha adueñado del suelo carpetovetónico, dejando a políticos con “solera” y con menos “solera”, babeando como los caracoles, que asoman las orejas cuando aun no han escondido el rabo.

Ambos, en un comunicado conjunto y en nombre de la izquierda independentista vasca, hicieron un reconocimiento del dolor de las víctimas de ETA. Y, por otro lado, Otegui, defendió la posibilidad de apoyar los presupuestos del gobierno español si así se facilita la salida de alrededor de 200 presos vinculados con ETA. Algo así como dar un palo al avispero político y esperar la reacción de los voceros, de uno y otro bando. Cosa que no se ha hecho esperar, especialmente por la derecha, donde el PP ha sacado el pendón de la cruz como recordatorio de su santa cruzada, contra el maligno independentista.

En su declaración de reconocimiento del dolor de las víctimas de ETA, dijo: “Queremos trasladarles nuestro pesar y dolor por el sufrimiento padecido. Sentimos su dolor y desde ese sentimiento sincero afirmamos que el mismo nunca debió haberse producido, a nadie puede satisfacer que todo aquello sucediera, ni que se hubiera prolongado tanto en el tiempo. Debíamos haber logrado llegar antes a Aiete“, refiriéndose a la Conferencia que puso fin a la violencia de ETA, hace diez años.

Una declaración limitada que no incluye la palabra “condena” sobre ETA, pero que es un paso importante, como han reconocido familiares de las víctimas. La hija del gobernador civil de Guipúzcoa Juan Maria Jauregi, María Jauregi, lo destaca como un avance, pero que, hubiera deseado que el Estado hiciera lo mismo con el GAL.

Y es que el gobierno más progresista de la historia hispana, considera insuficiente el gesto del comunicado. Poniéndose de perfil, mientras esquiva las preguntas que le hacen, respecto a si el gobierno hará un reconocimiento de las víctimas del terrorismo de Estado de los GAL. Recordemos que fue una organización terrorista auspiciada por el entonces gobierno socialista de Felipe González (supuesta X de la banda) para combatir a ETA con varios asesinatos, torturas y secuestros por medio. Y que hace unos días, Rafael Vera, secretario de Estado de Seguridad, condenado por propulsor de los GAL, en una entrevista, no mostró arrepentimiento por sus acciones, sino que reivindicó la faena de los GAL, enseñando el lado oscuro de la apología del terrorismo de Estado, al mismo tiempo que su compañero de filas, que fue vicepresidente vasco y ex ministro socialista, Ramón Jáuregui, en Catalunya Ràdio, hablaba de los GAL, diciendo que: “al Estado no le corresponde la responsabilidad de pedir perdón por el GAL”, aunque él le llama “Contraterrorista”, porque eso supondría “equiparar violencias”. Y que no se podía comparar un terrorismo de ETA, de un terrorismo de los GAL. Más apología del terrorismo de Estado. “España va bien” y es de una “democracia plena” que te cagas. Estas manifestaciones, junto a la negativa de que el Congreso investigue a dicho grupo terrorista, y que la Fiscalía archive la petición de investigar al Felipe González por impulsar los GAL, demuestra que la HIPOCRESÍA se mueve en altos niveles de la política, con gran desvergüenza, a sabiendas de que, tanto estos hechos como los del emérito quedarán ocultos en las sucias cloacas del Estado.

Y, por otro lado, Otegui defendió la posibilidad de apoyar los presupuestos generales del gobierno español si así se facilita la salida de alrededor de 200 presos vinculados con ETA. Algo así como dar un palo al avispero político y esperar la reacción de los voceros, de uno y otro bando.

De entrada, a esta última propuesta, Farsánchez, sacando pecho ante sus palmeros, ha dicho que “NO”, que no y que no, y más noes que salen de las filas de los jarrones chinos, donde un Felipe González, un “descamisao” que, lo considera “inaceptable”. Por otro lado, otros grupos políticos, desde los del puño en alto hasta los del brazo extendido, dando un brindis al sol, han salido como las avispas, batiendo sus iras y su desfachatez. Algo así como el ancho del embudo para mí y lo estrecho para ti. Otra vez la HIPOCRESÍA sacando pecho.

En cuanto a lo de la “salida de presos etarras”, el portavoz del PNV al Congreso, Aitor Esteban, dijo que no se posicionaría al respecto, porque lo considera de autoconsumo, no como su partido, que si los apoya porque siempre saca tajada al cambio. Olvidando que Bildu, dio su bendición a los presupuestos del año pasado. Hipocresía local y de autoconsumo, diría yo.

Por cierto, recuerdo que aquel viernes, 19 de junio de 1987, a las cinco de la tarde, estaba con la familia en un atasco inmenso en la Meridiana, intentando salir de fin de semana, viendo la humareda que salía de los bajos del edificio. Y, también, recuerdo que aquel día tuve la suerte de no ir a comprar a Hipercor, como hacía cada dos semanas, había ido el viernes anterior a la misma hora del atentado. Mientras que Nuri Manzanares explica en RAC1, que treinta y cuatro años después del atentado de Hipercor, donde asesinaron a sus dos hijos y a una hermana, aun es el momento que cobre un solo euro del Estado, porque no la reconocen como víctima del terrorismo. Y lo peor es que aún no le han llamado ningún gobierno para preguntarles si necesitaban algo. El dinero es lo de menos, la falta de humanidad es otra cosa.

Yo dejaría una reflexión en el aire, para navegantes.

Si los ciudadanos seguimos apoyando a estos políticos hipócritas con nuestros votos, sabiendo que seguirán siendo hipócritas ¿Cómo nos deberíamos considerar, los votantes? ¿HI-PÓ-CRI-TAS?

Por: Paco González.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *